Vuelta a las aulas. El anhelado reencuentro de un maestro con sus alumnos después de siete meses
Eugenio Bret, de 57 años, es ingeniero y docente de la Escuela Técnica N°35 Eduardo Latzina, en el barrio porteño de Villa Real. Vive con su esposa, Claudia, que también es docente, en Villa Lynch, provincia de Buenos Aires. Son las 8 y su casa, de a poco, adquiere cierta efervescencia matutina. Bret toma un mate cocido que, esta vez, le dará la energía necesaria para ir más allá de la mesa de la cocina, donde tiene un pizarrón pequeño. Ahí interactúa con sus alumnos de manera virtual desde marzo, cuando se declaró la cuarentena obligatoria por el coronavirus. Hoy, su rutina cambiará después de siete meses.
Lleva puesto un jean y una chomba colorada. Está entusiasmado. Se va a reencontrar con sus estudiantes de sexto año. Ayer les había mandado un mensaje de WhatsApp a sus alumnos: "Mañana [por hoy] no será solo otro día, sino que será el mejor día, el reencuentro".
"¿Llevo cartas para jugar al truco?", le preguntó un alumno. "No, traé lapicera, hojas en blanco y calculadora", le respondió Bret.
Bret es exalumno de esa escuela y hace 30 años que es docente en la institución. Como profesor, este año tiene a su cargo 13 divisiones entre tercero, cuarto, quinto y sexto año de la secundaria. Reconoce que estos meses fueron complejos: la virtualidad impuso muchas limitaciones.
"Fue un año difícil, pero los pibes son muy agradecidos, muy agradecidos. Cuando te mandan un lindo mensaje, para mí es como una caricia al alma", dice, y agrega que muchos estudiantes le han contado problemas familiares que surgieron en estos meses de aislamiento. Incluso, más allá de las cuestiones personales, atravesaron, además, problemas técnicos y algunos tuvieron que llevarse una computadora de los laboratorios del colegio a la casa para poder seguir conectados.
Hoy, además de la N°35, abre la Escuela Técnica N° 27 Hipólito Yrigoyen, también en Villa Real. El resto de las escuelas técnicas y medias de la ciudad irán reabriendo en los próximos días, solo para los alumnos del último año de cada ciclo. Esta semana habrá 11 aperturas en total. Los estudiantes de 7° grado del primario retomarán el próximo lunes. En el caso de las escuelas de gestión privada, deberán enviar una nota a la Dirección de Gestión Privada y quedarán habilitadas para abrir.
Ya son casi las 9. Bret se pone el casco, guantes y anteojos, agarra su bici negra y empieza a pedalear. Desde su casa en Villa Lynch tiene un viaje de 15 minutos hasta la escuela.
Al llegar, empiezan los protocolos. Primero se topa con un tótem que al presionar un pedal da alcohol en gel, luego le toman la temperatura e ingresa, finalmente, a la escuela, en donde lo esperan los "espacios burbuja".Son rondas con 10 pupitres a dos metros de distancia uno del otro, donde los alumnos tomarán las clases al aire libre. Si un día el clima no acompaña, llevarán los pupitres al interior de la escuela, pero dentro de un espacio amplio. No se usarán las aulas. Según cada escuela, habrá turnos de una hora y media a cuatro horas y un intervalo de 30 minutos para desinfectar los bancos entre grupo y grupo.
Hoy los alumnos harán actividades de acompañamiento educativo que complementarán la virtualidad, según anticipó la ministra de educación porteña Soledad Acuña, que también está en la escuela.
Son las 9.50. Nahuel López, de 18 años, acaba de llegar. Es el primer alumno en entrar a la escuela. Bret lo saluda y López se sienta en uno de los 10 pupitres, apoya su carpeta y una botella de alcohol en gel. "Estoy muy contento, pero mis padres me pidieron que me cuide, mi mamá es grupo de riesgo", señala.
Mientras tanto, Bret conversa con Pablo Loboserra y Ezequiel Khammar, de 18 y 19 años, otros dos alumnos que acaban de llegar. "Profe, qué vamos a hacer hoy", le preguntan con entusiasmo. Son las 10 y la clase va a empezar. Luego de más de siete meses, los chicos se pusieron, al fin, su chomba de egresados para retomar la tan añorada presencialidad. "Buen día a todos, bienvenidos. Saquen una hoja que vamos a hacer un ejercicio", dice Bret.
Meses de virtualidad
En estos meses de pandemia, Bret dictó la materia seguridad industrial, resistencia de materiales, física, química, motores, termodinámica, tecnología de los materiales, entre otras. "Llegué a dar solo dos días de clases presenciales en el turno diurno antes de que se decretara el aislamiento. Igual, los alumnos me conocen de los pasillos o de las clases de apoyo que siempre doy".
Según describe, tanto él como sus colegas pensaron que las clases en modalidad virtual iban a ser por poco tiempo, entonces primero diseñaron una estrategia de contención que rápidamente quedó obsoleta porque la realidad les mostraba que regresar a las aulas iba a demorar, y mucho.
"Con el correr de las semanas tuvimos que modificar todo. Empecé a usar Google Classroom, subía los ejercicios y los chicos los resolvían. Pero era muy poco dinámico. Muchas veces, una duda planteada por un estudiante, entre idas y vueltas, tardaba días en resolverla. Luego de las vacaciones empecé a usar el Google Meet y ahí mejoró el intercambio con los alumnos", dice Bret.
En su opinión, la pandemia golpeó duro a la calidad educativa, aunque él, se lamenta, hace tiempo ya nota un deterioro en el aprendizaje de los chicos: "La educación viene en una curva descendente. Cada vez uno tiene que empezar desde más abajo con los temas porque vienen mal preparados de otros años. El celular en clase tampoco ayuda. Con los chicos que tenían materias previas este año, de 200 solo aprobaron dos. Yo siempre estudié en la escuela y la universidad pública, por lo que siento el compromiso de enseñar y tratar de exigirles hasta que de verdad aprendan el contenido".
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