“En la Argentina, más de 135 especies silvestres se ven afectadas por este problema y, al menos 20, están en peligro de extinción”, señalaron a LA NACION referentes de la campaña #NoSoyMascota, que se lanza hoy.
Paula González Ciccia, directora de Conservación y Educación de la Fundación Temaikèn, señaló que aún cuando hay centros de rescate especializados que trabajan con las autoridades nacionales y provinciales, “la cantidad de animales decomisados supera la capacidad para albergarlos con las condiciones de bienestar que requieren”.
Otro dato que presentaron las tres organizaciones es que solo el 50% de los animales que se lograron rescatar, después pueden ser reinsertados en la naturaleza.
El tráfico ilegal de vida silvestre, según detalló Laila López Goudard, coordinadora del Comité Ejecutivo del Instituto Jane Goodall Argentina, “está íntimamente ligado a los riesgos sanitarios, la destrucción de hábitat y pérdida de biodiversidad, que es la otra cara del cambio climático”.
“Lamentablemente, hay una distorsión publicitada por las redes sociales, que promueven directa o indirectamente el mascotismo, como ocurre con los casos de primates decomisados en la Argentina”, coincidieron dos organizaciones proteccionistas.
López Goudard describió como una “estrategia triangular”, que incluye “el rescate de los animales y el bienestar animal de alta calidad a través de santuarios, el empoderamiento de las políticas y la aplicación de la ley y la educación humanitaria y de otro tipo”.