Yabrán eligió un sucesor: señalan a Héctor Colella
Es el ex titular y actual asesor del correo privado OCA, comprado por el grupo Exxel; Cavallo lo acusó de seguir los procedimientos de su antecesor.
Una de las últimas cosas que hizo Alfredo Yabrán antes de morir fue ordenar a su secretaria que se pusiera a las órdenes de su reemplazante al frente de un imperio económico valuado en miles de millones de dólares, y al que enigmáticamente identificó con sus iniciales: HC.
Fuentes empresariales y judiciales daban por cierto anoche que el heredero de Yabrán sería su amigo Héctor Colella, ex titular y actual asesor de la empresa de correo privado OCA.
Colella era el propietario del 87 por ciento del paquete accionario de OCA en sociedad con Fernando Fiorotto, concuñado de Alfredo Yabrán.
El sucesor de Yabrán, agregaron esas fuentes, fue quien comandó la operación de venta de las principales empresas del muerto al grupo Exxel por 600 millones de dólares en diciembre del año último.
La jueza de Gualeguaychú, Graciela Pross Laporte, confirmó a La Nación que la carta dirigida a su secretaria iba acompañada de un sobre de papel madera con 40.000 pesos en su interior que debían ser distribuidos entre un puñado de empleados fieles al magnate desaparecido.
En tanto, y molestos por las sospechas que envolvieron la muerte de Yabrán, la jueza, el fiscal y los médicos que practicaron la autopsia aseguraron ayer, en forma categórica, que el cadáver pertenecía al empresario y que se trató de un suicidio.
"A ninguno de los médicos que participamos de la autopsia nos quedó el más mínimo atisbo de duda de que fue suicidio, y de que se trataba de Alfredo. Además, yo lo conocía personalmente desde hacía 25 años, y me unían lazos afectivos y familiares con él".
Esa certeza corrió por cuenta del director del hospital Centenario de Gualeguaychú, Ricardo Paiva, quien presenció la necropsia practicada por los peritos forenses Antonio Occhi, jefe Zona Este del Departamento Médico Forense; Ernesto Míguez Iñarra, decano del Cuerpo Médico Forense, y por el doctor Oscar Chappetti, médico forense de Gualeguaychú.
El informe de la autopsia concluyó con esta afirmación: "Por todos los hallazgos, estimamos como posibles lesiones por autodeterminación, lo cual será corroborado por los estudios criminalísticos que se realicen".
El fiscal de Concepción del Uruguay, Diego Young, aseguró que el cadáver que se encontró en la estancia San Ignacio "era el de Alfredo Yabrán, no hay duda, porque yo lo vi y pude reconocerlo".
El funcionario, que ingresó en la habitación donde murió Yabrán, dijo que "lógicamente, por el disparo que se efectuó, su rostro estaba desfigurado, pero no era irreconocible. Los medios que ponen en duda que ése fuera el cadáver de Yabrán están diciendo disparates".
Los que no creen
En las antípodas de estas aseveraciones, los investigadores del caso Cabezas, en Dolores, expresaron a La Nación sus dudas sobre la identidad del cadáver.
Los que abrigan sospechas sobre las circunstancias de la muerte del empresario no son pocos. Un primer informe de una consultora de primera línea que elabora una encuesta pedida por La Nación reveló que es altísimo el porcentaje de entrevistados que no creen que la historia sea tal cual la presentan.
Para dos médicos legistas y un especialista en armas de fuego, resultó extraño que la cabeza del empresario no presentara ningún orificio de salida de los 32 perdigones del escopetazo, tal como lo aseguró el informe de la autopsia.
El manto de dudas que sobrevuela la espectacular desaparición del millonario irritó particularmente a su familia, que ayer inhumó sus restos en el cementerio privado Parque Memorial, en Pilar.
Beatriz Yabrán, hermana del difunto, explotó: "¡Era Alfredo Yabrán, era mi hermano, que lo sepa la gente porque es así!" Un centenar de deudos, entre amigos y familiares, asistió ayer al entierro, donde no se permitió el ingreso de periodistas.
El suicidio del empresario volvió a ser ayer la cuestión excluyente para el Gobierno y para la gente del común.
Aunque el presidente Carlos Menem se obstinó en no mencionar el caso y uno de sus ministros, Jorge Domínguez, dijo que no fue objeto de comentarios en la reunión del gabinete, pues "está estrictamente encausado dentro del ámbito de la Justicia".
Entre los más estrechos colaboradores del gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde, pudo saberse que el aspirante a la Presidencia se juramentó a no utilizar el caso Cabezas en su futura campaña proselitista.
Quien no se guardó nada a la hora de opinar fue el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, uno de los enemigos jurados del empresario muerto en Entre Ríos.
Anoche, en el programa "Hora clave", de Mariano Grondona, Cavallo hizo extensivas sus denuncias de manejos mafiosos al mencionado Colella, de quien dijo saber que "siempre fue la mano derecha de Yabrán".
Hay que investigar a Héctor Colella", recomendó el ex ministro.
Hubo nuevos detalles sobre el drama ocurrido en la estancia San Ignacio. Un joven chofer, y su esposa, leales a su patrón, fueron las únicas personas que estuvieron con él en el momento del suicidio.
Se trata de Leonardo Aristimuño, de 28 años, y su esposa Andrea, de 25, quienes trabajaban para Yabrán desde hacía siete años.
La Nación también estuvo ayer en Larroque y escuchó voces como esta: "A mí me cuesta mucho creer que Quico (mote pueblerino con que se le conocía) se haya suicidado. Era un tipo bárbaro, alegre".
Omar Carboni, uno de sus compañeros de secundaria, dueño de una hostería, cree que todo esto no es más que una pesadilla.
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