¿Volvieron o nunca se fueron? La ciudad se volvió a llenar de mosquitos a semanas del invierno
Algunos de los mosquitos que sobrevuelan las ciudades por estos días, pueden llegar a vivir hasta seis meses; las larvas eclosionan apenas vuelve a subir la temperatura y aumentar la humedad
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¿Volvieron los mosquitos? ¿O es que nunca se fueron? La frase ya escapa a la conversación trivial entre vecinos. Una charla de lo más inusual a un día del comienzo de junio en Buenos Aires, en una semana con temperaturas tan bajas que hicieron creer a más de uno que podía nevar. De todas formas, y pese a todos los pronósticos, ahí siguen ellos. Resistentes a todo. Amos y señores del espacio público, punzantes como en un día de verano, voraces, siempre dispuestos a hacer roncha.
“Estoy harta de los mosquitos, de ponerme repelente, de no poder sentarme a tomar mate en el jardín desde febrero. Hace unos días parecía que al fin se habían ido. Pero no, volvió a subir la temperatura, volvió la humedad y están peor que nunca. Mirá cómo tengo el brazo”, se quejaba ayer Sol Martínez, mientras esperaba que sus hijos salieran del colegio, en Banfield.
“Esta semana volvieron con todo. Yo ya no compré repelente cuando lo vi en el supermercado, porque dije ya está, ya se fueron, pero no, están peor que nunca. Después volví al súper y ya no quedaban. Otra vez lo mismo”, se quejó Pablo Pintos, vecino de Villa del Parque, que dice que ayer a la mañana lo asaltaron los mosquitos cuando esperaba en la parada del colectivo 110.
Adrián Díaz es investigador y doctor en biología, trabaja como director del laboratorio de arbovirus en el Instituto de Virología Vanella, dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba y se especializa en virus transmitidos por artrópodos, como el dengue. No tiene buenas noticias: no es que hayan vuelto, sino que nunca se fueron.
Algunos de los mosquitos que sobrevuelan las ciudades por estos días, pueden llegar a vivir hasta seis meses, escondidos en placares, dentro de las casas, alimentándose de plantas y picando a los animales de la casa. Otros mosquitos, como los del dengue, son menos resistentes a las bajas temperaturas, pero son en cambio sus descendientes los que nos castigan cada vez que vuelve a hacer calor, post lluvia y se producen las condiciones para que eclosionen las larvas.
“Cuando hablamos de mosquitos, estamos hablando de distintas especies, y cada una de ellas con particularidades en su biología. Principalmente hay tres especies abundantes en las comunidades de mosquitos urbanas: Aedes aegypti, vector del dengue; Aedes albifaciatus, vector del virus encefalitis equina del oeste, y Culex quinquefaciatus, vector de los virus encefalitis de San Luis y virus West Nile. Estas tres especies tienen importancia como vectores de enfermedades virales. Y cada una tiene diferente tolerancia al frío”, detalla Díaz, que vive en Río Ceballos, en Córdoba.
Mosquito de los charcos
“Los mosquitos que hubo estas semanas pertenecen a la especie Aedes albifasciatus. Es un mosquito que cría sobre tierra, no sobre veredas o cemento. Este mosquito deja sus huevos en las grietas del barro cuando un charco se va secando. Y cuando llueve de nuevo y se hace el charco otra vez, allí salen las larvas y de ellas las pupas y de estas los adultos. Esto sucedió en charcos muy grandes, inmensos, campos inundados en la provincia de Buenos Aires. Un factor para que estén es que en estos meses hubo muchas veces sudestadas. Estos vientos traen estos mosquitos a la ciudad. Pero aquí, esa población de mosquitos adultos no tienen mucho como continuar viviendo, porque no hay tantos lugares propicios para su reproducción, o sea campos o charcos, salvo alguno que otro en algún parque, pero es ínfimo”, explica Nora Burroni, investigadora del Grupo Mosquito de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.
“Esta especie está adaptada a temperaturas más frescas. En realidad, todavía es época del año acorde a esta especie, el otoño es propicio para ellos. Los dejamos de ver porque no es en la ciudad básicamente donde se crían”, explica Burroni, y destaca la importancia de deshacerse de los bancos de huevos de mosquito como el Aedes aegypti en los meses fríos.
“Aedes aegypti sigue habiendo todo el año, pero seguirá en estado de huevo los meses fríos. Esos huevos, como todo huevo, están quietos. ¿Dónde? En los sitios que fueron criaderos que mencionamos siempre en las casas. Esos recipientes deben lavarse en invierno, ideal si es con un trapo o esponja o cepillos, raspando el interior del recipiente, agua y detergente. Luego también poner bajo techo, eliminar lo inútil, dar vuelta, limpiar canaletas, lavar, poner agua hirviendo en rejillas. Si esto lo hacemos, podemos vaciar el banco de huevos, pues son estos los que darán origen a los mosquitos de la temporada siguiente. Tenemos esa oportunidad que no tienen los países que no tienen meses fríos. Debemos ser conscientes de esto y que podemos prevenir en vez de lamentarnos cuando venga el calor otra vez”, apunta Burroni.
Adiós al dengue
La especie que desaparece con los primeros fríos es el Aedes aegypti. Al menos en su estado adulto, pero van a quedar “huevos embrionados y viables”. Los huevos que quedaron este otoño van a soportar el invierno, y con las próximas lluvias y aumento de las temperaturas, en la próxima primavera, van a reaparecer y a aumentar su población, explica el especialista. Eso es lo que pasa en las zonas templadas de la Argentina.
Pero, ¿qué está ocurriendo en las zonas subtropicales? “En el noreste o el noroeste, se está viendo que como el invierno está siendo cada vez más suave, incluso Aedes aegypti sigue estando activo todo el año. De hecho, es lo que pasó el año pasado, porque nunca se cortó la transmisión de virus del dengue durante el invierno en el noreste argentino”, apunta Díaz.
En la región central, con los primeros fríos desaparecieron casi los Aedes aegypti adultos. En cambio, el Culex quinquefasiatus, que es un mosquito de ámbitos templados, no. Ese es uno de los mosquitos que se están viendo por estos días. “Es más tolerante al frío que el Aedes aegypti. Los huevos y las larvas van a desaparecer, pero las hembras, incluso los adultos machos, pueden quedar activos durante el invierno, escondidos, por ejemplo, en el placard, en algún depósito que tengamos en nuestras casas, en alguna casa abandonada, pueden quedarse ahí en estado de latencia, y ocasionalmente pueden picar algún animal, y de esa manera sobrevivir”, explica. Ese período puede llegar a ser de entre un mes y hasta seis meses.
De hecho el mismo ejemplar adulto puede atravesar todo el invierno. “En el laboratorio, nosotros hemos criado para medir el periodo de supervivencia, y algunos Aedes aegypti hembras han estado vivas por más de seis o siete meses. Los Culex quinquefaciatus también, pueden vivir tres meses tranquilamente, es decir que un mismo ejemplar puede sobrevivir el invierno”, detalla Díaz. " Y cuando se reactive su metabolismo con la llegada de la primavera, esos adultos van a poder poner huevos y larvas en charcos naturales”, detalla.
Mosquitos team invierno
Los mosquitos Aedes albifasiatus son la especie más tolerante al frío. “Pueden vivir tranquilamente en invierno. De hecho es la única especie de mosquito que llega hasta Tierra del Fuego. Es muy tolerante a las temperaturas bajas. En algún momento del invierno desaparece su estado adulto y las larvas, pero van a quedar los huevos. Y esos huevos son tolerantes a la sequía y a las temperaturas bajas, y con la próxima lluvia y la primavera, en las temperaturas más elevadas, van a generarse de nuevo las larvas y los adultos”, explica el especialista. Esa es la razón por la que estos días, que se reactivan un poco las temperaturas altas, salen de vuelta los adultos. “Probablemente sean adultos de Culex y de Aedes albifasiatus, y no de Aedes aegypti”, detalla
Díaz cuenta que en su ciudad, una localidad serrana, acaban de atravesar una semana con temperaturas muy frías, de dos o tres días bajo cero. “Hoy, por ejemplo, que ya la temperatura está en 20 grados y con una mínima de 7 ó 8 grados, al mediodía ya se veían algunos mosquitos de Culex quinquefasiatus alimentándose”, explica.
La razón por la que a pesar de que haya tantos mosquitos, bajaron los casos de dengue, es porque el Aedes aegypti es la especie menos tolerante al frío: Para su desaparición, se requiere un período prolongado de temperaturas bajas de al menos 14 grados. Y la falta de fumigación en muchos distritos hace que la presencia de mosquitos sea constante.
¿Mutaron los mosquitos?
¿Son mutantes? Ese es el comentario que hacen muchos vecinos, por estos días, hartos de las picaduras, que ya se cansaron de probar remedios caseros y brebajes con propiedades repelente. “Mutaron y ya no les hace nada ni el frío ni el veneno. Son más grandes, más pesados, como torpes. Son raros. Para mí que ya se adaptaron al frío”, apunta Pintos, desde su perspectiva de vecino harto de las picaduras.
“No es que los mosquitos mutan y se vuelvan resistentes y tolerantes al frío, no. Estamos hablando de distintas especies de mosquitos que ya de por si tienen una biología. El Aedes aegypti es un mosquito tropical, que si bien se ha ido adaptando a las regiones subtropicales, también se ha ido adaptando a las regiones templadas, pero sigue siendo un mosquito de hábitos tropicales, subtropicales, y por lo tanto no es tan tolerante al frío”, dice Díaz.
¿Qué tiene que pasar para que se vayan? “Bueno, tiene que haber un periodo de tiempo prolongado en días con temperaturas bajas, por lo menos para Aedes aegypti tienen que ser temperaturas bajas de 14 grados. Y si hay, por ejemplo, un periodo de 5 a 7 días con temperaturas por debajo de los 14 grados, el estado adulto de Aedes aegypti ya va a ir desapareciendo. De hecho, lo están demostrando cómo van disminuyendo la cantidad de casos de dengue que se van reportando. Para las otras especies de mosquitos, no desaparecen. Las hembras y los adultos de Culex pueden quedar escondidos, digamos, en el interior de nuestras casas, y durante estos días medios templaditos pueden salir a activarse nuevamente”, apunta Díaz.
Ante el comentario de que los mosquitos que se ven por estos días son más grandes, más torpes y pesados, el biólogo explica que tiene que ver con la especie que sobrevive al invierno: “Justamente esa especie es Aedes albifaciatus. Son mosquitos más grandes, más tontos, tienen como el vuelo más pesado, y si bien son bastante voraces, son medios lentos, entonces son fáciles de matar. Los Aedes aegypti son más huidizos”, explica.
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