Coronavirus: "Si el Gobierno no se apura, muchos argentinos se van a morir", el reclamo de los varados en Ecuador
Gabriel Rotman, de 40 años, atiende el teléfono. Son las 14.13 en Guayaquil, Ecuador, un país que se desangra por la crisis que generó el nuevo coronavirus. "Si el Gobierno no se apura, muchos de los argentinos que están acá se van a morir", dice convencido. Los datos y las imágenes que se difundieron respaldan la crudeza de su relato. Los cadáveres aparecen en lugares insólitos, como en un banco de plaza, y frente al colapso de las morgues, el Estado empezó a utilizar cámaras frigoríficas como depósitos temporales.
El Covid-19 fue despiadado con el sistema sanitario ecuatoriano, que incluso antes de la pandemia ya estaba colapsado, y así lo sufre su gente y los turistas varados. Tal es el caso de los 500 argentinos que viajaron por trabajo o turismo y los casi 5000 que residen en Ecuador y ya no tienen como subsistir.
"Nosotros somos los únicos, acá ya no queda nadie. Los chilenos, brasileños o europeos ya fueron repatriados. En Ecuador ya no existe más el sistema sanitario, si te agarra un infarto no tenés a dónde ir. Solo atienden casos de coronavirus y ya ni eso, porque no hay más camas ni oxígeno. Los ecuatorianos están con el tubo de oxígeno sentados en la vereda del hospital porque no hay camas", relata Rotman. Y agrega que, en el caso de los argentinos, hay personas mayores o con enfermedades preexistentes que necesitan una medicación para vivir y que "en Ecuador es absolutamente imposible conseguirlas".
El panorama, según describe, es desolador. Hay tantos muertos que el gobierno recibió un cargamento de ataúdes de cartón para poder darle a los cadáveres un trato similar al que recibían antes de la pandemia. "El gobierno argentino sabe que acá no hay garantía de nada, por eso nos dieron prioridad para regresar, pero pasaron 21 días y, hasta el momento, ni un argentino se movió de acá. Tengo entendido que, por parte de la embajada y la Cancillería, ya está todo listo. El problema es que el Ministerio de Salud no autoriza nuestro regreso. Si alguien muere o enferma acá, el responsable va a ser el ministro de Salud".
Rotman trabaja para una cadena hotelera. Por su trabajo vivió todo el año pasado en Cancún, México, y en diciembre llegó a Guayaquil para hacer consultorías. Ahí se iba a quedar hasta el 19 de marzo e iba a regresar a México para un evento de turismo que se suspendió por el coronavirus. Entonces, decidió cambiar su pasaje para volver a la Argentina el 2 pasado, pero cancelaron el vuelo y ahora su futuro, como el de tantos otros, es incierto.
Al igual que otros grupos de argentinos varados alrededor del mundo, crearon un grupo de WhatsApp para pasarse información y en el que cada uno puede comunicar sus necesidades más urgentes. Al que lo requiera, la embajada argentina les está otorgando una ayuda de 10 dólares por semana, como también realizó acuerdos con hostels y albergues para los que no tengan alojamiento o los hayan echado de los hoteles en los que se encontraban.
Según describe, la embajada está colapsada de reclamos e intentan establecer prioridades. Él quedó como una especie de intermediario entre los varados y las autoridades. De hecho, Rotman habló por teléfono con el canciller Felipe Solá.
"Se hicieron gestiones con el gobierno ecuatoriano porque hay 210 ecuatorianos varados en la Argentina. Están tratando de traerlos y tuvimos contacto con el embajador ecuatoriano en nuestro país. También nos comunicamos con Tame, una aerolínea que pertenecía al Estado. Ellos harían la reparación y los argentinos con prioridad se subirían en el viaje de ida. Podrían ir 80 personas, aunque se cobra ese pasaje, no es gratis".
Además de esa alternativa, esperan que, tal vez, los aviones Hércules del ejército que estaban repatriando argentinos varados en Perú, ahora puedan avocarse a la tarea de ir a buscarlos a ellos.
LA NACIÓN consultó a la cancillería argentina e indicaron que le están prestando especial atención al caso de los varados en Ecuador. "Es muy posible que enviemos dos Hércules, aunque aún no hay una fecha programada. Entre los dos aviones podrían llevar 170 personas aproximadamente", expresaron. En cuanto a rol del Ministerio de Salud, desde la cancillería argumentaron que, al ser una crisis sanitaria, es correcto que la cartera que dirige Ginés González García sea la que tenga la última palabra. "El Ministerio pone límites según la capacidad que tengan para recibir personas en los aeropuertos y poder controlarlos. Trabajamos en conjunto y nosotros entendemos que ellos sean en este caso los que tienen la autoridad final".
En Ecuador rige el estado de sitio y no se puede circular por la calle desde las 14 hasta las 5. Ahora Rotman se encuentra en el norte de Guayaquil, donde en las calles solo corre el viento. La gente no sale ni en los horarios en los que podría circular. En el sur, la situación es distinta. Esa es la región más empobrecida de la ciudad. Ahí no se respetó la cuarentena y las recomendaciones para evitar un contagio son casi imposibles de cumplir. La gente vive hacinada en pequeñas casas o habitaciones.
"Acá el sistema colapsó. El 911 ya ni funciona. En el barrio de Guasmo, que es como una gran favela, la gente vive pegada y ahí no se pudo respetar el aislamiento porque si la gente no sale, no come. A diferencia de lo que sucede en la Argentina, el Estado no brinda asistencia. Mucha gente está muriendo en sus hogares porque si te agarra, por ejemplo, un paro cardíaco, no hay nadie que te vaya a buscar", agrega Rotman.
Además de los muertos, los enfermos y el encierro, Rotman cree que Ecuador está cerca de cerrar sus fronteras, una situación que los dejaría totalmente a la deriva. "Creo que tenemos cerca de 10 días para salir. Hablé con el embajador ecuatoriano en la Argentina y me dijo que no estoy tan errado. Tenemos que irnos de acá", concluyó.
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