Además de limpiar, la aspiradora robótica Roomba podría espiarte
El fabricante iRobot reconoció que podría vender los datos sobre el área de trabajo que recolecta el dispositivo en los hogares
Una máxima se extiende en Silicon Valley como faro para alumbrar nuevos negocios: "Los datos son el nuevo petróleo". iRobot, el fabricante de la popular aspiradora inteligente Roomba, quiere vender los datos con los planos y la distribución de los hogares que proporciona la máquina a terceros.
La empresa, nacida en el MIT en 1990 y cuya finalidad inicial era crear robots que desactivan bombas, ha reconocido que quiere compartir la información de las casas de sus clientes con otros fabricantes como Google o Apple. En una entrevista con Reuters, Colin Angle, fundador y consejero delegado de la empresa, ha desvelado su plan para comercializar los datos: "Hay todo un ecosistema de aparatos y servicios que se pueden ofrecer a los hogares una vez que tienes un mapa de la casa bien hecho y cuyo dueño nos ha dado permiso para compartir". Entre los aparatos a los que se refiere se incluyen lámparas, termostatos o cámaras de seguridad.
El ejecutivo ha confirmado que esperan comenzar a ofrecer esta información en los próximos años. De momento, cuentan con una única integración con tecnología de terceros. Dos de sus modelos se conectan con Alexa, el asistente de voz de Amazon. De modo que se pueden ejecutar órdenes del tipo: "Alexa, pasa la aspiradora en el salón". Una posible utilidad de estos mapas podría ser preguntar a los asistentes de voz, ya sea Siri, Alexa o Google, dónde hemos dejado el iPad.
Roomba fue el primer robot en entrar en el hogar. La aspiradora ha sabido dar con la tecla para suplir al modelo tradicional y lidera el negocio con el 68,5% del mercado mundial y más del 80% en España. Se puede programar para que limpie mientras se está fuera, es cómoda y cada vez más inteligente. A medida que se usa, va reconociendo los lugares y limpia siguiendo patrones para no dejar ningún rincón del hogar sucio. Ni la alfombra ni el piso de madera se le resisten. Los últimos modelos, fruto de los tiempos, incluyen una aplicación para conectarse al móvil a través del Wi-Fi del hogar y controlarla a distancia. Son precisamente estos últimos modelos los que cartografían los hogares.
El primer modelo salió a la venta en 2002 y desde entonces han vendido más de 14 millones. En 2015 estrenaron el modelo 980, con un precio de 900 dólares (unos 775 euros). Fue el primero en incluir la tecnología de navegación para almacenar un mapa y reconocer los espacios. Para ello cuenta con una cámara con una inclinación de 45 grados que registra el espacio en busca de cambios y obstáculos. Después, almacena los datos y los analiza para poder limpiar mejor y, como se acaba de conocer, la empresa podrá sacar réditos de esa información. iRobot ha aclarado que no la venderán sin permiso del consumidor, pero no queda claro si el permiso se dará de facto al adquirir el aparato o se tendrá que dar consentimiento de manera más explícita.
El profesor de la Universidad de Cornell especializado en robótica Guy Hoffman ha explicado a Reuters que el acceso a estos mapas sería un gran avance para la industria de la tecnología en el hogar: "Ahora mismo funcionan como un turista en Nueva York que nunca sale del metro. Hay mucha más información de la ciudad, pero se pierden el contexto de lo que sucede en la superficie de cada estación".
Según IHS Markit, firma especializada en análisis financiero, el mercado del hogar inteligente alcanzó la cifra de 9.800 millones de dólares en 2016 (8.430 euros) solo en Estados Unidos, con una proyección de un crecimiento del 60% en 2017. A pesar de que la idea de Angle ha generado gran polémica entre los consumidores, los inversores le han dado su visto bueno con una subida del 21% tras el cierre de Wall Street.