Saqueo e incendio: otro ataque a una propiedad en Villa Mascardi y la decisión que los vecinos "no deberían" tomar
SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Otra denuncia por robo e incendio en una propiedad privada de Villa Mascardi, distante a unos 30 kilómetros de esta ciudad, vuelve a dejar al descubierto el conflicto que persiste en la zona desde hace más de dos años. Los vecinos apuntan contra la comunidad mapuche que realiza allí una ocupación territorial y afirman que "nadie se hace cargo del tema". Desde el gobierno provincial repudiaron los hechos de violencia, garantizaron que habrá mayor presencia y pidieron al Estado nacional "una postura más clara" a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
Los últimos hechos se registraron este fin de semana en la cabaña La Cristalina, situada en el kilómetro 2004 de la Ruta Nacional 40 sur, que va hacia El Bolsón, a muy pocos metros de la ocupación territorial realizada por los integrantes de la Lafken Winkul Mapu, donde en noviembre de 2017, en medio de un enfrentamiento con el fuerzas de seguridad, fue asesinado Rafael Nahuel.Esta denuncia, se suma a otra decena de presentaciones hechas ante la policía y la justicia por parte de los vecinos de Villa Mascardi, que aseguran estar "indefensos" frente al accionar de estos "grupos de encapuchados que saquean, roban e incendian".
En diálogo con LA NACION, Diego Frutos, dueño de La Cristalina, aseguró su casa "es la sexta o séptima que atacan. Van avanzando, roban todo lo posible y cuando ven que no hay nadie se meten, la modalidad es siempre la misma". De acuerdo con su relato, hasta que este grupo en particular llegó a la zona "nunca hubo inconvenientes, ni faltó nada". Destacó que con otras comunidades mapuches de la zona tienen muy buen diálogo.
Consultado sobre cómo fueron los hechos en su propiedad, Frutos precisó que el cuidador y él ya habían registrado que faltaban cosas, y que en esta oportunidad rompieron ventanas, vidrios y quemaron una parte de la casa. "Entran por el fondo, tienen hechos senderos en el bosque y, cuando se van, dejan los rastros de lo que utilizaron, unas lanzas que en la punta se ve que les colocan trapos embebidos con algún combustible. En todas las casas es lo mismo", detalló.
Las denuncias en la zona varían y van desde pedradas hasta robos e incendios, como el sufrido por este vecino. "Así logran que nos vayamos y cuando ellos consideran que los terrenos están abandonados los toman alegando derechos ancestrales, que yo no tendría problema en reconocer si tuvieran algo que lo demostrara", añadió Frutos, dueño de La Cristalina desde 2012, que actualmente está en Buenos Aires como consecuencia de la pandemia Covid-19.
Este mismo fin de semana, la comunidad Lafken Winkul Mapu –que a fines del año pasado anunció su avance sobre la estancia La Escondida y la costa del lago Mascardi frente al terreno de Parques Nacionales en el que están desde 2017– extendió su "control territorial" sobre otro espacio lindero conocido como Cabañas Hueche Ruka, el cual ya había sufrido saqueos, según sus cuidadores y estaba en manos del Obispado de San Isidro. En un comunicado difundido por redes sociales, indicaron que seguirán "recuperando territorio sin negociar, ni transar, comprendiendo que la única opción es la autodefensa y el control territorial".
Defendemos a los vecinos que pacífica y legítimamente habitan la región. Nos preocupa mucho la violencia que sufren
Según Frutos, estos hechos de violencia comenzaron desde que Gendarmería se retiró de la zona, previo al cambio de gestión gubernamental. "Nadie se hace eco de lo que sucede, no sé qué están esperando que suceda, esta inacción hace que los vecinos estemos por tomar decisiones que no son las que deberíamos, nos están cargando con esto de las mesas de diálogo, son palabras tiradas al aire, encima ni siquiera nos convocan", sentenció.
Ante estos últimos hechos, el gobierno provincial repudió en un comunicado "una nueva incursión violenta de grupos de anónimos que ocupan un sector de Villa Mascardi, atacando e intentando usurpar en esta oportunidad una propiedad privada de la zona". La gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, se hizo presente en el lugar y fue aún más dura: "No reconocemos las reivindicaciones ni la presencia en el lugar de esta autodenominada comunidad. Consideramos que es una ocupación ilegal y defendemos a los vecinos que pacífica y legítimamente habitan la región. Nos preocupa mucho la violencia que sufren".
La mandataria provincial resaltó que "es necesaria una mayor y constante presencia del Estado Nacional en ese lugar" y que se requiere "un más claro posicionamiento del INAI, que no puede respaldar la violencia. El 99% de las comunidades que habitan el suelo rionegrino tiene otra posición, otra actitud y otra historia, por lo que merecen que el INAI reconozca la diferencia entre los violentos y los que no lo son". A su vez, comprometió más presencia policial y de los diversos ministerios provinciales para dar respuesta a las quejas de los vecinos.
El viernes pasado, funcionarios del gobierno nacional y miembros de la comunidad Lafken Winkul Mapu, habían tenido un encuentro en el predio ocupado, según consignaron medios locales. Allí hubo un intercambio sobre lo ocurrido en el territorio y la promesa de un nuevo encuentro en uno o dos meses. Carreras fue contundente al expresar que Nación "debería tomar nota de esta situación –en relación a la reciente denuncia-, porque las estrategias que están desplegando allí no están dando buenos resultados y la violencia continúa".
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