“Ya no damos más”: protestas, enojos y desesperación, el drama de los vecinos que hace 12 días que no tienen luz
Hubo más de 100.00 afectados este martes en la Capital y el área metropolitana de Buenos Aires; un grupo de vecinos de Parque Avellaneda se manifestó frente a la puerta de Edesur
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“Edesur criminal la luz es esencial”. El texto estaba escrito con marcador negro en un pedazo de cartón improvisado como cartel. Karina Estarico, vecina de Monte Castro, sostenía ayer por la tarde su proclama en el marco de la manifestación organizada en la puerta del proveedor del suministro eléctrico en la esquina de Alberdi y Lacarra, en el barrio de Parque Avellaneda. Como ella, decenas de personas se congregaron para pedir por respuestas y soluciones ante la desesperante situación que atraviesan. En algunos barrios, señalan, hace más de dos semanas que no hay luz.
“No veo a mi hijo hace 12 días”, se lamentó en diálogo con LA NACIÓN Estarico, quien precisó que desde hace 13 que no cuenta con suministro eléctrico en su hogar. Ante la necesidad de continuar con su vida, su hijo se mudó a lo de sus abuelos para poder rendir los finales de la facultad. “Yo estoy yendo y viniendo desde lo de mi papá, pero ya no damos más”, remató.
La manifestación, convocada para las 17 en la puerta de Edesur, en Alberdi y Lacarra, que para el cierre de esta edición registraba 100.689 usuarios sin luz, tuvo un origen pacífico. Familias y vecinos se acercaban para traer su reclamo o para solidarizarse con quienes estaban pasando un mal momento. Sin embargo, ante la falta de respuesta de las autoridades de la empresa, los manifestantes comenzaron a elevar su reclamo y alrededor de las 18.30 decidieron quemar unas maderas.
Con tiza, en el pavimento caliente, una frase acompañaba los hechos: “El único Edesur que ilumina es el que arde”. Efectivos de la Policía de la ciudad custodiaban las inmediaciones del lugar. “Queremos luz, no policías”, se escuchaba entre los manifestantes.
“La gente tiene derecho a reclamar, pero es necesario cuidar la salud de los trabajadores”, indicó Edesur en diálogo con LA NACIÓN, y precisó que se sigue trabajando en los lugares donde falta el suministro para regularizar la situación.
“Estas fallas se producen en el marco de 16 días de ola de calor ininterrumpida, con redes sobreexigidas, con temperaturas muy elevadas, incluso, por las noches en las que no hay descanso de la red eléctrica”, sumó la empresa proveedora de electricidad. Respecto a la frecuencia de los cortes, la compañía hizo referencia a las inversiones de largo plazo que se necesitan y, que según precisó, se están llevando adelante “desde hace cinco años”.
Después de dos semanas de temperaturas extremas en la ciudad y gran parte del área metropolitana, en un marzo en llamas, con récords históricos de temperatura, el alivio parece estar más cerca.
Vivir el día a día
Natalia, de 34 años, y Ángel, de 64, comparten edificio en la intersección de las calles Irigoyen y Tinogasta en el barrio de Villa Real. Este martes, se manifestaban resignados en la puerta de Edesur y conversaban sobre las numerosas dificultades de vivir sin suministro eléctrico y sin agua. En su caso, desde hace 15 días.
“Ya no quiero aplaudir más, me dan ganas de romper algo”, confesó Ángel a este medio, quien detalló que al momento del corte, el 1° pasado, tenía la heladera llena de viandas de comida que se echaron a perder por la falta de luz. “Vivo solo y no sé cocinar. Fue la manera que encontré de organizarme. Me tuve que mudar momentáneamente a la casa de mi pareja. Me baño en el trabajo, en lo de mi mujer, o en lo de mi papá. Es muy angustiante, no sabés qué va a pasar. Todos los días esperamos que vuelva y eso no ocurre”, sumó.
Natalia, que vive con su esposo y su perro, no sabe si podrá recuperar su emprendimiento gastronómico, afectado por los cortes de energía eléctrica. “Tenía guardada la mercadería en mi casa. Guardaba ‘frizados’ kilos de queso, leche, manteca y verduras. De carne, perdí como mínimo $100.000, porque justo ese día había hecho una compra grande”, señaló la joven empresaria, quien precisó que, además de asumir los costos del alquiler de su hogar, hay noches que renta una habitación para poder dormir y bañarse. “A veces dormimos en el comedor, que ahí más o menos corre el viento, pero otras veces es imposible. Un perrito en el edificio falleció por el golpe de calor”, agregó.
Muchos vecinos del barrio de Mataderos llevan más de dos semanas sin luz. María Amalia Costa vive entre las calles Alberdi y José León Suárez, e indicó a LA NACIÓN que el lunes fue el cumpleaños de 15 a su hija menor y, también, de “la falta de luz”. “Quería festejar mi cumpleaños con amigos, pero no pude”, se lamentó su hija Martina.
“No podemos dormir del calor. Cortamos la calle, pero no nos dan solución, ya no sabemos qué hacer. Edesur nos da un número de reclamo, que nunca solucionan y encima me mandan un mail y me dicen que el inconveniente ya fue solucionado”, señaló Costa.
Cuando el suministro vuelve, sin embargo, la tensión es intermitente. Por eso, la conexión de electrodomésticos es por etapas y se prioriza la heladera y algún ventilador para poder contrarrestar el calor, que no cesa.
“Ya llevo tres bombas de agua, un lavarropas, una heladera y un microondas roto por los cortes y la mala tensión”, listó Daniel Tripicchio, de 56 años, vecino de Parque Avellaneda, quien precisó que ayer volvió la luz en su hogar después de cuatro días.
Para realizar reclamos por los perjuicios ocasionados por los cortes, Edesur precisó a LA NACIÓN que se pueden canalizar a través de su página web, redes sociales o teléfono. “A cada caso se evaluará de manera individual y en función de los daños sufridos se procederá a atenderlos. Además, esos usuarios serán bonificados”.