Verano. Con días frescos, Pinamar espera que el turismo repunte en Carnaval
PINAMAR (ENVIADO ESPECIAL).- Hasta hace tres meses era una ilusión, casi una fantasía. Hasta anduvo por la cornisa de lo imposible. Hoy la temporada es una realidad que permitió un enero más que positivo para el crítico contexto previo y se estira en este inicio de febrero con una ocupación menor pero siempre celebrable. Un mientras tanto salpicado de optimismo para llegar al cercano y último gran objetivo de este verano: la oportunidad de escapada extra larga que brindará el próximo fin de semana, extendido a lunes y martes siguientes, feriados de carnaval.
En inmobiliarias y hoteles andan por acá entre resolver estos pedidos para escalas breves, durante el actual fin de semana, y ver qué disponibilidad existe a partir del próximo viernes, que se perfila como un cierre anticipado de este período estival que tiene todavía largo recorrido en el almanaque pero diluido en sus expectativas turísticas.
Ahora abundan carpas vacías y sombrillas cerradas por los balnearios de este frente de playas, donde el viento hoy sopló por momentos al límite del fastidio y recién permitió disfrutar mejor a partir de media tarde, con un sol que solo de a ratos se filtró entre las nubes y dejó entibiar la arena con temperaturas apenas primaverales.
“Llegamos hoy y está todo muy tranquilo, vinimos a buscar tranquilidad y descanso porque la movida fuerte ya se terminó la semana pasada”, contaron Saúl, Edgar, Lucila y Fabio, de Capital Federal, refugiados en un reparo para protegerse de algo más que una brisa fresca que atravesaba la costa y reclama al menos una remera.
El arranque del año dejó conformidad general en este destino, uno de los que mejor rendimiento encontró en esta convivencia de vacaciones y pandemia. Hubo turismo y el sistema sanitario estuvo lejos de sentirse en jaque. El gran temor que existía a una ola de contagios de Covid-19 no fue más allá de una sensación. Destinos como Mar del Plata, el que escenario más crítico tuvo con los casos de coronavirus, acaba de tener los registros diarios de nuevos positivos más bajos en lo que va del año.
En el resto de la región el panorama también exhibe mejorías y para las autoridades municipales es un muy buen indicador para que los viajeros armen las valijas y marchen hacia la costa atlántica con mayor tranquilidad que en meses previos.
“Febrero arrancó flojo con el clima y las reservas comparados con enero, pero como también ocurrió el mes pasado está yendo de menos a más”, explicó a LA NACIÓN el director de Turismo de Pinamar, Juan Ibarguren.
Desde Año Nuevo, a diferencia de años anteriores, Pinamar y las demás localidades del distrito tuvieron una fuerte presencia de propietarios. Limitados en el habitual negocio de alquilar aquí y veranear en el exterior, esta vez disfrutaron de sus casas y recién en este mes ampliaron un poco las opciones para los inquilinos.
A la espera de un nuevo pico de reservas
Ibarguren advierte que a partir de este lunes es casi un hecho que bajará la ocupación en alojamiento, rubro que ya empieza a vivir un nuevo pico con las reservas para los días de carnaval y sus horas previas. “El próximo fin de semana sin dudas va a ser el gran momento de febrero”, arriesgó.
La coincidencia entre los prestadores de distintos servicios, desde la gastronomía al entretenimiento, es que enero rindió más de lo esperado. Un poco más para unos, menos para otros, al menos dio una oportunidad de facturar y recuperar terreno luego del largo período de encierro e inactividad durante los meses más crudos de la cuarentena sanitaria.
“Febrero será de fines de semana, siempre y cuando el tiempo acompañe, porque los turistas definen el viaje con el pronóstico en la mano”, comentó la responsable de una rotisería de Valeria del Mar, donde aseguran que enero se trabajó muy bien y este mes camina a paso lento. “Pero avanza, y eso es bueno”, aclaró.
Eduardo Santoro, de inmobiliaria Emeese, dijo a LA NACIÓN que este mes se están dando más alquileres quincenales que mensuales. Y las casas son más buscadas que los departamentos, tendencia vinculada con la necesidad de alojarse en ambientes más amplios y ventilados. Un chalet por febrero completo puede costar unos $300.000.
“Ingresó gente más grande que en enero, más perfil de familia, quizás con más mayores que evitaron el momento de máxima concentración de turismo”, detalló sobre las características de la actual clientela. Aunque por estas horas la demanda se concentra en el próximo fin de semana largo. Si bien el porcentaje de reservas ya es alto para esas fechas, el éxito y su dimensión dependerá de un guiño de la meteorología. Por ahora, al menos, no estaría dando los mejores indicios para esos días.
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