La moringa oleifera, científicamente denominada así y conocida popularmente como “el árbol milagroso” o “árbol de la vida”, es una planta de la cual se pueden aprovechar la raíz, las hojas y las semillas.
Es un alimento atípico para la población argentina, pero que está bueno empezar a consumir”
- Analía Yamaguchi
Médica clínica especialista en Nutrición del Hospital Italiano
Esta planta es fuente de múltiples vitaminas como las del complejo B, la A y la C, de minerales como el hierro, el calcio y el fósforo y de diversos antioxidantes, Yamaguchi describe a la moringa como “un superalimento”:
Desde el portal especializado en salud, Healthline, informan que 21 gramos de moringa aporta el 11% del requerimiento diario de hierro y el 8% de magnesio.
La Universidad de Harvard subraya la importancia de incorporar este tipo de proteína en nuestra dieta, citando varias razones clave:
Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas
Contribuye a la disminución del colesterol “malo”
Mantiene el equilibrio de la presión arterial
Mejora la resistencia a la insulina.
Son múltiples las maneras en que se pueden aprovechar la raíz, las hojas y las semillas de la moringa. Las semillas pueden consumirse tal cual, solas o integradas en ensaladas.
Las hojas se pueden consumir frescas o molidas en polvo para combinar en infusiones como jugos y batidos. Además, se puede encontrar en forma de cápsulas como suplementos dietarios, en saquitos de té y en algunas yerbas de mate.