Volvieron las clases en la ciudad con protocolos renovados y algunas dinámicas prepandemia
Hoy retornaron a las aulas con jornada completa los alumnos porteños de 4° y 5° año del secundario; las burbujas son ahora los cursos enteros, y ahí ya no es necesario mantener la distancia personal
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Veinticinco alumnos de cuarto año del secundario ocupan todo el aula, miran al frente y escuchan con atención la clase de Historia en la que hoy se habla del peronismo y los sindicatos. Hay mochilas azules desparramadas por el piso y los pupitres están a una distancia en la que perfectamente podrían pasarse los útiles entre alumnos o chocar los cinco. Parece un aula normal de prepandemia salvo por un elemento: si se los mira de frente, todos usan barbijo.
El regreso a clases luego de las vacaciones de invierno planteó cambios radicales para los alumnos porteños. Bajo el nuevo protocolo, ya no están divididos en grupos reducidos porque la burbuja ahora es toda el aula. Eso hace que allí dentro ya no es necesario mantener la distancia personal. Eso se ve perfectamente en otra aula de la planta baja del colegio Belgrano Day School, donde unos siete alumnos miran con entusiasmo lo que uno muestra en su teléfono. Otro grupo cuchichea en ronda. Son escenas habituales que se hicieron extrañas en el último año y medio, que exigió cero contacto entre los alumnos o entre ellos y los docentes. Pero eso cambió a partir de hoy.
Esta mañana pudieron regresar a las aulas, por toda la jornada completa, los alumnos de 4° y 5° año del secundario en la Capital Federal. Es el caso de Margarita Arata, que cursa el último año en el Belgrano Day School. Hoy se reencontró ahí, por primera vez desde el 2020, con todos sus compañeros en el aula. “¡Es medio shockeante ver a todos al principio, pero es re lindo”, dice la alumna que está contenta de volver a cursar ocho horas completas. Ella prefiere eso a estudiar desde su casa, donde reconoce que “es un lío”.
Algo similar plantea Matías Escalante, que tiene 17 años y cursa cuarto año en la Escuela 8 de 10 Julio Roca, ubicada a pocas cuadras. “En casa y con las clases virtuales me cuesta mucho concentrarme porque hay muchas distracciones entre la tele, la cama, mis papás y mis hermanos”, explica, mientras ingresa a la escuela poco antes de las 8 de la mañana.
Él hoy no se reencuentra con compañeros porque en su curso son un grupo pequeño que siempre conformó una sola burbuja. Lo que sí cambia es que ahora debe venir presencialmente todos los días, de forma obligatoria y en horario corrido. Solo quedan exceptuados de asistir presencialmente los estudiantes con condiciones de riesgo o que conviven con personas de riesgo.
En esa escuela, la rectora Laura Lobato agradece la posibilidad de tener a los alumnos la mayor cantidad de horas posibles dentro de las aulas. Allí, la jornada es de 7.40 a 12.40 para el turno mañana y de tarde, 13.20 a 18.20.
Seguimiento cara a cara
Según cuenta Lobato, hubo estudiantes que a lo largo de la pandemia dejaron la escuela para comenzar a trabajar y es más fácil hacer un seguimiento viendo a los chicos cara a cara. “Estos tres días van a ser importantes para poder detectar qué pasa con cada uno y analizar cómo armamos estrategias para recuperarlos”, explica.
Desde su punto de vista y pese a las escasas muestras de entusiasmo de los alumnos —a muchos el barbijo no les disimula el fastidio de madrugar— Lobato asegura que los adolescentes “patalean pero les gusta ir a la escuela”.
“Extrañan un montón, más en quinto año porque saben que esto se termina, y para muchos la escuela representa un espacio de cinco horas solo para ellos”. Una alumna le confesó hace poco que le gustaba ir a la escuela porque en su casa tenía que limpiar, cuidar a su hermanito y hacer la tarea.
Daniela Flores, de 19 años, critica la virtualidad y celebra poder volver a la escuela presencial por otro motivo: cree que hay materias que son muy difíciles de aprender a través de Zoom. “Hay temas que ya en quinto año son difíciles de comprender y para los que necesitamos que alguien esté encima de nosotros explicándonos. Porque si tenemos que esperar que nos respondan una duda muchas veces ya pasó el momento o nos olvidamos”, dice.
Daniel llegó a la escuela Roca 20 minutos antes para el primer día después de las vacaciones. Pese a eso dice no estar entusiasmada por demás. De fondo se escuchan los gritos, aplausos y risas que salen de un aula y llegan hasta la calle.
Bajo este nuevo protocolo, son más de 700 alumnos y alumnas de la Capital Federal que hoy retomaron — de forma escalonada— su esquema de clases prepandemia. El uso de alcohol en gel, la toma de temperatura al ingreso, la ventilación cruzada en las aulas y la distancia necesaria entre burbujas se mantienen hasta nuevo aviso.
Cómo sigue el calendario diseñado por el Gobierno porteño para un regreso gradual:
- Hoy: vuelven a la rutina habitual los alumnos y alumnas de 4.° y 5.° año de secundaria y los/as de 5.°y 6.° año de secundaria técnica.
- 9 de agosto: vuelven los de 1.°, 2.° y 3.° de secundaria y 1.°, 2.°, 3.° y 4.° de las secundarias técnicas.
- 17 de agosto: una vez completa la secundaria, van a volver a la rutina habitual los/as estudiantes del Nivel Primario, Educación Especial y los estudiantes del Nivel Superior no Universitario, de las escuelas para adultos y de los centros de formación profesional.
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