Amazon Kindle Scribe, la tableta de tinta electrónica para leer y escribir a mano alzada
Amazon presentó un nuevo modelo de su familia Kindle, el Scribe, que ofrece una pantalla de tinta electrónica de 10 pulgadas y la posibilidad de anotar textos con un lápiz y nuestra propia letra
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Amazon presentó ayer Kindle Scribe, uno de los mayores cambios para sus lectores de ebooks con pantalla de tinta electrónica desde que nació esta familia de dispositivos en 2007. Desde entonces hubo múltiples versiones, que fueron mejorando la pantalla de tinta electrónica, ampliando la capacidad y sumando algunas funciones (como la iluminación de la pantalla, protección contra el agua, etcétera). La última actualización llegó la semana pasada, con un modelo con pantalla de 300 ppp, más capacidad para guardar los libros electrónicos y carga por USB-C, con un precio de cien dólares.
Ayer la compañía anunció Kindle Scribe, un dispositivo mucho más ambicioso. Por empezar, la pantalla de tinta electrónica (en la que las letras se forman con unas bolitas magnéticas bajo la superficie, lo que permite una excelente visibilidad a la luz del sol y una enorme economía en la batería, ya que no gasta electricidad hasta que no cambia lo que muestra) ahora es de 10,2 pulgadas; mantiene los 300 ppp para que se vea de buena calidad, y ahora suma un lápiz para escribir en pantalla. Esto le permite desde usarlo como un bloc anotador convencional (pero que no gasta papel) hasta agregar comentarios a los textos. Amazon ya permitía esto último, pero con un tecladito; ahora se puede hacer en forma más natural, escribiendo con nuestra propia letra, haciendo círculos sobre un párrafo, flechas, etcétera.
Todo eso se sincroniza y exporta para ver en otros dispositivos. Por ejemplo, permite agregar comentarios a PDFs y archivos de Word, para ver luego en una computadora y hacer los cambios señalados. Incluso será posible, en 2023, enviar documentos desde Word al Kindle Scribe para seguir leyendo o corrigiendo.
Tiene 16, 32 o 64 GB de almacenamiento, el lápiz, provisto por Wacom, viene incluido en la compra y se engancha en forma magnética al Kindle; y no usa baterías. Un segundo modelo tiene Bluetooth y un botón programable. El Kindle Scribe tiene medio centímetro de grosor, Wi-Fi y un conector USB-C para recargar la batería, que le permite una autonomía aproximada de 3 semanas.
Y tiene un precio base de 339 dólares, un monto que apunta en forma directa al que hasta ahora era el estándar en estos dispositivos: la tableta de tinta electrónica Remarkable 2, que nació en 2020, que tiene un precio algo mayor (378 dólares la versión básica) y una idea similar: un anotador de tinta electrónica con una pantalla de 10,3 pulgadas, que permite escribir a mano alzada, anotar PDFs y otros formatos, y transformar esos trazos manuscritos a texto digital. La compañía no pone tanto foco en la lectura de libros electrónicos (el fuerte de Amazon), aunque es posible hacerlo. Dice que ya vendió más de un millón de unidades.
Amazon y Remarkable no son ni por asomo las únicas en pensar este tipo de dispositivos: varios fabricantes, como Onyx, venden hace tiempo tabletas con pantallas de tinta electrónica, lápices para escribir o dibujar y sistema operativo Android para complementar las funciones básicas (o sumar diferentes tiendas de libros electrónicos, por ejemplo). Huawei y Xiaomi también participan en este segmento. Onyx incluso tiene un modelo más compacto (con pantalla de 7,8 pulgadas), lápiz y tinta electrónica color.
Lo que no tienen estas compañías es la capacidad de marketing y ventas de Amazon, ni la solidez de su oferta de libros; será difícil competir. Lo que todavía no está clara es cuál es la latencia de la pantalla del Kindle Scribe, es decir, cuánto tarda entre que se hace un trazo sobre el vidrio y la pantalla muestra los pixeles; el equipo de Remarkable es notorio en ese sentido por permitir una actualización casi instantánea, aunque lejana respecto de lo que ofrecen las tabletas convencionales que también permiten escribir en pantalla, como las de Apple, Lenovo, Microsoft o Samsung; esta última logró, en sus modelos más recientes, una velocidad de actualización de 2,9 segundos, la más baja del mercado. Los equipos de Amazon o Remarkable son más lentos, pero tienen otro fin: poder leer o escribir sin las distracciones que ofrece una tableta con Android o con iPadOS.