A los 17 años inventó un motor que podría revolucionar los autos eléctricos y ganó un premio de 75 mil dólares
Robert Sansone ha conseguido diseñar un motor eléctrico que no hace uso de las denominadas tierras raras, uno de los grandes retos de la movilidad eléctrica hoy
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Actualmente, las dificultades para acceder a algunos de los componentes de los motores de los autos eléctricos, como las tierras raras, están obligando a diversos fabricantes e investigadores a buscar tecnologías alternativas. Pero la solución podría llegar desde otro lado, por ejemplo, de un joven estudiante que inventó un prototipo de motor eléctrico que podría revolucionar la industria automotriz.
Partiendo de un motor sincrónico de reluctancia –utilizado en bombas y ventiladores–, Robert Sansone, un joven estadounidense de tan solo 17 años, consiguió crear en solo un año un prototipo con mayor fuerza de rotación.
El joven estudiante eligió basarse en este tipo de motores porque, a diferencia de los eléctricos con imanes permanentes, se mueven gracias a un rotor de acero con huecos de aire que genera potencia cuando gira con el campo magnético.
De acuerdo a la revista Smithsonian, el prototipo de Sansone es un modelo a escala fabricado con plástico impreso en 3D, hilos de cobre y un rotor de acero, y cuenta con otro campo magnético, en lugar de cámaras de aire. Con esto aumentó la potencia (un 39%) y la eficiencia (31%) del motor a 300 revoluciones por minuto (RPM). A 750 RPM, el rendimiento sube al 37%. Asimismo, el diseño tiene otros componentes que hacen posible dicho incremento, pero el joven ingeniero no puede revelar más detalles porque planea patentarlo.
Aunque los resultados de este prototipo son prometedores, también hay que destacar los obstáculos a los que se enfrenta. Así por ejemplo, por el momento, no puede subir de las revoluciones anteriormente mencionadas, ya que las piezas de plástico se sobrecalientan hasta derretirse. Además, si bien es cierto que los materiales para los motores de reluctancia síncrona son baratos, las máquinas en sí son difíciles de fabricar, lo que eleva su coste. En ese sentido, Sansone cree que las nuevas tecnologías, como la fabricación aditiva, harán que sea más fácil construirlo en el futuro.
No obstante, según el precoz inventor, su prototipo aún está en una fase inicial de diseño, a la espera de contar con la patente. Él quiere modelar la versión 16 de su motor con materiales más resistentes para poder probarlo con más revoluciones por minuto. Cuando consiga mejores resultados en las próximas pruebas, presentará la patente a alguna empresa de automoción. Será entonces cuando deba preocuparse realmente de cómo fabricar a gran escala su motor y reducir los costes del proceso.
Este trabajo obtuvo el primer puesto en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería (ISEF) de este año. Se trata de la mayor competición internacional de STEM para escuelas secundarias del mundo. Sansone dijo que destinará los 75.000 dólares de premio para pagarse la matrícula universitaria. Su sueño es estudiar en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.