Las legumbres como las lentejas, los garbanzos y los porotos, están repletas de proteínas y otros nutrientes valiosos.
Una taza de porotos, por ejemplo, aporta unos 16 gramos de proteínas y fibra, además de mucho hierro y magnesio.
Estudios sugieren que sustituir las carnes rojas y procesadas por proteínas vegetales puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de muerte prematura.
2) Reducir el consumo de bebidas azucaradas
Si los refrescos azucarados son parte de la rutina, reducir su consumo puede ser una de las mejores formas de mejorar la salud.
Abusar de ellas puede tener graves consecuencias, como un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y hepáticas y obesidad.
Pueden buscarse formas de reducirla, como pedir una bebida chica en lugar de una grande con la comida.
3) Ponerle verduras a todo
La mayoría de los adultos de Estados Unidos no consumen suficientes verduras, por lo que se pierden sus antioxidantes, compuestos antiinflamatorios, fibra y nutrientes esenciales.
Para aumentar la ingesta de verduras se recomienda buscar formas de agregarle verduras a todas las comidas.
Por ejemplo, agregar tomates secos a los huevos revueltos, completar un bowl de arroz y frijoles con rúcula; saltear cebollas, morrones y zanahorias ralladas con carne picada para hacer tacos; o agregar brócoli congelado.
4) Comer menos alimentos ultraprocesados
Casi el 60% de las calorías que consumen los adultos en EE.UU. proceden de alimentos ultraprocesados, como salchichas, embutidos, bebidas gaseosas azucaradas y productos de panadería.
Esto es preocupante porque estos alimentos se han relacionado con diversos problemas de salud, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.
Uno de los problemas de los alimentos ultraprocesados, sugiere la investigación, es que pueden ser fácil consumirlos en exceso.
5) Caminar después de las comidas
Lo que se come es apenas un aspecto de la salud, y que la actividad física va de la mano con una buena nutrición.
Se recomienda dar un paseo después de comer o siempre que pueda.
Este hábito la ayuda a hacer la digestión y a controlar el azúcar en la sangre, mejorar la calidad de sueño, la salud cardíaca y muscular y el sistema inmune.