Volver a casa tras la evacuación
Unas 100 personas ya pudieron retornar a sus hogares; el proyecto de expropiación, postergado
Las cuatro valijas están preparadas sobre la cama matrimonial. Frente al freezer, apoyada contra una pared, hay una quinta para guardar toda la comida congelada que no se echó a perder, por si tienen que volver a evacuar el edificio. Después de casi cuatro días viviendo en un hotel, la familia Muzzicato pudo volver a su departamento del 6° piso de Talcahuano 57. Y pese a que, en principio, su edificio no sufrió daños, los rumores de una nueva evacuación los mantienen listos para volver a dejar su casa en cualquier momento.
"Tenemos las maletas hechas porque escuchamos que en un día o dos nos pueden evacuar de nuevo. Al menos, que nos agarre más organizados", dice a LA NACION Patricia Muzzicato, en el comedor de su casa. Ella, su marido y sus cuatro hijos son parte de las cien personas que ya pudieron volver a su casa luego de ser evacuados tras el derrumbe del edificio de Bartolomé Mitre 1232, ocurrido el pasado viernes. Todavía son 130 -50 del edificio en ruinas- las que aún no pudieron hacerlo, según fuentes del gobierno porteño.
En el momento del derrumbe, Patricia y sus dos hijos mellizos, de doce años, estaban en el departamento. Vio el polvo entrar por la ventana y enseguida la llamó su marido, que había bajado al supermercado. "Me avisó de lo que pasó y agarré unos buzos, zapatillas, los DNI, las partidas de nacimiento de todos y la notebook de mi marido. Desde ahí ya no pudimos volver hasta el martes", cuenta.
Gracias a que su marido trabaja en turismo, pudieron pasar los días en un hotel céntrico. "Para los chicos fue una especie de aventura. Pero yo sentía que me faltaba todo", dice ella.
Después, día a día surgían nuevas cosas que hacían falta, y que en contadas ocasiones pudieron conseguir subiendo y bajando a su casa en cuestión de minutos. El sábado fueron los anteojos de su hijo más chico, Sebastián, que tiene síndrome de Down, además de unos remedios y una muda de ropa para cada uno. El lunes faltaban los uniformes de los chicos y la mochila, pero acudieron con lo que tenían a mano. Y la gran preocupación fue la comida: habían gastado 2200 pesos en la compra de principio de mes y tuvieron que tirar de todo por la falta de luz.
"Era una sensación encontrada. Porque nos pasaba todo esto, pero al lado teníamos a alguien que les decía a sus familiares que habían perdido todo", cuenta.
A la vuelta, frente al edificio de Rivadavia 1239, Bibiana Ficcardo acababa de bajar un peluche de su hija Paloma. Ella y su familia todavía tenían vedado el regreso a sus hogares. Ya llevan cinco días en la casa de su suegra, pero no ve el momento de poder volver.
"Mi hija tiene diabetes y en el momento de la evacuación me desesperé por la insulina. Después, de a poco pude ir bajando las agujas, las tiritas reactivas...", dice Bibiana, que pidió licencia en su trabajo como docente hasta que se normalice todo.
En la Legislatura, en tanto, se postergó para la semana próxima el posible tratamiento sobre tablas tanto del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo porteño para expropiar el inmueble de Mitre 1232 y pagar las indemnizaciones correspondientes a los propietarios, como el de la iniciativa de la legisladora Silvina Pedreira de abonar un subsidio de 50.000 pesos a los afectados.
Además, ayer, el Sistema de Emergencias de la ciudad -se accede llamando al número 103- recibió 34 denuncias por presuntos riesgos de derrumbe, aunque finalmente todas resultaron falsas alarmas.
En Juramento 5042, en Villa Urquiza, un vecino llamó por una presunta rajadura de la pared que no fue tal. Mientras que en Boedo 650, en Almagro, unos cien chicos del jardín de infantes N° 8, dependiente del gobierno porteño, fueron evacuados a las 14 a raíz de una fisura que obreros de una edificación lindera provocaron en el primer piso del establecimiento educativo. Pero tampoco había riesgo de derrumbe, según las autoridades.
"Ocurre que la gente está asustada y llama ante la menor situación. Es entendible y nosotros acudimos a los reclamos", dijo a LA NACION Néstor Nicolás, subsecretario de Emergencias de la ciudad.