A 35 años de la PC: en qué están IBM, Intel y Microsoft, los protagonistas originales
Su historia está atada al surgimiento de la informática personal, pero su realidad hoy es muy diferente, sobre todo con el surgimiento de Apple y Google como rectores del mercado móvil
El nacimiento de la PC hace 35 años fue un espaldarazo económico fundamental para las tres compañías involucradas: IBM, que vendía los equipos y tuvo durante años el diseño de referencia; Intel, que proveía los microprocesadores y fue quien marcó el ritmo en ese aspecto del diseño, más allá de la competencia con AMD; hoy retirada del sector (y jugadores menores como Via o Crusoe); y Microsoft, que logró transformarse en la plataforma dominante en la computación tradicional durante estas tres décadas y media, más allá de la competencia con Apple y la aparición de Linux como alternativa gratis y abierta.
Para Intel y Microsoft, sobre todo, el mercado de la informática personal fue fundamental para su crecimiento económico y para lograr un papel preponderante en el mercado. Pero la realidad de estas tres compañías en relación a la PC cambió mucho desde entonces.
IBM
La primera en abrirse fue IBM, que vendió su división de computadoras personales a Lenovo por 1750 millones de dólares a finales de 2004. La razón: en un mercado hipercompetitivo (y donde todos los fabricantes compartían los mismos componentes) los márgenes que obtenían -y obtienen- eran bajísimos. Lenovo se transformó así en el tercer jugador del mercado, siguiendo a Dell y HP. Casi diez años después, en 2013, alcanzó a HP y se transformó en el mayor fabricante de PC del mundo, una posición que mantiene hasta ahora, seguida por HP y por Dell. Las tres han aumentado su participación de mercado en estos años, aún con un segmento en contracción.
IBM sigue apostando por el mercado corporativo, aunque más como consultor y proveedor de software que como fabricante de servidores y mainframes; y por la tecnología de avanzada, (el último ejemplo, neuronas artificiales) e invirtiendo muchísimos recursos en ampliar su plataforma de inteligencia artificial, Watson, y su soporte de herramientas online (la hoy denominada Nube). No es una transición fácil: la compañía reportó una baja del 2,6 por ciento en su facturación en el segundo trimestre de 2016; en el primer trimestre del año había reportado su peor facturación en 14 años; lleva 18 trimestres consecutivos de contracción en su facturación.
Intel y Microsoft están en otra posición; siguen siendo las dos compañías que definen qué es una PC. El problema es que cuando hablan de PC se refieren a los descendientes directos de ese diseño de 1981; cuando el mercado piensa en una computadora personal se refiere a otra cosa: el smartphone y la tableta. El primero es mucho más grande: unos 1600 millones de smartphones contra 300 millones de PC vendidas al año. El otro (el de las tabletas) está todavía buscando su rumbo, atacado por un lado por las propias PC (muchas de las cuales hoy son tabletas) y por los smartphones de gran tamaño. La presencia de Intel y Microsoft en estos dos segmentos es, en el mejor de los casos, limitada; el ritmo de la computación personal móvil hoy lo marcan Apple y Google.
Intel
Intel abandonó este año toda pretensión de competir en el terreno de los procesadores para móviles, incapaz de competir con ARM, la Hidra inglesa que fue comprada por la japonesa Softbank en julio por 32.000 millones de dólares. A diferencia de Intel, que diseña y fabrica sus chips, ARM sólo los diseña y licencia. Otros corren con los costos de la fabricación, lo que generó un ecosistema de múltiples fabricantes, diseños y (el mayor problema, para Intel) costos bajísimos. Lo intentó (en 2012 con el Motorola RAZR i y luego otros equipos), gastó fortunas, no pudo y este año dijo basta.
"Tomamos la decisión de salir del mercado de celulares y tabletas porque ahí no hay valor agregado. Y eso que en la Argentina el 51% de las tabletas se vendían con chips Intel, la participación más alta del mundo -dice Lorena Zicker, gerente genera de Intel Argentina-. Entendemos que el futuro de la PC convencional pasa por las 2 en 1 (portátiles que se hacen notebook o tableta según lo requiera el usuario) y por los NUC, computadoras de tamaño mínimo que eliminan el histórico gabinete; es el 60% de nuestra facturación. Y creemos que podemos estar en muchísimos otros dispositivos, que no serán una PC convencional pero que llevarán un chip de Intel; por eso estamos apostando mucho a la Internet de las Cosas, a la inteligencia artificial, a la integración de sensores de todo tipo en estos dispositivos." ¿Drones? ¿Dispositivos vestibles? ¿Sistemas autónomos o inteligentes? ¿Centros de cómputos, donde la relación costo-beneficio de los chips de Intel da positivo? Ahí va la apuesta de la compañía.
Microsoft
Para Microsoft, la situación es similar. Su posición como rey de la PC tradicional no está en duda, más allá de que las Mac de Apple ganaron en los últimos años más adeptos (y la compañía entró en el top 5 mundial en ventas). Pero Microsoft intentó competir en el terreno de los smartphones sin éxito (con Windows Phone, desde 2010). Hoy la plataforma está en un limbo, y la compañía apuesta a llegar al espacio de la computación personalísima (de bolsillo) desde otro lado: dispositivos que pueden funcionar como computadoras, tabletas o smartphones. Un mismo hardware (y un mismo sistema operativo) con diferentes combinaciones.
Pero el mercado de PC y de tabletas están planchados. Y más allá de su presencia corporativa (con su plataforma Azure) y de videojuegos (con la Xbox) la compañía tiene que enfrentar a las ambiciones de Apple en este segmento, con tabletas como el iPad Pro, que para muchos usuarios cumplen las mismas funciones que una PC portátil; y con la entrada de Google, tanto con tabletas con Android como con Chromebooks, que combinan el hardware de una notebook con Linux, Chrome y (desde ahora) las aplicaciones de Android.
Como Intel, Microsoft quiere estar en el corazón de la Internet de las Cosas y ser parte del futuro de la inteligencia artificial, las dos áreas que la industria considera hoy son el futuro inmediato de la computación, mientras transforma a Windows 10 en una herramienta multipropósito: para que corra en un servidor, una PC, una tableta, un smartphone, un reloj o un chip embebido en un edificio, precisamente la ductilidad que hizo de Linux el sistema operativo más popular del mundo.
Desde el lado de sus productos para usuarios finales (o empresas), Microsoft transformó al Office en una herramienta multiplataforma; y creó un centenar de aplicaciones para Android y otro tanto para iOS. "Microsoft es hoy una plataforma de tecnología y una serie de servicios en la nube que corren en cualquier plataforma, en múltiples nubes, etc. Lo que priorizamos es darle la misma experiencia de uso a los que eligen nuestro servicio, sin importar dónde lo hacen -explica Diego Bekerman, gerente general de Microsoft Argentina-. Antes pensábamos a la PC como un centro informático al que nos conectábamos; hoy el centro somos nosotros, y la computadora es un habilitador para hacer algo. Hoy tenemos varios dispositivos, y elegimos qué usar en función de lo que queremos hacer; Microsoft quiere participar de eso".
El desafío, para ambas compañías, es ofrecer una herramienta superadora. En Internet de las Cosas deben competir con los chips de bajo costo y mínimo consumo energético que crean los socios de ARM, y con el sistema operativo que le da vida a esos chips, donde Linux (en cualquiera de sus distribuciones, incluyendo Android) tiene una presencia muy fuerte. Y en terrenos de inteligencia artificial tienen que competir con otras compañías como Facebook o Amazon, que no existían hace 35 años (ni hubieran tenido productos para ofrecer), pero que la masividad de la PC de IBM, Intel y Microsoft hizo posible.