Verano: ¿cuál es el estado de las principales rutas a la costa?
MAR DEL PLATA.– Al viajar a poca velocidad y con las ventanillas bajas por algunos tramos de las rutas a la costa se puede sentir el aroma a pasto fresco, una señal de que no muy lejos transitan tractores y bordeadoras para poner en condiciones un circuito que espera cobrar un ritmo intenso a partir del martes, cuando se habilite la actividad turística y con ella se ponga en marcha la temporada estival en la provincia.
Los trabajos comenzaron recientemente en el corredor dominado por las rutas 2 y 11, donde lejos de mejorar, las condiciones de infraestructura lucen con suerte iguales, y, en buena medida, peores que el último verano.
El deterioro importante de buena cantidad de tramos del recorrido hacia y desde las principales playas del país se traduce en pavimentos desgastados, entre grietas y baches. ¿La causa? La parálisis del mantenimiento integral durante estos meses de pandemia y aislamiento social. Así, la falta de actividad se puede medir en el crecimiento de pastizales: hay lugares donde tienen hasta casi un metro de altura, con complicaciones directas para el tránsito y la visibilidad de los automovilistas.
El espacio verde avanzó sobre las banquinas, cubrió la cartelería indicadora de kilometrajes y, más grave aún, esconde decenas de metros de w-beams o guard rails. Barreras metálicas paralelas a ambos lados de la cinta asfáltica que, lejos de proteger, se convierten en verdaderas trampas de peligro para quien confunda ese sector con un lugar donde pueda ponerse a resguardo del tránsito en caso de alguna emergencia.
Trabajos
Las tareas de desmalezamiento corren por cuenta de Aubasa, la concesionaria a cargo de este corredor que se completa con las rutas 56, 63 y 74, que permiten vincular a la autovía Buenos Aires-Mar del Plata con el resto de los balnearios de la costa norte, desde San Clemente del Tuyú hasta Santa Clara del Mar.
"Las tareas se pudieron reanudar el pasado viernes y esperamos tener todo el corredor en condiciones de seguridad durante la primera quincena de diciembre", dijo a LA NACION el coordinador General Operativo de Aubasa, Adrián Zenobi. Desde marzo a mayo se suspendió el cobro de peajes y el movimiento de rutas estuvo reservado solo a los rubros considerados esenciales en el marco de la pandemia.
Explicó que el despliegue priorizó los sectores con más antecedentes de accidentes. Desde el acceso de Mar del Plata se avanza hacia Dolores. Y a partir del km 40 hasta el 200, desde el otro extremo.
Al despliegue que inició la empresa se suma el de los municipios atravesados por las rutas, que aportan lo suyo con una adecuación de esos espacios verdes que se habían desmadrado desde fines de marzo. "En la ruta 11 ya se cortaron pastizales en más de 200 kilómetros", afirmó.
Los retomes para cambiar desde una calzada a otra en busca de viajar en sentido contrario se convierten todavía en una aventura. La señalización no es la mejor y esos pasos están tapados íntegramente por la abundante vegetación. "No se ve nada y si se quedó por ahí algún vehículo con algún desperfecto, es una invitación a la tragedia", contó un vecino de Coronel Vidal, zona a la que ayer se acercaba el equipo de desmalezamiento.
Obras
La única obra en ejecución por estos tiempos dentro de esta jurisdicción se limita a reactivar la construcción de la doble mano de las rutas 11 y 56, en ambos manos con el levantamiento de calzada que quedará reservada a la circulación de vehículos que marchen en sentido hacia la Capital.
En la interbalnearia se mantenía esta semana un foco de trabajo a la altura del kilómetro 339, en inmediaciones de General Lavalle. Pero lo cierto es que hay más carteles naranjas de advertencia de obras en ejecución que operarios y máquinas en actividad.
Algo similar ocurre en la 56, que va desde General Conesa hasta el empalme con la ruta 74 y que permite llegar hasta Pinamar. Allí también hay una doble mano que tiene traza completa, pero varios tramos que aún no están pavimentados. Motoniveladoras, aplanadoras y camiones trabajan, ahora, a la altura del kilómetro 31.
Según informaron a LA NACION desde el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia, se acordó con las empresas contratadas que los trabajos en el denominado "Corredor del Atlántico" (rutas 11 y 56) se realizarán desde los lunes al mediodía hasta los viernes al mediodía de cada semana. "Si el cambio de quincena cae un día de semana, ese día no se va a trabajar porque se prioriza el tránsito", aclararon. Sin embargo, la obra se concentra en la construcción de la calzada y está vedada al tránsito general.
En particular la ruta 2, que es la de mayor uso, tiene daños en todo su trayecto. Choferes de ómnibus y camiones consultados por LA NACIÓN se refieren a un deterioro general, aunque remarcan en particular el desgate del carril lento, que es el más usado por el tránsito pesado. Y hacen hincapié en la calzada de la mano que lleva a Mar del Plata, donde insisten en la existencia de fisuras, pozos, "huellones" y algún parche que afectan los neumáticos y el sistema de suspensión.
El tramo inmediato al peaje de Maipú es uno de los peores por los daños que tiene la carpeta. Se debe marchar por allí con extremo cuidado y velocidad moderada.
El único tramo de obra importante en ruta 2 está comprendida entre los kilómetros 60 a 75 mano a Mar del Plata. Por ahora está suspendida.
En la ruta 63, que une Dolores con General Conesa, hubo una fuerte inversión durante los últimos años. Sin embargo, también sufrió las consecuencias de un año dominado por el aislamiento social. El escenario es casi el mismo que el que se encontró hace un año, en una recorrida similar que hizo LA NACION. Hay tramos impecables, como los primeros diez kilómetros, en cercanías de Dolores. Luego escasea la demarcación y hay que ser muy cuidadoso porque en límites con banquinas hay pozos y hasta pequeñas lomadas.
Accidentes
La 56 tiene una única calzada, muy angosta y en condiciones frágiles. La demarcación no es la mejor y las banquinas desaparecieron con el avance de los pastizales. Allí, hace diez días fallecieron dos jóvenes de La Plata luego de un choque frontal. Otra compañera perdió un embarazo como consecuencia de las lesiones sufridas.
El otro caso fatal en la zona también fue este mes. En este caso se dio en ruta 11, también con dos automóviles que impactaron de frente.. Sucedió en cercanías de Costa Esmeralda y derivó en la muerte de dos de los protagonistas, ambos con domicilio en General Madariaga.
El tránsito por este conjunto de rutas se intensificó, poco a poco, durante los últimos meses. Municipios como Pinamar, primero, y General Pueyrredon, después, comenzaron a atender la demanda de propietarios de casas de veraneo y les permitieron su ingreso, con previa autorización. El pasado fin de semana largo se libraron unos 5000 permisos para ingresar a Mar del Plata. Aunque ya con retenes y controles menos exigentes, se advierte que la dinámica de arribos es bastante mayor. Por ahora solo en automóviles, ya que el servicio de ómnibus de larga distancia continúa suspendido y recién se reanudaría el mes próximo, aunque la fecha para su vuelta a las rutas aún no está confirmada.
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