Amazon abre el debate sobre los usos benéficos de los ‘drones’
Antes que nada, dejemos esto claro: el anuncio de Jeff Bezos de que Amazon está trabajando en una forma de entregar productos con aeronaves no tripuladas fue una muestra brillante de publicidad que, como un drone solitario que atraviesa un paisaje desolado, llegó a su destino de manera intacta.
Aunque Bezos no tiene idea de cuándo podrán realizarse las entregas por drones —el proyecto, que es tecnológica y económicamente dudoso, está prohibido por regulaciones estadounidenses — su reciente presentación pública en el programa de televisión estadounidense 60 Minutes ofreció tres valiosos elementos de relaciones públicas para la empresa.
Primero, la iniciativa logró que todo el mundo hablara de Amazon y su servicio de suscripción Prime justo al comienzo de la temporada de compras navideñas. Además, les dio a los inversionistas una muestra de la escala de los planes de inversión de Amazon, frustrando cualquier expectativa de que el minorista en línea pronto genere grandes ganancias. Por último, consolidó la imagen de Bezos como el mayor pensador del sector tecnológico, alguien que no dejará que cosas pequeñas como "ilegal", "poco convincente" y "medio tonto" le impidan considerar mejores formas de hacer entregas.
Sin embargo, a pesar de todo, estoy muy contento de que Bezos esté respaldando los vehículos aéreos no tripulados (VANT). Los VANT tienen mala reputación. Suelen ser vinculados a la vigilancia y el militarismo, y discusiones más racionales sobre la tecnología son dominadas por temores sobre la inminente invasión robótica de nuestros cielos. Aunque son preocupaciones justificadas, me parece que se han salido de control.
Muy a menudo nos preocupamos únicamente por las peores posibilidades de los drones, sin considerar su promesa sustancial para mejorar buena parte del mundo a nuestro alrededor. Mucho antes de que lleguen volando a nuestro patio con jabón, podríamos ver escuadrones de estos vehículos entregando medicamentos en países en desarrollo, coordinando rescates de emergencia después de desastres naturales y monitoreando cultivos para mejorar la forma en que sembramos alimentos. ¿Vale la pena considerar estas y otras posibles aplicaciones, a pesar de los riesgos de vigilancia ilegal u otros usos terribles de los VANT? Debemos tener esa conversación.
Cómo funciona Amazon Prime Air, en un video oficial
¿Cuáles son las posibilidades no malignas de los drones? Andreas Raptopoulos, un emprendedor de tecnología para drones, es uno de los fundadores de Matternet, una pequeña empresa de Silicon Valley que está desarrollando un sistema de transporte con aeronaves no tripuladas que, afirma, será útil en países en desarrollo que no cuentan con vías transitables. Para el transporte de bienes cruciales, los drones pequeños tienen varias ventajas sobre los vehículos terrestres, indica. Son rápidos, eficientes en su uso de energía y no requieren enormes inversiones en infraestructura para comenzar a funcionar.
Mil millones de personas en el mundo viven en zonas a las que no se pueden acceder por vías transitables durante todas las estaciones, agrega Raptopoulos. Ahí, los drones podrían entregar medicamentos o artículos de emergencia sin el tiempo, los gastos y la destrucción ambiental vinculados a la construcción de carreteras.
A diferencia del plan de Amazon, que aparentemente volará un drone desde un depósito central hasta el hogar de sus clientes, Matternet contempla crear una "red" de transporte de larga distancia que permitirá que los VANT trasladen productos de un punto a otro en un país o incluso en un continente. La inspiración de Matternet es la web: cuando abro Amazon.com en mi navegador, se envían datos desde los servidores de la empresa a través de docenas de routers y después, finalmente, a mi PC. Matternet concibe cubrir todo un país en desarrollo con "estaciones de aterrizaje" para drones que funcionarían como estos routers.
Para enviar un paquete de una estación a otra, uno dejaría un artículo —por ejemplo, un medicamento que se necesita urgentemente en un hospital rural— en la estación más cercana. Un pequeño drone recogería el objeto y volaría de una estación de aterrizaje a la próxima de camino hacia su destino. Debido a que todos los drones serían controlados por software de enrutamiento, la red prevendría colisiones e impediría que las naves vuelen en zonas con mal clima. Durante el trayecto, los drones cambiarían de manera automática sus baterías usadas por nuevas, extendiendo así su autonomía. Con este sistema, el costo de transportar productos podría ser muy bajo, alrededor de US$1 para transportar un paquete de casi 2 kilogramos por 40 kilómetros, calcula Raptopoulos.
En la mayoría del mundo industrializado, el uso inicial más prometedor para los drones será en la agricultura, apunta Jonathan Downey, presidente ejecutivo de Airware, una startup que está desarrollando sistemas de piloto automático para este tipo de naves.
Espero que el anuncio de Bezos dé lugar a un debate más racional sobre los costos y beneficios de tener aves robóticas en el cielo.
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