"¿Y la muerte de mi hija quién la paga? ¿Va de regalo?"
Guillermo Pérez fustigó el fallo absolutorio, dijo que el tribunal "no entiende nada de violencia de género" y prometió seguir la lucha
MAR DEL PLATA.- Las livianas gotas de lluvia corren sobre el rostro de Lucía Pérez en esas fotos que cuelgan en el pecho de sus padres. Admirables ellos desde la calma y la entereza con que ayer escucharon un fallo que no esperaban. Que condenó a dos de los tres acusados por comercialización de estupefacientes, pero absolvió a todos por lo que tanto la querella como la fiscalía consideraban probado: que la chica, de 16 años, fue víctima de una violación y un femicidio.
"Les dieron una pena por venta de drogas, nada más. ¿Y la muerte de mi hija quién la paga? ¿Va de regalo?", se pregunta Guillermo Pérez, padre de la chica que, según la conclusión de los jueces, murió intoxicada con cocaína mientras mantenía relaciones sexuales consensuadas con uno de los imputados, Matías Farías, de 24.
Marta Montero, madre de Lucía, salió de la sala de audiencias cabizbaja, calma, como cuando poco antes había pedido que nadie saliera herido ("ni ustedes ni los policías", aclaró) a cientos de manifestantes que fueron a acompañarla frente a los tribunales a la espera de una condena contundente. "Esperaba perpetua, porque hasta los 18 años que había pedido el fiscal me parecían pocos", dijo luego a LA NACION.
Guillermo y Marta coincidieron en que bajaron las escaleras de los tribunales marplatenses con una sensación de "pura injusticia" resumida en ese fallo de 71 fojas que en nada atendió los planteos del abogado querellante y del fiscal Daniel Vicente, convencidos ambos de que había elementos suficientes para probar que los imputados abusaron de Lucía y, desde esa situación de dominio de la situación, se les murió o la mataron.
Guillermo Pérez da por hecho que se buscará una revisión de lo resuelto por el Tribunal Oral Penal N° 1. "Vamos a tener que salir a buscar justicia a otro lado", afirmó, sobre la segura opción de recurrir a la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata.
Que Farías y Juan Pablo Offidani sigan en la cárcel no es consuelo, porque la pena que recibieron es corta y el motivo, distinto del que creían que los jueces debían atender. "Lo lamentable es que les dieron ocho años, pero cuando salgan van a hacer lo mismo con otras pibas, con otras mujeres, porque no los condenaron por abusar y matar", cuestionó Marta Montero.
La pareja y su hijo se han mantenido fuertes en estos más de dos años sin Lucía. Encabezaron marchas y acompañaron las de familiares de otras víctimas de casos similares. Por eso también apuntan a los magistrados ante la falta de una visión de género a la hora de resolver el caso. Dice Pérez que este tribunal "no sabe ni entiende nada de violencia de género, cero".
También están decepcionados, y mucho, de la fiscal María Isabel Sánchez, que abrió esta causa y los embarcó en una versión terrible de sufrimientos extremos sufridos por Lucía que en el juicio oral no se pudieron probar. "También tendrá que dar respuestas", coinciden, sobre el pedido que el tribunal hizo para que se investigue el desempeño de la funcionaria judicial. "Lo que hizo va a tener que pagarlo con todo su patrimonio", advirtió Pérez.
Familiares y amigos los rodearon después del cachetazo que significó para ellos este fallo de condenas exiguas. Todos llevaban carteles con una foto de Lucía. Algunos, también, una flor en la mano. Se abrazaban, se daban unos a otros un consuelo que nunca alcanza. Pero lo que sobra, repetían, es fuerza para seguir con la lucha. "Esto no se termina acá", advirtieron los padres de la chica. Ahí sí Pérez se permitió atragantarse con un intento de llanto, una angustia que le cerraba la garganta, aunque no detuvo sus pasos. "Vamos a seguir hasta el fin, buscando justicia en otro lado; solo mi muerte va a marcar el final de mi lucha", concluyó.