Venezolanos en la Argentina: entre el convencimiento del fraude y la preocupación por los familiares que viven allá
Tras las elecciones que le dieron el triunfo a Nicolás Maduro, la Embajada de Venezuela amaneció vallada y con custodia policial
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Adonay Bustos fue a buscar esta mañana a la Embajada de Venezuela en la Argentina el pasaporte que había tramitado, porque tenía planeado volver a su país si finalmente se iba el chavismo. Su papá y su mamá están allá y el vino a la Argentina hace ocho años, de un día para el otro. Tenía un negocio allá, pero no lo dudó. Acá, dijo, lo recibieron bien, excepto algún “maleducado”.
Adonay tenía esperanzas ayer. “Se hablaba mucho. Tenía más esperanzas que otras veces. Pensé que los militares y todas las fuerzas se iban a voltear o iban a hacer algo, porque tengo un contacto dentro que dijo que estaban sacando a los familiares. De hecho hay muchas personas saliendo por las fronteras”, contó.
Y agregó: “No creo que hubo fraude: hubo fraude. Y eso es muy notorio, lo pudiste ver en la televisión. O sea, con las papeletas, Maduro no tenía los números”.
Su familia, allá, también estaba esperanzada. Le contaron que había mucha gente en la calle, en la zona de Petare, totalmente chavista, en Caracas, en donde todos celebraban que el Gobierno iba a caer. “Yo venía a retirar mi pasaporte, iba a ir a Venezuela, me dije, celebro allá. Pero no me dejaban entrar sin pasaporte. Tenía que pagar no sé cuántos dólares, y yo preferí pagar acá, que a ellos allá”, explicó.
Su intención era esa: celebrar la caída del chavismo con su familia, aunque tuviera que renunciar a su trabajo acá, y después volver a la Argentina de nuevo. Ahora sus planes cambiaron, y les va a regalar los pasajes a sus padres para que vengan hacia acá, en dos o tres meses por el tiempo que quieran.
“No creo que vuelva nunca más allá. Es muy fuerte decirte eso, pero no creo. Por lo menos mientras siga el chavismo. Ya es algo muy feo, que escapa a las manos de todos. Y así como yo, te digo que te hablo por el nombre de mucha gente que también estaba igual, que ya no pueden volver más. Uno que está afuera, trabaja, hace de todo, y nunca va a morirse de hambre. Pero, ¿y los que están adentro, que no tienen esa oportunidad? ¿Los que están adentro que no pueden salir de ahí? ¿Que se mueren porque no hay para comprar medicina, no hay para comer, no hay para nada?”, se lamentó.
A pesar de que anoche, y durante todo el domingo, cientos de venezolanos que viven en la Argentina se congregaron frente a la Embajada, sobre Luis María Campos al 170, hoy la calle amaneció vacía y tranquila. Sin embargo, la embajada, un edificio moderno, está completamente vallada, desde la esquina, en donde está la Casa azul, una residencia para adultos mayores, hasta la otra punta. Además, las cortinas metálicas, como tienen los negocios de noche, están cerradas, aunque sea su horario de funcionamiento normal, que es de lunes a viernes de 8 a 16.
Debajo del puente de Dorrego hay tres camionetas policiales y todo se ve preparado en caso de que haya una aglomeración de gente o conflictos, como los que cerraron la jornada de ayer, con grupos de izquierda enfrentándose a un grupo de la comunidad venezolana local, luego de que se conocieran los resultados de las elecciones en Venezuela, donde la Justicia Electoral declaró ganador a Maduro, con el 51,2% de los votos, pero la oposición denuncia un fraude gigantesco.
En las calles solo quedaban, por ahora, los restos de la vigilia: globos rojos y amarillos ponchados y muchos vidrios rotos. En el frente de la embajada, una ventana del primer piso, además, está astillada.
Entre las puertas de la embajada y las vallas, que ocupan una parte de la calle y forman una especie de vereda para poder caminar por ahí, entre cinco y siete policías federales uniformados forman una fila que ocupa el ancho del inmueble. Sobre Ravignani una chica venezolana que vende desayunos todas las mañanas prefirió no opinar ante la consulta de LA NACION y solo afirmó estar muy triste. Los resultados fueron desfavorables para quienes esperaban la caída del chavismo.
Denuncias de fraude
Venestore es un kiosco que está a metros de la embajada. Mauricio Pérez, quien atiende, está en el país 2019, pero sus abuelos familia siguen en Venezuela, aunque alejados del centro. “La tienda de los venezolanos en Argentina”, está escrito en la vidriera. Mauricio aseguró que la embajada funciona desde las 8 en un día normal, pero que hoy debe estar cerrada porque tienen que retirar las urnas y elementos de las elecciones.
“Lo que quiero que pase es que todo el mundo se de cuenta que lo que pasó anoche fue un fraude y que hagan algo al respecto. Se sabía que iba a ganar Edmundo, lo decían las encuestas”, dijo, y remarcó estar decepcionado por los resultados.
Génesis se fue de su país en 2018, hoy tiene 30 años y se acercó, como otros, a buscar su pasaporte, aunque sus planes no eran, todavía, volver a Venezuela. Sobre la teoría del fraude sostuvo: “Estoy totalmente de acuerdo con eso, ya que el Gobierno que está ahorita lo está tomando todo para sí mismo, para beneficio propio. Entonces se autoproclaman, ya que según las estadísticas iba ganando la oposición por una diferencia notoria, y resulta que no, de golpe le dieron el triunfo a Maduro”.
“No hay otra lógica, no tiene sentido. ¿Para qué lo votas? ¿Solo porque te van a dar un bono, te dan una ganancia que no vale mucho? Pero bueno, cada quien piensa como quiere pensar”.
Cómo muchos, Génesis se fue a causa del actual régimen que gobierna en Venezuela desde Hugo Chávez, como contó, porque no podía costearse los estudios, “no tenía futuro” ni estabilidad.
Su madre vive con un sueldo mínimo, “sobrevive”, dijo. También afirmó que esta vez había muchas esperanzas. Las encuestas daban una victoria de la oposición por casi el 70% de los votos, pero ella no pudo participar de los comicios desde la Argentina porque le exigen la ciudadanía permanente, que todavía no tiene, porque reside acá hace dos años (antes vivió en Perú).
“Quisiera de verdad, de verdad, que todo mejorara, que ya el régimen soltara y bueno, poder volver. Porque quién no va a querer estar con su gente, con su familia, todos juntos, ¿sabes?”, concluyó.
“Me vuelvo a Venezuela para sacarlo a Maduro”, afirmó Carlos, también nacido en Venezuela. Él también se acercó a la embajada para hacer un trámite, pero le dijeron que hoy va a estar todo el día cerrado. También sostuvo que el resultado fue fraude, pero que “para sacarlo” a Maduro hay que tener fe.
“¿Por qué vamos a tener miedo? Si hay miedo nunca va a haber... un cambio en el país. Ese miedo hay que sacárselo”, dijo.
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