Yuan Jian Ping es diputado porteño, nació en China, habla poco español y preside la comisión de Turismo
Habla el castellano con bastante dificultad. Pero se esfuerza en cada artículo y cada declinación de verbo para que su mensaje se comprenda. Se presenta como Fernando Yuan, aunque ese es el nombre que eligió para hacerle la vida más sencilla a aquellos que quieren llamarlo: su documento dice Yuan Jian Ping y su tarjeta de presentación, "legislador porteño".
Aunque está por terminar su mandato, Yuan sigue muy activo. Ayer presidió un acto en Estilo Campo para declarar el tradicional restaurante de Puerto Madero como sitio de interés turístico. No solo es diputado: además, es el presidente de la Comisión de Turismo y Deporte de la Legislatura porteña. Y su sueño es convertirse en secretario de Turismo. Aunque está por terminar sus días como legislador, espera ese llamado que lo convoque a la administración pública, a la secretaría de Turismo, para seguir trabajando desde allí.
"No quiero volver al negocio de los peluches. Y del aceite. Todo eso se lo dejé a mi familia. Yo quiero seguir en política", explica en un castellano no demasiado fluido. Aunque le quedan pocos días en el despacho de Perú 130, se entusiasma porque este jueves en el recinto se tratará un proyecto de su autoría, que ya tiene el aval de la comisión que preside: Visit Buenos Aires, una iniciativa para que se le cobre una tasa a todos los turistas extranjeros que se alojen en hoteles de tres a cinco estrellas para crear y financiar un ente de promoción del turismo en la ciudad.
Traer más turistas chinos
"No puede ser. De los millones de asiáticos y de chinos que viajan por turismo cada año, a Buenos Aires llega apenas el 0,036%. Pero eso es porque no nos conocen. Tenemos que lograr que nos conozcan y vengan", dice, entusiasmado.
Si su proyecto se convierte en ley, los turistas que se alojen en hoteles tres estrellas pagarán 50 centavos de dólar por noche, por pasajero. Los que se hospeden en hoteles cuatro estrellas, un dólar por noche y los que se alojen en cinco estrellas, un dólar y medio.
Jian Ping tiene 58 años y llegó al país hace 34. Se había recibido de contador en China y llegó para trabajar en un campo. Allí conoció a su mujer, también de origen chino pero nacida en la Argentina. "Ahora tengo hijos y nietos argentinos y este es mi lugar en el mundo", dice. En 2015 se convirtió en legislador por el PRO y abandonó la actividad privada. Tenía negocio de exportación de aceite y también inversiones en vitivinicultura. No solo eso, también tenía un local de venta de peluches en el Barrio Chino. Un amigo suyo es dueño de un restaurante argentino en Pekin, que se llama Obelisco y vende bifes de chorizo. Aunque ahora todos esos negocios quedaron en manos de su familia. Y él afirma que quiere mantenerse en la actividad pública.
"Me convocó Mauricio Macri para sumar figuras de la actividad privada a la política y descubrí mi vocación", dice. Entre algunas de sus iniciativas se encuentra la declaración de interés turístico de Estilo Campo y también el reconocimiento a la tradicional heladería Cadore. "Para mí es importante promocionar el turismo, porque es el principal motor de crecimiento. Con la obra ésta de autos abajo (el Paseo del Bajo) hay mucho comerciante gastronómico que se queja, perjudicó muchos negocios. Puerto Madero es muy turístico. Cuál es el restaurante más típico. No importa qué partido sea. Hablé con mis colegas y nos pusimos todos de acuerdo", dice.
A Yuan le tocó hacer la presentación de la placa. Después de su discurso, le dio la palabra a la diputada del Frente de Todos, Silvia Gottero. "No se le entiende mucho a Fernando, pero nosotros ya lo conocemos en la Comisión y lo entendemos. Lo queremos mucho y decidimos acompañar este proyecto", dijo la diputada, después de hacer con los dedos la V de la victoria.
"Era necesario, porque con la obra de los autos por abajo, muchos locales gastronómicos se vieron afectados. Y es importante darles un impulso para que los turistas sepan que allí van a ir a comer bien", dice Yuan.
A pesar de vivir en el país hace 34 años, la lucha con el idioma es de todos los días. "Es muy difícil", dice. A veces, si se pone nervioso, se le entiende poco. Por eso, sabe que para hablar en público siempre es mejor anotar sus ideas. ¿Fue una traba el idioma para trabajar como legislador? "Todo difícil, todo nuevo. Tuve que aprender todo nuevo. Cuesta tiempo, porque realmente tiene que practicar todo tiempo, más que todo lengua de políticos y leyes. Pero la solución es practicar todos días frente al espejo", asegura.
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