Las zapatillas con plataforma se inspiraron en las plataformas de la década de 1970, que también se diseñaron para bailar, y para estar de pie durante horas y horas
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Desde botas vaqueras y tacones cortos hasta zapatos Mary Jane y de salón, 2023 ha supuesto el regreso a las pasarelas de muchos calzados consagrados. Pero también ha sido testigo del auge de uno nuevo y sorprendente: el zapato de tamaño caricaturesco.
Anticipada por modelos como la “bota de charco” BV de Bottega Veneta (una bota de goma para la lluvia con suela gruesa y punta bulbosa que debutó en 2020) y las Adidas Superstar superrellenas de Kerwin Frost (una colaboración para 2021 en la que la clásica zapatilla Superstar se acolchaba para parecer payasamente grande), el look maximalista se galvanizó en febrero de este año cuando la marca estadounidense y el colectivo artístico MSCHF lanzaron su llamativa “gran bota roja”.
Como si hubieran salido directamente de las páginas de la serie japonesa de manga Astro Boy de los años 90, las gigantescas botas rojas, fabricadas en poliuretano termoplástico y goma EVA, son a la vez nostálgicas, futuristas y totalmente absurdas.
Como MSCHF declaró en su comunicado de prensa, “si pateas a alguien con estas botas, ¡hacen boing!”.
A pesar de su tontera y de sus problemas de succión involuntarios, las botas unisex pronto fueron lucidas por todo el mundo, desde Doja Cat y Lil Nas X hasta Iggy Azalea y Janelle Monáe.
Mientras tanto, el lanzamiento de las colecciones primavera/verano 2023 ofreció una visión más refinada del zapato de dibujos animados, desde los mocasines de napa de Prada, orgullosamente abultados hasta los cómicos zapatos de salón en gomaespuma lacada de Loewe (aparentemente inspirados en los zapatos de tacón extragrandes de Minnie Mouse), pasando por los mules de plataforma Arc de Proenza Schouler.
Y, tanto masculina como femenina, la moda parece no tener visos de detenerse.
Inconformismo y expresión personal
En agosto, al igual que Balenciaga antes que ellos, MSCHF se asoció con Crocs para presentar las “botas amarillas gigantes” -una versión en amarillo girasol de la “Gran Bota Roja”, con los característicos agujeros y la correa del talón de Crocs-, mientras que Marni lanzó sus zapatillas “Bigfoot 2.0″ en la semana de la moda de París, una versión más exagerada y decididamente de cómic de la zapatilla de plataforma diseñada por la casa italiana en 2018.
Entonces, ¿qué significa nuestro nuevo interés por el calzado caricaturesco? “En un sentido, comunica un deseo de inconformismo y expresión personal, que se alinea con los valores contemporáneos de individualidad y confianza en uno mismo”, le dice a BBC Culture Carolyn Mair, psicóloga cognitiva, consultora de negocios de moda y autora de The Psychology of Fashion (“La psicología de la moda” en español).
“Y, al mismo tiempo, subvierte los ideales de belleza más tradicionales en favor de una estética novedosa y poco convencional”, agrega.
La historiadora cultural Annebella Pollen está de acuerdo. “Me recuerdan en cierto modo a los zapatos diseñados por las feministas de la segunda ola en las décadas de 1970 y 1980″, explica a BBC Culture.
“Consideraban que la moda de los tacones de aguja y puntiagudos era una forma de mantener a las mujeres en su sitio, así que produjeron sus propios estilos hechos a mano, con forma de pie, que se inspiraban en las botas de trabajo de los hombres y eran muy contrarios a la moda”, dice.
Los zapateros británicos, entre los que se encontraban colectivos exclusivamente femeninos como Green Shoes, Orchid Shoes y Made to Last, se anunciaban con frecuencia en la revista feminista Spare Rib, presentando los zapatos sensatos como una forma de resistencia.
“Eso sí, los hacían bastante decorativos, usando cintas para los cordones, por ejemplo, y pieles de colores brillantes como el morado, el rosa y el verde”, continúa Pollen. “Los zapatos eran resistentes y prácticos, pero también muy llamativos. Permitían a las mujeres ocupar espacio y les daban libertad de movimiento”, explica.
A lo grande o a casa
En términos de funcionalidad, Caroline Stevenson, directora del programa de estudios culturales e históricos del London College of Fashion, ve correlaciones similares en algunos de los otros precedentes históricos del zapato caricaturesco, con su suela elevada y su acolchada protección.
“Tal vez el primer eslabón sean los chapines”, le dice a BBC Culture, refiriéndose a una de las primeras iteraciones de la plataforma usada por las mujeres de la nobleza veneciana entre finales del siglo XV y principios del XVII.
“Originalmente se construyeron con fines prácticos, para proteger los pies de la calle, pero luego se convirtieron en un artículo de moda por derecho propio, adquiriendo un significado simbólico sobre la posición social, porque su altura transmitía el estatus de quien los llevaba. Sin embargo, era muy difícil caminar con ellos: algunos medían 50 centímetros de alto”, añade.
Un predecesor aún más pertinente, en opinión de Stevenson, es la referencia de los años 90 en la que parecen inspirarse muchos de los zapatos de gran tamaño actuales: “las zapatillas grandes al estilo Spice Girls, como las botas Buffalo con plataforma”, afirma.
“Representaban la política cultural de oposición y el empoderamiento femenino, y también tenían un atractivo unisex. Además, tenían que ver con la cultura rave de los 90: eran prácticas para la gente que iba de fiesta hasta altas horas de la madrugada”, sostiene.
Las zapatillas con plataforma se inspiraron en las plataformas de la década de 1970, señala Stevenson, que también se diseñaron para bailar, para estar de pie durante horas y horas, destacándose en medio de la ostentación y el glamour de la época disco.
Y, en el caso de la zapatilla de dibujos animados, destacar es el objetivo.
Como explica Mair, “nuestra visión ha evolucionado para permitirnos procesar automáticamente, sin prestar atención, objetos típicos o representativos de su categoría, de modo que podemos utilizar nuestros limitados recursos cognitivos para prestar atención a objetos inusuales que [en un sentido evolutivo] podrían ser una amenaza”.
“Puede que la estética llamativa de los zapatos de gran tamaño actuales no guste a todo el mundo, pero sin duda llamarán la atención y, como tales, es probable que proyecten una imagen aventurera y divertida”, agrega.
“Ser juguetón y escapista”
Es interesante observar cómo la naturaleza absurda y maximalista del zapato de dibujos animados parece correlacionarse con un movimiento de moda más amplio, el clowncore, una estética inspirada en el circo que ganó tracción en TikTok en 2020, y desde entonces ha hecho su camino en la alta costura, con casas como Dior, Armani Privè o Chanel abrazando la tendencia.
“En los desfiles de alta costura de París de la primavera de 2023 se hicieron muchas referencias a payasos y arlequines, en línea con el movimiento clowncore”, explica Stevenson.
“Se trata de ser juguetón y escapista, lo que tiene sentido porque vivimos tiempos muy confusos, y la moda siempre intenta dar sentido a los tiempos confusos”.
Y tanto si nos recuerdan a payasos como a dibujos animados, a niños robot de los 90 o a estrellas del pop que proclaman el poder femenino, no hay duda de que la moda actual de los zapatos grandes y abultados se nutre de un sentimiento de nostalgia generalizado.
“Nos traen recuerdos de la infancia, evocan una sensación de familiaridad y calidez, tiempos de diversión; chapotear en los charcos y jugar con los amigos en un mundo despreocupado”, observa Mair.
Como dice MSCHF refiriéndose a la “Gran Bota Roja”: “La caricatura es una abstracción que nos libera de las ataduras de la realidad”.
Quizá sea eso lo que más necesitamos ahora.
Por Daisy Woodward
BBC Culture
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