Un estudio titulado “La actividad antibacteriana de la lavanda sola y en combinación con diclorhidrato de octenidina” comprobó que esta planta cuenta con propiedades antisépticas que ayudan a curar heridas. Pero ahora se suma otro beneficio: el de agregarlo a las comidas y bebidas.
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En otro estudio, titulado “El efecto del té de hierbas de lavanda sobre la ansiedad y la depresión en los ancianos”, se evaluó cómo reaccionaban los adultos mayores al consumo de esta infusión y si servía como terapia medicinal complementaria para tratar estos transtronos.
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Otra de las tantas investigaciones (de la Universidad de Viena en Austria) destacó y comprobó que la lavanda tiene un “efecto ansiolítico clínicamente significativo y alivia el sueño perturbado por la ansiedad”.
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La gran duda que hay respecto del consumo de la lavanda es que no se sabe qué dosis habría que consumir ni tampoco cuáles son sus posibles efectos adversos, pero mientras no haya evidencia de efectos negativos de su uso sobre la salud y las personas se sientan bien al tomarlo, no tendría porqué ser contraindicado.
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