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Con niveles de ocupación altísimos, gran parte del país vive un boom turístico veraniego como hace mucho tiempo que no se veía. Las redes sociales se nutren de fotos en los lagos de la Patagonia, las playas de la Costa Atlántica, las sierras de Córdoba o los saltos de agua misioneros, mientras que se ven muchísimas menos instantáneas de playas uruguayas, o parques temáticos estadounidenses.
Si bien el Partido de la Costa, Mar del Plata, Bariloche, Villa Gesell y Villa Carlos Paz fueron las localidades que concentraron mayor caudal turístico durante la primera quincena de enero, la temporada es un éxito para destinos de todo el país, que están con una ocupación promedio del 90 por ciento.
Más de 10 millones de turistas se movilizaron entre la segunda quincena de diciembre y los primeros diez días de enero, con niveles de ocupación récord en destinos de todo el país, muy superiores a los del año pasado e incluso de la temporada 2020, lo que ya generó un impacto económico directo para el sector turístico superior a los 170.000 millones de pesos.
“Estamos viviendo una de las mejores temporadas de verano de la historia. Tenemos grandes expectativas con lo que viene”, se entusiasma Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes en diálogo con LA NACION.
Por su parte, Fernando Desbots, presidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), asegura que el sector se reactivó este verano. “El turista eligió destinos nacionales por las dudas que traen aparejados los viajes al exterior”, dice.
Hector Viñuales es el presidente de la Federación de Cámaras de Turismo de la República Argentina (Fedecatur). Dice que en la primera quincena los números de ocupación fueron superiores a los números prepandemia. Sin embargo, señala que en las ciudades corporativas como Buenos Aires, Tucumán, Córdoba o Rosario, como no hay congresos, la ocupación es baja, del 20 al 40 por ciento. “Hemos pedido al ministerio que sigan ayudando a estas ciudades, que tienen turismo de trabajo”, explica.
Para Gregrorio Werchow, secretario de Turismo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), este año la gente comenzó a movilizarse mucho antes que otros, por la necesidad de salir y el temor a las restricciones que pudieran implementarse. Según los números que maneja la cámara, hasta el 25 de enero se movilizaron casi 10 millones de turistas y 12 millones de excursionistas, que dejaron unos 169.000 millones de pesos. “Turista es aquel que por lo menos ha pernoctado una noche fuera de su lugar de residencia y excursionista es el que va y vuelve en el mismo día. El turista gastó un promedio 3500 pesos por día y el excursionista, 1500. Este año, la media de pernocte fue de cuatro noches y media, superior a la prepandemia”.
Previaje II, el hit del verano
PreViaje es la plataforma de preventa que reintegra el 50 por ciento del valor de viaje en crédito. El programa constituyó una herramienta fundamental en el proceso de reactivación turística. 4,5 millones de argentinos accedieron al beneficio, y cargaron facturas por 99.000 millones de pesos, lo que multiplicó por diez el total de lo facturado en 2020 de cara a la temporada 2021. Durante la primera quincena, 711.000 personas viajaron con el programa y gastaron alrededor de 25.000 millones de pesos. Detrás de la Costa Atlántica, que concentró la mayor cantidad de turistas en la primera quincena, la Patagonia fue la región con mejores niveles de ocupación. Destinos como Bariloche, Las Grutas, Puerto Madryn, San Martín de los Andes, Villa La Angostura y Ushuaia tuvieron una ocupación casi plena.
Todos los consultados por LA NACION ponderan el programa, desde las altas esferas nacionales a las cámaras especializadas y los ministerios y secretarías locales.
“El Previaje fue el gran protagonista de esta temporada histórica y un gran estímulo para que muchas personas que solían vacacionar en el exterior descubran los maravillosos destinos de nuestro país. Resultó una experiencia virtuosa desde todo punto de vista: moviliza ahorro privado, descomprime la demanda de dólar y hace más eficiente el gasto público, porque el Estado recupera el 83% de lo invertido -dice Lammens-. Los destinos de naturaleza han tenido un crecimiento muy importante como consecuencia de esta nueva normalidad, y es una tendencia que se profundizará cuando la situación sanitaria permita mayor afluencia de turismo receptivo”. Además, el ministro destaca que se cargaron 12 por ciento más de tickets para febrero respecto de lo que se ingresaron para enero.
Viñuales, de Fedecatur, coincide en que durante la primera quincena la ocupación fue superior a la prepandemia. “El Previaje II ha sido un éxito. Hubo un cambio de paradigma acerca de cuándo reservar, que se dio a través de la pandemia y la utilización en forma masiva del plan, en el que se movieron mas de 100.000 millones de pesos. Sólo el 30 de diciembre se cargó en el Previaje II mas que todo lo que se había facturado en el Previaje I. Ese día se cargaba febrero, que viene excelente, con números superiores a enero. Hasta aquí, estimamos un movimiento de 12 millones de turistas, cuando las temporadas completas estaban entre 15 y 17 millones. No tenemos dudas de que extrapolando los números de febrero vamos a tener de 20 a 22 millones de turistas, récord para una temporada. Nadie puede ir sin reservas a Bariloche, Iguazú o Ushuaia, porque no hay lugar”.
Desbots, de Feghra, destacó el programa “como un gran motor y una herramienta estratégica para la reactivación de la hotelería, la gastronomía y el turismo. Fue un gran acierto, porque nuestra actividad genera desarrollo en las economías regionales y es transversal. Impulsa otras actividades económicas y, de esta forma, se promueve la recuperación del país. Con el avance de la campaña de vacunación, la merma de nuevas restricciones, y en un futuro la llegada del turista internacional, nuestro sector espera seguir reactivándose”.
Werchow, de Came, se muestra entusiasmado con el impacto económico y el derrame que generó el turismo en las economías regionales. “Febrero, que siempre ha sido baja, va a ser superior a enero”, considera.
Patagonia, éxito rotundo
Los destinos de naturaleza son los grandes ganadores en este contexto. Y es por eso que la Patagonia vive una temporada inolvidable, y Bariloche, un verano récord.
“Bariloche tuvo una primera quincena excelente, todas las actividades tuvieron demanda a full, con el 97 por ciento de ocupación. Estamos súper contentos”, dice a LA NACION el secretario de Turismo de Bariloche, Gastón Burlón. Con unas 35.000 plazas habilitadas y 16 vuelos diarios promedio, pasaron por acá más de 110.000 personas desde fines de diciembre.
En Tierra del Fuego, con Ushuaia como faro, el fin del mundo también vive una temporada de ensueño, con una ocupación hotelera que llega a picos del 95%. “Estamos muy conformes con la temporada. Las proyecciones son positivas, ya que contamos con más frecuencias de vuelos y ocupación plena en los mismos. Además, recuperamos las recaladas de cruceros. Nos beneficiaron las dificultades y temores para viajar al exterior, ya que mucha gente lo vio como una posibilidad de conocer nuevas ciudades en LA Argentina”, dice Dante Querciali, presidente del Instituto Fueguino de Turismo (Infuetur).
En Puerto Madryn no hay ballenas en verano, pero sí pasó mucha gente durante la primera quincena: fue la más concurrida de los últimos 15 años, con picos de ocupación del 95 por ciento, un 25 por ciento más que en el mismo período del 2020, y la mejor estadística en una década y media. Marcos Grosso, Secretario de Turismo local coincide en que los destinos de naturaleza son los que más se beneficiaron con la pandemia “En ese sentido Madryn tiene mucho para ofrecer, con playas muy extensas y actividades al aire libre. Lamentablemente, nuestros guías de turismo y las agencias de turismo receptivo no han podido ver aún en plenitud la reactivación, ya que los pasajeros están viajando en forma particular”, advierte.
En Neuquén, destinos cordilleranos como San Martín de los Andes, estuvieron con ocupación plena.
La Costa Atlántica, con cifras históricas
Las playas bonaerenses renuevan su condición de clásico y atraen público nuevo, beneficiados por las dificultades de viajar al exterior.
“Todos los destinos del país se beneficiaron con esta nueva normalidad, impulsada por cambios de hábito y la necesidad del disfrute. Se benefició la Costa Atlántica, un destino arraigado en la mente de la gente, y sobre todo Villa Gesell, una marca súper reconocida. La ocupación fue elevadísima, pero sin dudas las estrellas son Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul, porque son pequeñas aldeas con naturaleza y muy buenos servicios alta gama. Estamos entre los tres o cuatro destinos de mayor afluencia de todo el país”, asegura Emiliano Felice, secretario de Turismo de Villa Gesell. Durante la primera quincena hubo un 96% de ocupación y el promedio de ocupación en los balnearios fue del 84 por ciento, con picos del 100 por ciento.
A Mar del Plata llegaron más de 640.000 turistas en la primera quincena, un 67,5 por ciento más que en 2021. El promedio de ocupación hotelera tuvo picos del 75 por ciento en todas las categorías de alojamiento. Desde el primero de diciembre hasta el 15 de enero arribaron más de un millón y medio de turistas, un 2,7 por ciento más que hace dos temporadas y un 56 por ciento más que la anterior. Los números están muy por encima del promedio de los últimos cinco años prepandemia. “La primera parte de enero ha sido realmente muy buena. Todos los servicios turísticos han funcionado muy bien. No recuerdo una oferta tan potente como la que tiene Mar del Plata esta temporada en espectáculos, recreación o gastronomía. Y eso nos diferencia del resto de los destinos turísticos de Argentina”, asegura Bernardo Martin, presidente del Ente Municipal de Turismo.
Pinamar es otro de los destinos que explotó. “Tuvimos una primera quincena excepcional en términos de ocupación hotelera, inmobiliaria y hasta consumo gastronómico. Registramos cifras históricas respecto a los últimos diez años”, asegura Juan Ibarguren, secretario de Turismo local. El promedio de alquileres fue del 98 por ciento en todo el partido -Pinamar, Ostende, Valeria del Mar y Cariló- y las reservas para la segunda quincena promedian el 97 por ciento, igual que el promedio de ocupación, una diferencia de nueve puntos sobre la temporada 2020. Mientras que la ocupación en los balnearios estuvo con un mínimo del 84 por ciento, con picos del 100 por ciento.
Mendoza y Córdoba, dos clásicos que no pierden vigencia
Si bien el fuerte de Córdoba suele ser la segunda quincena de enero y la primera semana de febrero, la provincia mediterránea registró un 90% de ocupación promedio en la primera quincena, con picos del 98 por ciento en localidades como Villa General Belgrano. “Los números son muy positivos desde la flexibilización en septiembre. Se ha profundizado el vinculo de la familia argentina con nuestro territorio, y los cordobeses se han apropiado de Córdoba en sus vacaciones. Nos vimos muy beneficiados con el turismo de cercanía y se ha profundizado un vínculo con sectores que suelen viajar al exterior”, dice el presidente de la Agencia Córdoba Turismo, Esteban Avilés.
Desde el ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza destacan también el gran éxito de la primera quincena, con indicadores de ocupación que superan a la prepandemia. Las villas cordilleranas y destinos de naturaleza estuvieron con una ocupación plena y en base a las reservas estiman que en esta segunda quincena tendrá una ocupación similar a la primera.
El norte, más allá de las altas temperaturas
La región, asociada históricamente a un extremo calor estival, va quebrando ese estigma. En el Noroeste, matizado por la amplitud térmica, y en el Noreste, por la gran cantidad de saltos de agua para refrescarse.
“Estamos ante una gran temporada que se explica por los deseos contenidos de viajar en pandemia, las nuevas flexibilizaciones y el programa Nacional del Previaje”, asegura Oscar De Giusti, subsecretario de Marketing y Promoción de Eventos de Misiones. Con casi 100.000 visitantes durante la primera quincena de enero, la provincia mesopotámica se posicionó entre los destinos más elegidos del país, con una ocupación que giró en torno al 85 por ciento.
Jujuy es una provincia históricamente visitada en invierno y Semana Santa. Actualmente, eso está cambiando y los turistas la eligen durante todo el año. Esta temporada superó el récord que había logrado en el verano del 2020, registrando un 78 por ciento de ocupación durante la primera quincena, un porcentaje mayor al mismo período de 2020.
Mientras que en Salta se entusiasman con el nivel de reservas de enero, que anticipan lo que será una gran temporada de verano. La provincia siempre tuvo una ocupación promedio histórica del 50 por ciento en verano. Sin embargo este verano llega al 75 por ciento en la ciudad de Salta, con picos del 95 por ciento en algunos destinos del interior provincial. Además, destacan una presencia “significativa” de turistas internacionales, que representan un 10 por ciento de los que recorren la provincia. Los números provisorios de este año anticipan cifras superiores a las del año pasado e incluso se espera más visitantes que en el verano de 2020.
Las cifras lo confirman: estamos ante uno de los mejores veranos de la historia. Y el turismo, uno de los sectores más afectados por la pandemia, finalmente puede celebrar.
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