Ernesto nació en Basavilbaso, Entre Ríos. Hijo de madre Polaca y padre Alemán. Tito heredó la pasión Luis, su progenitor, que era carnicero y, sin terminar la secundaria, se convirtió en empresario; “soy la sexta generación de carne”, aseguró.
“En 1960 visitamos con mi padre una fábrica de hamburguesas en Estados Unidos. Volvimos entusiasmados y nos propusimos instalar una en Argentina. De inmediato, volví a Nueva York y compramos nuestra primera máquina”, expresó Tito. Seis meses después, Paty ya era todo un éxito.
Lowenstein nunca dejó de emprender y a principios de los ‘70 encontró una nueva oportunidad de aprovechar el mercado cuando se topó frente a una cola interminable de esquiadores ansiosos por acceder a una telesilla.
“Hablé con un cliente de Francia, donde estaban en auge las pistas de esquí y planteamos construir una en el país. Ellos hicieron los estudios, me acercaron tres opciones y finalmente elegimos un lugar privado que se llamaba “Valle de Las Leñas Amarillas”, contó.
Construyeron el aeropuerto de Malargüe, hoteles y rutas: “Yo entendía que el negocio futuro era el turismo”, aseguró Tito. Y la famosa pista también fue sede de la Copa del Mundo de esquí alpino en 1985.
Tito ya no sigue relacionado al complejo de esquí porque “me fundí, quise hacer las cosas demasiado rápido” y lo único que queda con el nombre de Lowenstein es una escuelita que lleva el nombre de Dora, su madre.