Vivir en una ciudad bajo las cenizas
Al igual que en varios lugares del sur de la Argentina, en Chile muchas localidades se encuentran afectadas por la erupción del volcán Calbuco; vivencias de ciudadanos cansados de un desastre que se repite
PUCÓN, Chile.- Cinco días después de la erupción del volcán Calbuco, las cenizas afectaron a varias ciudades de la Argentina, pero no sólo en el sur de nuestro país el ritmo de vida cambia. A 280 kilómetros de la ciudad de Puerto Varas, la más cercana al volcán, se encuentra Pucón un importante centro turístico de Chile, acostumbrado a vivir con el miedo a otra catástrofe natural. Ubicada a 15 kilómetros del volcán Villarrica, que explotó el pasado 3 de marzo. Hoy la ciudad vive bajo las cenizas. Dicen sus habitantes que su mejor vista es la del volcán, cuando el día claro permite ver. Hoy una capa gris cubre el cielo, el sol no muestra su brillo. Su día a día se ve afectado por la actividad volcánica: colegios cerrados, calles y autos bajo cenizas, plantas y árboles cuyas hojas perdieron su color: lo que despidió el volcán domina el paisaje.
Cinco días después de la erupción de un volcán ubicado a varios kilómetros de distancia, la seguridad no cambia. El jueves, día que el Calbuco estalló, los ciudadanos de Pucón contaron que recién vieron la luz del sol entrado el día. "Fue sorprendente, fue como que amaneció cerca de la una del mediodía", contó a LA NACION Edgardo Soñado, guía de turismo de la ciudad. Luego relató lo que hoy se vive en la ciudad: "La ceniza comenzó a trasladarse por los vientos. Aquí se encendió una alarma, se suspendieron algunas actividades, pero no fue nada muy grave", contó. Luego remarcó que entre el domingo y el lunes se desató un viento que llaman "Puelche" (que en la lengua originaria significa "gente que viene del este", donde se originó el viento), que levantó la ceniza y la metió en la ciudad: casas, campos, árboles, autos, monumentos, todo bajo ceniza.
El día que el Calbuco estalló, los ciudadanos de Pucón contaron que recién vieron la luz del sol entrado el día. "Fue sorprendente, fue como que amaneció cerca de la una del mediodía", dijo Edgardo
Pese a todo, la actividad diaria trata de alterarse lo menos posible. Sí las vestimentas y el cuidado de la salud. "Nos estamos acostumbrando a vivir así...la cuidad se había limpiado pero con los vientos de hoy las cenizas volvieron. Hoy los colegios están cerrados, como pasa desde el jueves, cada privado elige si abrir o no, algunos decidieron no hacerlo", contó a LA NACION Carolina Ruiz, coordinadora de turismo de la Municipalidad de Pucón. La ciudad ya vivió otras veces esta situación, por lo que los casi 23 mil habitantes ya conocen qué hacer. "Hay que estar poco al aire libre, cuidarse con mascarillas (barbijos) y no realizar ninguna actividad física mientras que las cenizas estén en el ambiente", agregó Ruiz.
Al estar a orillas de un volcán, el centro de la cuidad tiene una señal por la actividad que puede generar el mismo. En la Municipalidad hay un semáforo, como el que se puede ver en cualquier esquina de una ciudad cualquiera, que marca la gravedad de la situación. En verde, tranquilidad. En amarillo, como esta hoy, se enciende la primera alerta. En rojo, a prepararse para lo peor. Recomiendan tener lista una mochila de primeros auxilios: documentos, plata, comida, agua, linternas, ropa, medicamentos o fósforos. Algunos más preparados consiguen carpas y bolsas de dormir. "Hace casi dos meses, cuando fue lo del volcán de Villarrica, gran parte de la ciudad vino a comprar y abastecerse de muchas cosas. Algunos elementos básicos se agotaban", relató Fabián Muster, quien trabaja en una casa de camping ubicada en pleno centro de Pucón.
En Pucón hay un semáforo, similar a los de cualquier esquina de una ciudad cualquiera, que marca la gravedad de la situación: en verde, tranquilidad; amarillo, como está hoy, primera alerta; en rojo, prepararse para lo peor.
Según contaron a LA NACION, cerca de 200 toneladas de cenizas cayeron del volcán de Villarrica. "Lo que más se llevan en estos casos son los barbijos, antialérgicos, gotas para los ojos y los asmáticos son los que más se deben cuidar por cómo las cenizas pueden afectarlos", relató Arturo, desde una de las farmacias de la ciudad. "Nos molesta que se suspendan las clases y que nosotros tengamos que seguir trabajando. A los niños los cuidan mejor en la escuela que solos en nuestras casas donde no sabemos dónde están, pueden estar al aire libre en contacto con las cenizas cuando adentro de un colegio están mejor cuidados", relató.
En el corto plazo las cenizas afectan no sólo a los ciudadanos y sus actividades, sino también a la flora y fauna. Árboles y plantas cubiertos de cenizas y el pasto, principal alimento de los animales, también afectado por los desechos del volcán. "El ganado no come pasto hasta que las cenizas se van con la lluvia. Luego son buenas porque sirven de abono y matan algunos insectos que afectan los cultivos", informaron desde la municipalidad.
"Hay una presión psicológica, no podemos estar todos los días pendientes por el volcán que tenemos a escasos kilómetros, sobre todo cuando nos afecta tanto uno que está lejos", dijo una vecina
Pese a que la actividad continúa, la paciencia de los habitantes se agota. "Cuando hace poco más de un mes sonó la alarma por el volcán Villarrica, me asusté mucho. Por suerte no pasó nada grave, pero ahora tener que volver a vivir una situación similar, por un volcán que está a kilómetros de distancia, molesta un poco más", contó Emelina Obreque, dueña de una inmobiliaria en la ciudad de Pucón. "Hay una presión psicológica, no podemos estar todos los días pendientes por el volcán que tenemos a escasos kilómetros, sobre todo cuando nos afecta tanto uno que está lejos", agregó.
Lo que más nos preocupa son los problemas respiratorios, que sufrimos casi todos", remarcó Obreque, quien además dijo estar preocupada por la actividad turística que la ciudad tiene en invierno. El turismo es el principal ingreso de la ciudad, y el estado preocupa a poco más de un mes de que comience el invierno. "No sabemos qué pasará con el centro de sky, que queda a orillas del volcán de Villarrica, eso nos preocupa", señaló Ruiz.
En esta ciudad ya se vive alerta. El pasado 3 de marzo, cerca de las 4 de la mañana, la alarma se encendió y comenzó la evacuación cuando el Villarrica entró en actividad. "A veces, se escucha el volcán de noche como si estuviera respirando", cuenta uno de los vecinos. La erupción más recordada se dio en 1971: por entonces, murieron cientos personas y la ciudad quedó aislada. Muerte y destrucción que dejó un torrente de lava de diez metros de espesor y 200 de ancho que arrasó todo a su paso.