Virginia Da Cunha, la nómada
Amante de su libertad, disfruta de la música, los deportes, los viajes y la naturaleza
“Todo lo que hago es tiempo libre y es elegido en libertad”, explica Virginia Da Cunha, que no termina de decidir si es que no sabe estar en ocio o si lo hace las 24 horas del día. “Tengo mucha disciplina, entonces administro mi libertad para tener un objetivo y concretarlo”, dice la cantante. La actividad física es una parte inherente de su rutina diaria. “Una hora antes de entrar en contacto con el mundo, me despierto y me tomo mi tiempo para estar en silencio. Después necesito activar el cuerpo, entrar en contacto con mi respiración”, relata. El día laboral se sucede entre reuniones y, al terminar la jornada, la también DJ es bastante multifacética. Quedarse en su casa, cocinar, tomar vino, escuchar música y leer un libro en la cama es un gran plan, aunque también lo es salir con su novio o sus amigas. “Tengo un costado súper social, hasta puedo salir sola y sentarme en una barra a charlar con el que esté al lado. Me encanta la buena comida y conocer restaurantes y bares nuevos, pero no soy muy nocturna. Tengo el síndrome de Cenicienta: a las 12 me transformo”, cuenta. Sus preferidos son los lugares escondidos, fuera del circuito, y si tienen buena música, una linda ambientación y comida sana, tanto mejor. La música en vivo es otro de sus planes preferidos; no así las multitudes. “Al elegir un hotel, un restaurante o un concierto, me gusta lo hogareño. Soy una persona boutique style. Lo mismo con mis shows: los disfruto mucho si son en un lugar íntimo”. Le fascina ir a escuchar jazz o alguna banda poco conocida, por el clima único que se genera.
Virginia es una apasionada del deporte. “Soy una persona muy aérea y el deporte me da la tierra que necesito para encarnar en este mundo”, reflexiona. Sus preferidos son los que le permiten interactuar con la naturaleza: surf, snowboard, esquí, wakeboard, longboard, running, bicicleta (aunque tampoco les hace asco al tenis, el fútbol y el básquet). “Es vital la armonía con la naturaleza: para ser feliz, para ver las cosas con buena perspectiva, para estar en paz conmigo y con el resto”, cuenta. El yoga es parte de su ritual cotidiano. “Según el día, elijo si hago un yoga más de relajación a la noche o uno bien dinámico a la mañana”. Con su novio son muy compañeros. Los fines de semana entrenan juntos y aprovechan el aire libre. “Los dos somos de aburrirnos fácil y estamos siempre buscando un programa”.
“Soy nómada por naturaleza. Vivo en un lugar chiquito y busco mi amplitud en oportunidades de viaje”, declara la cordobesa, que no se siente arraigada. “Me conecto con muchísimos lugares, he sido feliz en todos lados y las mejores experiencias a nivel de transformación personal fueron en viajes. Los momentos de silencio que uno logra son claves para entender de qué se trata la vida”, dice convencida esta trotamundos que se ha aventurado sola a destinos como Grecia y California. Hoy por hoy, prefiere viajar acompañada: “Ya no busco conocer gente nueva, sino afectos duraderos que me sostengan el resto de mi vida”. En ese camino, próximamente se vienen Miami, California e Ibiza. “Va a ser un año de puro viaje, tour gastronómico y deportes en la naturaleza”, adelanta.
Ping Pong
¿Una comida que te pone de buen humor? La torta de manzana, el strudel. Siempre les digo a mis amigos, a mi familia y a mi novio: “Soy tan fácil... Si te mandaste un moco y lo querés arreglar, regalame una torta de manzana y ya está”. Es mágico e increíble cómo una buena comida me hace olvidarme de todo.
¿Algo que te sale bien? Soy todoterreno. Me prendo en cualquier tipo de programa, soy multifacética. Mi especialidad es la adaptabilidad y, como tengo experiencia en todos los terrenos, soy buena compañera. Si me llevás al Colón, soy una princesa. Si me llevás a la Bombonera, soy un pibe más.
¿Algo que te sale mal? Soy muy descuidada con las cosas materiales. Me sale mal el cuidado de mi auto, de mis equipos. Lo único que realmente cuido es la compu, porque es como mi bebé. Pero vivo perdiendo el resto de las cosas: anteojos, zapatos, carteras. Me falta el dominio de lo material.
¿Un sueño por cumplir? Formar mi familia.
¿Un viaje inolvidable? California, Squaw Valley.
¿Algo que te gustaría aprender? Tocar un instrumento. Estudié piano y guitarra, pero no me apasioné.
¿Una cualidad que admirás en las personas? La capacidad de ponerse en el lugar del otro, el respeto, el no juzgar. Entender que el otro está haciendo su proceso, su aprendizaje, y no enojarse ni criticar. Eso es algo que admiro porque dice mucho de la fuerza de uno.
¿No salís de tu casa sin...? Bueno, en mi auto tengo de todo: el skate, cantidad de cambios de ropa, el mat de yoga, zapatos, libros, vinos. Siempre tengo un par de zapatillas encima. Y si no salgo en el auto, llevo la compu porque aprovecho cualquier tiempo de espera (como la cola del banco) para ponerme a mezclar música o mandar material.
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