“A mí no me iban a agarrar”: quisieron gastar 1 millón de pesos con su tarjeta, pero los frenó justo a tiempo
Juan Manuel Mitidiero relató cómo se encontró con un gasto millonario asociado a su tarjeta y con sus gastos legales, pese a que él no había tenido nada que ver
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“A mí no me iban a agarrar”, dice Juan Manuel Mitidiero, especialista en finanzas. Pero lo primero fue encontrarse con una situación indeseada: la semana pasada recibió una alerta de la tarjeta de crédito en su correo electrónico: había hecho una compra por 1.126.000 pesos en una página web que, claro, él no había hecho. Antes de preguntarse qué pudo haber pasado, se apuró: “estaba por cerrar la tarjeta y llamé a Visa, para desconocer el cargo, a los cinco minutos. Era clave que no me hicieran pagar en el resumen”.
Ahí empezó su investigación para determinar qué fue lo que pasó. Como un detective digital. “Entré a la web que indicaba el email y era un marketplace de corralones. Lo primero que pensé fue que al ser una compra online de materiales para la construcción, la entrega no iba a ser inmediata. Como no había info de contacto los busco en Linkedin y les mando un mensaje”, explicó en su extenso hilo de X.
Entro a la web que indicaba el email y era un market place de corralones. Lo primero que pensé fue que al ser compra online de materiales para la construccion, la entrega no iba a ser inmediata. Como no habia info de contacto los busco en Linkedin y les mando un mensaje.. pic.twitter.com/jX7DNBZmAy
— Juan Manuel Mitidiero (@JuanMitidiero) January 27, 2024
Entonces, siguió buscando la pista de esa compra de un millón de pesos. Quienes le respondieron no fueron los dueños del corralón, sino los desarrolladores de la página. Le pasaron el contacto del corralón, el lugar donde hicieron la compra. Y entonces, antes de preguntarles nada, los alertó: “paren la compra porque la tarjeta les va a avisar en tres días y ya van a haber entregado el producto”. Le hicieron caso. Y lo ayudaron a rastrear al comprador desconocido: le brindaron la dirección de entrega y el celular del usurpador de identidad: del que había utilizado la tarjeta para comprar materiales, que quedarían en su poder, pero que hubiera pagado Mitidiero.
“El del corralón me había contado que en la compra online piden foto de selfie con DNI en mano, como un segundo factor de verificación. Escribo entonces un WhatsApp al estafador y le digo que la compra está observada y que me mande por ese medio la selfie…”. Y entonces sucedió algo inesperado. “¡Era mi DNI, pero con su foto!”, se sorprende. Tenía todo, hasta su dirección, fecha de nacimiento y número de trámite de DNI. Pero la imagen de otra persona: un desconocido que estaba usando los datos de Mitidiero como propios. “Nunca perdí la billetera y no suelo dar el DNI si no me quedo yo delante de quien me está cobrando”, asegura.
En diálogo con LA NACION, el damnificado cuenta que hizo la denuncia en la fiscalía de la Ciudad por suplantación de identidad. Y que aún espera la nueva tarjeta (que ya le aparece en las apps financieras). Y ya tramitó un nuevo DNI. Sobre lo que pudo haber pasado para que alguien utilizara sus datos, solo hay teorías. Pero al menos se alivia de tener configuradas las notificaciones de alerta de movimientos: “Lo que no entiendo es cómo, si jamás compré algo de un millón, pueden pasar estas transacciones. Por suerte soy re obsesivo con mis gastos. Todos los días miro la tarjeta. Concilio todos los días. No me va a pasar que me agarre desprevenido ni con 2000 pesos”, asegura. Mientras tanto, espera un resultado judicial que pueda determinar qué es lo que pasó.
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