Verano: el factor clave que determinará el turismo en Mar del Plata
Este fin de semana largo de Año Nuevo, hubo 166.000 visitantes en estas playas, un 13% más que el año pasado; sin embargo, hay cautela en el sector; estiman que las buenas condiciones meteorológicas definirán los viajes espontáneos hacia este destino
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MAR DEL PLATA.- Tardó en asomar ese lote de volumen fuerte y de presencia notoria que marca sin lugar a dudas que la temporada está en marcha. A veces más temprano. Otras más tarde. Ahora, demorada como pocas veces. El fin de semana largo de Navidad había pasado casi inadvertido, se respiraba preocupación en lo que quedaba para el cierre del mes hasta que la previa y luego el desarrollo de la celebración de Año Nuevo dio la primera señal contundente de turismo de verano en esta ciudad.
Había que ver ayer esas playas por primera vez repletas de sombrillas y bañistas, balnearios que por fin tuvieron una cantidad importante de clientes entre sus pasillos y al reparo de sus carpas. Y, por sobre todo, un volumen notorio de presencia joven en el abanico del entretenimiento nocturno que en la primera madrugada de este año propuso desde fiestas en discotecas hasta shows de DJ en las playas. Se estima que se movilizaron más de 75.000 personas por esas pistas de baile.
Repunta cuando sobre todo las redes sociales eran escenario de una nueva y novedosa grieta en la que con pocos datos y abundancia de contenido fake se ponía en juego el nivel de reservas y ocupación en los servicios de alojamiento marplatenses, en todos los casos con la intencionalidad política de comparar los momentos del actual gobierno y los de su antecesor. Al menos por estos cuatro días la balanza se volvió a inclinar a favor de este destino.
Ese debate mezclaba por un lado, en días de carpas y arenas poco pobladas, cuestionamientos por precios que estarían alejados de los bolsillos golpeados por el ritmo inflacionario y por las medidas económicas de la actual gestión que ya se empezaban a señalar como responsables de un virtual fracaso estival. Una posición que fue refutada, por otros, con estas postales que desde el sábado pasado exhibieron a miles arribando por la ruta 2, tomando la mayoría de la oferta hotelera y de alquiler de inmuebles, ocupando playas y generando las primeras colas de espera y los buenos números de consumo en otros servicios, en especial, en la gastronomía.
“Este fin de semana la ocupación fue del 70%, muy parecido a la misma fecha del año pasado”, confirmó a LA NACION el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, Jesús Osorno. Sí, en cambio, reconoció que el fin de semana de Nochebuena resultó algo más flojo que el anterior.
Es que de repente, a partir del viernes pasado, la ciudad se transformó con un tránsito pesado. Fue, también, el reencuentro con esa pesadilla que suele resultar encontrar estacionamiento en sectores céntricos y de la costa. Otro tanto para conseguir una mesa en restaurantes, que se reencontraron con el ritmo de demanda y ventas de la temporada alta. Según el Ente Municipal de Turismo y Cultura, llegaron más de 166.000 viajeros. Un 13% más que el año pasado.
A pesar de estos indicadores optimistas que dejó el fin de semana largo hay una mirada de reojo sobre lo que viene, porque hay muchas dudas. El “no hay plata” que reza el presidente Javier Milei se hace sentir con una preocupante merma en las consultas y los pedidos de habitaciones y departamentos.
“No es que los precios estén muy altos, sino que comer y todo lo demás aumentaron mucho estas semanas y el presupuesto de vacaciones para los que somos trabajadores rasos se quedó atrás”, contaron Miriam y Vicente, de Rosario. Iban a venir para los primeros diez días de enero y cambiaron por este fin de semana de cuatro días. “Si logramos juntar otro poco, quizás volvamos el mes que viene, para los feriados de Carnaval”, confiaron a LA NACIÓN.
Perfiles de turistas
Es un potencial prototipo de lo que, según las consultas realizadas a distintos referentes del sector turístico local, es lo que se viene: estadas de cuatro o cinco días, focalizadas en los fines de semana y concentradas hasta los primeros días de febrero. Permanencias breves para una temporada que se perfila corta, al menos en términos de picos de demanda.
Oscar Gonnet, que es responsable de una inmobiliaria que concentra la mayoría de los alquileres de los departamentos en la zona céntrica, quedó satisfecho por este repunte sobre el cierre de año y arranque de 2024. “Estamos en carrera”, dijo a la nacion por el buen nivel de ocupación que consiguió.
Pero, con varias décadas en el oficio y conocedor como pocos de la plaza, ya anticipó que esta temporada, por distintas razones, no será como las anteriores, que fueron de buenas a muy buenas desde el fin de la pandemia. “Confiamos en que irá de menor a mayor y que vamos a tener lo mejor en la segunda quincena de enero”, afirmó. A la fecha, señala, tienen hacia fin de este mes un promedio de 65/70% de la oferta de propiedades tomada. “Febrero será otra cosa, seguro con precios muy rebajados”, anticipó.
Por casualidad o extrema atención a los sitios de meteorología, durante este primer aluvión de viajeros coincidió con jornadas soleadas, también de menor a mayor, con casi 30°C ayer. Algo más nublado, pero también playero resultó ayer.
Allí también está puesta la mirada de los operadores turísticos. Saben que la economía no acompaña, pero aun así la gente, con lo que tiene y puede, arma las valijas, elige el destino y se toma más o menos días de descanso. Por aquí tienen claro que los buenos resultados de lo que viene no tienen a su único y principal enemigo a la inflación. Entienden que el jugador clave, para un destino de mar y a cuatro horas por ruta del principal conglomerado urbano del país, serán el sol y las rachas de buen tiempo.
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