Vinculan a policías con el asesinato de una prostituta
Se cae así la pista del "loco de la ruta"
MAR DEL PLATA.- La presunción de que al menos dos policías habrían participado en el asesinato de una de las 12 prostitutas desaparecidas o descuartizadas en esta ciudad en los últimos cinco años apunta a deshacer definitivamente la teoría que adjudica tales crímenes a un asesino serial conocido como "el loco de la ruta".
De acuerdo con los datos recogidos por quienes se ocupan de desentrañar la suerte corrida por Verónica Andrea Chávez, "dos suboficiales de la fuerza bonaerense estarían estrechamente vinculados con los hechos que desembocaron en el homicidio de esta mujer", de la que nada se sabe desde que salió de la casa de un familiar con destino a su parada habitual, la noche del 12 de enero de 1998, según lo confió a LA NACION el procurador de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, Eduardo Matías De La Cruz.
Según el funcionario, existen otros elementos que relacionan a los efectivos policiales que se hallan bajo la lupa de los detectives, cuyas identidades prefirió reservar, con "episodios similares ocurridos en esta jurisdicción desde 1996".
La revelación está en sintonía con el testimonio aportado por un allegado a dicha investigación que explicó que "los sospechosos prestaron servicios en Mar del Plata, en la comisaría 1a., y no serían los únicos participantes, pues existen indicios que colocan a una organización dedicada a la trata de blancas en el centro de este escenario".
Esta conclusión preliminar es el fruto de la tarea realizada en los últimos seis meses por el juez de transición Pedro Federico Hooft y el grupo de investigadores de la Policía Judicial, dependiente de De La Cruz, que lo secunda desde enero último.
Estos resultados, además, llevaron al magistrado a modificar la carátula original del expediente, "averiguación de paradero", por "privación ilegítima de la libertad con homicidio resultante".
Anteanoche, Hooft, sus colaboradores y la fiscal Susana Kluka, apoyados por efectivos de la Gendarmería Nacional, allanaron simultáneamente el prostíbulo en el que trabajaba Chávez y el domicilio particular de la dueña de ese local.
En el primero, situado en Salta y Tres de Febrero, corazón del barrio La Perla, secuestraron registros, libros contables y documentación.
Uno de los participantes de los operativos dijo a LA NACION que "se convocó al personal de Gendarmería en lugar de la policía marplatense para evitar que de alguna manera se alertara a los responsables del cabaret acerca de las intenciones del magistrado".
"Así -remarcó-, la sorpresa fue completa y aunque queda por delante analizar minuciosamente el material requisado ya podemos anticipar que es de sumo valor para este proceso."
A partir de los elementos encontrados por los investigadores se fundó la presunción de que, al menos en este homicidio, "el loco de la ruta no existe o se trata de una figura inventada para desviar la pesquisa", sostuvo uno de los detectives.
Llamadas sugestivas
Esos documentos que ahora están en poder de Hooft y los detectives complementan la información colectada hasta el presente, según la cual desde dependencias oficiales se llamaba con inusual frecuencia al singular establecimiento.
Estas determinaciones se obtuvieron mediante la "intervención de líneas telefónicas" y el análisis de las comunicaciones entrantes y salientes al prostíbulo en cuestión, tarea ésta en la que se utilizó el sistema informático Excalibur.
También se utilizaron los datos contenidos en la agenda personal de Chávez, en cuyas páginas aparecen los nombres de políticos, funcionarios judiciales, concejales, policías y otros vecinos prominentes de la ciudad.
Según la documentación a la que tuvo acceso LA NACION, los operadores de Excalibur estudiaron las llamadas originadas y recibidas en los dos teléfonos que tenía el cabaret, entre diciembre de 1996 y enero de 1999.
Durante el mencionado período se recibieron en el local 83.728 comunicaciones, a un promedio de unas 100 por día. Entre los contactos más sugestivos se cuentan los 554 provenientes de distintas dependencias policiales marplatenses y los 233 originados en aparatos instalados en diversas dependencias de la municipalidad local.
"También constatamos que con suma frecuencia alguien hablaba a los teléfonos del prostíbulo desde el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata y desde la fiscalía que funciona allí", dijo De La Cruz.
Los marplatenses se ilusionan ahora con que éste puede ser el primer paso en dirección al pleno esclarecimiento de la serie de crímenes iniciada el 1° de julio de 1996, cuando se descubrió el cadáver de la artesana uruguaya Claudia Fernández, a orillas del arroyo que cruza la ruta 226, 20 kilómetros al oeste del balneario.
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