A examen: probamos el smartphone Motorola Edge 40 Pro, una vuelta de tuerca sobre el mejor teléfono de la compañía del año pasado
El Edge 40 Pro toma el diseño del Edge 30 Ultra de 2022, lo mejora y actualiza los componentes para que esté a la altura de la competencia en 2023
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En mayo último, Motorola presentó en la Argentina dos nuevos teléfonos, el Edge 40 y el Edge 40 Pro, con los que busca reiterar la buena recepción que tuvo la familia Edge 30 el año pasado en el país. Estuve probando el modelo Pro, y van acá algunas impresiones sobre este smartphone, que se vende en la Argentina a 379.999 pesos (el Edge 40 tiene un precio local de 249.999 pesos). El Edge 40 Pro es un teléfono que, si Motorola repite la estructura del año pasado, está entre lo más avanzado de la compañía, pero no es el tope de gama, que debería ser el Edge 40 Ultra (no anunciado todavía). Así, la compañía tiene los modelos “normales”, los Pro y los Ultra, con algunas variantes alternativas.
La manera más sencilla de pensar al Edge 40 Pro es que es un Edge 30 Ultra (el tope de gama de la compañía para el año pasado) con algunos cambios. Es un Edge 30 Utra 2.0, y no está nada mal. Esto explica su precio, comparado con el del año pasado (349.999 pesos), y en que son casi idénticos (salvo por el bloque de la cámara), en aspecto y en funciones. Algunas de esas modificaciones son sutiles; otras son más notorias para quien haya usado un 30 Ultra; ninguna es definitoria (es decir: el Ultra de 2022 todavía es una alternativa fuerte para este equipo). Y en cualquier caso, es una buena noticia: el Edge 30 Ultra es un excelente teléfono.
El Edge 40 Pro sigue la línea de diseño que llegó con la familia Edge 30, y al igual que hace un año, el resultado es muy atractivo: un teléfono con una pantalla con finales levemente curvos, un borde de aluminio y una tapa de la batería protegida por vidrio y con un tratamiento que le da un tono pero muy atractivo (y muy sutil; parece como un mineral algo brilloso, pero a la vez es mate; el teléfono viene en negro “cuarzo” y en celeste “glaciar”). Lo importante es que es un diseño muy elegante, que aporta una idea de calidad muy alejada de las generaciones anteriores, que usaban plástico para bajar costos y hacer más liviano el teléfono, pero que le restaban atractivo. Motorola quiere competir con los grandes, y al menos en el diseño lo logra. Y es importante: aunque importa la calidad de las fotos, o el rendimiento general del equipo, hoy cualquier teléfono moderno asegura una base de usabilidad que será suficiente para la enorme mayoría de las personas; pero para justificar su precio el smartphone además debe ser atractivo, y en eso el diseño del Edge 40 Pro es un acierto.
Cuando probé el Edge 30 Ultra me parecía que la unión entre el cristal delantero, el trasero y la cinta de aluminio del medio era algo incómoda para tener el teléfono en la palma de la mano, ya que se notaban las uniones; ahora eso no sucede, y el resultado es un teléfono que es muy cómodo de tener en la mano (quienes busquen más protección que la que aporta el vidrio endurecido Gorilla Glass Victus pueden usar la funda rígida transparente que viene con el teléfono, y que reemplaza a la clásica de silicona; a diferencia de la del Edge 30 Ultra, esta evita que el bloque de la cámara choque contra la mesa cuando apoyamos el teléfono). Motorola también reubicó los botones de volumen y desbloqueo para que estén un poquito más cerca del centro del lateral derecho, lo que debería hacer más fácil su manipulación. Otro agregado es que ahora el teléfono es resistente al agua y al polvo (con certificación IP68).
Al frente está una excelente pantalla OLED de 6,67 pulgadas (con resolución FullHD+) y tasa de refresco de 165 Hz, la más alta del mercado (el número indica la cantidad de veces que se actualiza la información en pantalla; por encima de 60 Hz es útil en juegos y animaciones para hacer los movimientos más fluidos). Se ve muy, muy bien, sobre todo al aire libre, y es incluso más brillante que la del Edge 30 Ultra, que ya era muy buena. La tasa de refresco se puede dejar en automático hasta 120 Hz, para que el sistema la ajuste según la aplicación en uso (más alta para juegos y videos, lo más baja posible parra contenido estático) o se puede forzar a 60, 120 o 165 Hz (difícilmente alguien note una diferencia entre 120 y 165 Hz). Hubiera sido ideal que la pantalla fuera plana: los bordes apenas curvos solo aportan un reflejo innecesario. Pero son bastante suaves, así que no está mal. En la pantalla frontal (protegida por Gorilla Glass Victus, mejor que el Gorilla Glass 5 del Edge 30 Ultra) también está integrado el sensor de huellas digitales, de funcionamiento impecable.
El Edge 40 Pro tiene un procesador Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2 (el procesador más poderoso del mundo Android), 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento UFS 4.0 (mide la velocidad con la que puede leer o guardar datos en la memoria; es el más alto hoy; es útil sobre todo al grabar videos largos), que complementa con una batería de 4600 mAh con carga rápida de 125 watts (carga la batería completa en 25 minutos), y carga inalámbrica de 15 watts. El cargador de 125 watts (con un único enchufe USB-C) viene incluido en la caja. El procesador ataja cualquier cosa que le tiren sin complicarse, aunque lo mismo podría decirse del modelo del año pasado (y probablemente del anterior), con los que no hay una diferencia abismal. Como sea, todo funciona muy rápido y sin pausas; la RAM y el almacenamiento colaboran para que la carga de aplicaciones (incluyendo juegos pesados) y grabación de videos sea muy veloz. Nada que objetar aquí. También tienen parlantes estéreo con Dolby Atmos, y suenan muy bien.
En el bloque de cámaras, en su diseño, más soso que el del Edge 30 Ultra, pero más eficiente, porque no tiene relieves. Incorpora un sensor principal de 50 megapixeles con apertura f/1.8 y estabilización óptica (el mismo del Edge 30 Pro), un gran angular de 50 megapixeles que también sirve de macro, y un zoom 2x de 12 megapixeles optimizado para retratos (se puede usar como teleobjetivo, pero donde más se luce es para hacer un acercamiento en un retrato sin deformar el rostro), algo ya presente en el Edge 30 Ultra; el recorte de la silueta sobre el fondo en general es muy bueno, aunque a veces pierde algo de detalle. También tiene un sensor frontal de 60 megapixeles (usa un sobremuestreo, así que las fotos resultantes son de 15 megapixeles).
Motorola asegura que incluyó nuevas funciones para la cámara principal, como la estabilización durante la grabación de video, el bloqueo de horizonte (para definir si la cámara gira o no mientras se está grabando un video), foco automático de un objeto en movimiento, videos con fondo fuera de foco (tipo bokeh, pero de video) o con el protagonista siempre en foco, y un modo optimizado para grabar videos nocturnos. La semana pasada publicó una actualización para la cámara de este teléfono y del Edge 40.
Las cámaras tienen un más que decente puntaje en DxOmark, un sitio que analiza el rendimiento de estos componentes de celulares (y que no debe tomarse como inapelable, pero sí sirve de referencia). En GSMArena hay un comparador de fotos hechas en laboratorio entre este teléfono, el Edge 30 Ultra y cualquier otro para que cada uno decida. Allí se aprecia que más allá de los 200 megapixeles del Ultra, la diferencia entre ambos modelos en términos de cámara es muy sutil, y que en general los resultados son muy buenos. Como suele suceder con Motorola, son un 9 (o incluso un 9,5) cuando otras marcas tienen cámaras que logran un 10 (Google, Samsung, Apple, etcétera). Pero ya están en un nivel en que detectar las diferencias tiene más que ver con costumbres y preferencias que con situaciones que una cámara pueda lograr y otra no. Es muy buena noticia que Motorola siga invirtiendo en esta parte del teléfono.
El Edge 40 Pro corre Android 13, y tiene los ajustes clásicos de la compañía (la previsualización de notificaciones, los gestos para activar la cámara y la linterna, la app para ajustar la tipografía, los iconos y la paleta de colores) y viene con Ready For, el entorno optimizado para usar el teléfono vinculado a pantallas grandes. Y suma Family Space, un espacio para uso infantil, con aplicaciones bloqueadas y más, como ofrecen sus competidores hace años.
Así, el Edge 40 Pro es una muy buena continuación del Edge 30 Ultra; aunque termina ofreciendo mejores prestaciones, quienes necesiten ajustar el presupuesto encontrarán en el modelo de 2022 (el Edge 30 Ultra) un teléfono que es muy poco menos que el Edge 40 Pro, y es más barato. En cualquiera de los dos casos, no obstante, y más allá de algunas pequeñas limitaciones, se trata de equipos que por prestaciones, rendimiento y diseño están para disputar la cima del mercado con cualquier otro del segmento, y con un precio menor.
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