Vaquitas de San Antonio: por qué están en peligro y qué se puede hacer para salvarlas
El 23 de diciembre de 2019, una vaquita de San Antonio de la especie harmonia axyridis se posó sobre la mano de una mujer en las afueras de Trenque Lauquen. Dos semanas antes, otra vaquita de San Antonio –esta vez una eriopis connexa, negra con manchas rojas y blancas– caminó sobre una planta de chauchas cerca de San Rafael. Y el 7 de enero de este año una hippodamia variegata, naranja con manchas negras, se frenó sobre el frente de una casa en Las Grutas.
Esta información no parece relevante, pero lo es. Por un lado, por el modo en el que fue recogida: hombres y mujeres en distintos puntos de Argentina tomaron registro de la presencia de cada uno de estos insectos y lo compartieron en una plataforma colaborativa. Por el otro, porque agregada, convertida en big data, esta información puede ayudar a salvar a las vaquitas de San Antonio, cuya diversidad, como la de otros insectos, que ocupan un lugar central en el funcionamiento de los ecosistemas, está amenazada en todo el mundo.
Ese es objetivo de Proyecto Vaquitas, una iniciativa de un equipo de investigadores del INIBIOMA (un instituto del Conicet y la Universidad del Comahue con base en Bariloche), que invita a los ciudadanos a participar del primer mapeo del país de vaquitas de San Antonio con el objetivo de conocer su distribución y protegerlas.
En el mundo, la pérdida de especies e individuos de este insecto tiene efectos negativos inmediatos –son controladores de plagas naturales y ayudan en la polinización– y potenciales: ante un evento climático extremo, una menor biodiversidad equivale a un menor stock de respuestas de supervivencia.
Proyecto Vaquitas es el primer proyecto que va a permitir conocer el alcance de esta amenaza en el país. "En Argentina se conoce poco sobre la distribución de las especies de coccinélidos, que es el nombre científico de las vaquitas –explica Victoria Werenkraut, bióloga y directora del proyecto–. La información que tenemos proviene más que nada de revisiones de colecciones hechas por especialistas hace mucho tiempo, incluso hasta de las colectas de Darwin. Los registros son poco exactos y no podemos saber a qué hábitat se asocian esas especies".
La seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida están amenazadas de continuar este camino de pérdida global de la biodiversidad
En el largo plazo, Proyecto Vaquitas va a permitir saber cuáles son las especies que están en riesgo –hoy en Argentina hay cerca de doscientas especies de coccinélidos– y buscar estrategias con la comunidad científica internacional para protegerlas.
El registro está siendo construido ahora mismo y por lo tanto todavía no hay información concreta de la pérdida de diversidad de vaquitas de San Antonio en Argentina –como si hay, por ejemplo, en Inglaterra, donde un estudio publicado en 2018 mostró que la proporción de vaquitas nativas pasó 99,8% a 30,7% en el plazo de diez años en determinados lugares–.
Especie invasora
A pesar de esa falta de datos, sí existen motivos para pensar que es efectivamente un problema en nuestro país. En concreto, la presencia de la vaquita asiática multicolor (o harmonia axyridis, la misma que se posó sobre la mano de una mujer en Trenque Lauquen el 12 de diciembre), una especie invasora que fue importada a nuestro país hace unos treinta años para control de plagas.
La expansión de esta vaquita es una de las principales razones de por qué están desapareciendo las especies nativas. "Es muy voraz y muy buena controladora. El problema es que cuando no hay pulgones consume otros bichos, y principalmente otras especies de vaquitas", dice Werenkraut.
La pérdida de biodiversidad no afecta solamente a las vaquitas de San Antonio. El último informe de IPBES (Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas) estima que un diez por ciento de los insectos están amenazados. María Silvina Fenoglio, doctora en Ciencias Biológicas, investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, explica: "Más del cincuenta por ciento de las especies conocidas del planeta son insectos. Se calcula que aproximadamente unas 550.000 especies de insectos están en peligro. En el último tiempo han aparecido estudios que indican que los insectos están desapareciendo a un ritmo alarmante, indicando que esto podría llevar a un Armagedon ecológico".
Entre los principales motivos de la desaparición de especies de insectos están los cambios en el uso de la tierra debido al avance de la agricultura y la urbanización, la contaminación en sus distintas formas, las especies invasoras, el cambio climático global y el uso desmedido de insecticidas.
"Hay evidencias de sitios donde el descenso de la abundancia de insectos ha traído de la mano el declive de animales insectívoros como ranas, lagartos y aves. Por otra parte, la mayoría de las plantas cultivadas dependen de ellos para producir frutos. Se estima que hasta US$ 577 mil millones anuales en cultivos dependen de polinizadores. Por lo que la seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida están amenazadas de continuar este camino de pérdida global de la biodiversidad", dice Fenoglio.
La ciencia de datos y los proyectos colaborativos pueden jugar un rol importante para detener ese proceso. Existen plataformas como iNaturalist y ArgentiNat, por ejemplo, en las cuales los ciudadanos no científicos cargan observaciones de insectos. La tecnología –tener un teléfono celular con cámara siempre encima, por ejemplo, e internet para cargar los registros– permite recolectar una cantidad de datos que no hubiera sido posible en otro momento de la historia.
Subir registros a ArgentiNat es una de las maneras de colaborar con Proyecto Vaquitas. En esta plataforma, las fotos son comentadas y se identifica a qué especie pertenece cada registro. También se puede colaborar a través de enviar fotos por whatsapp (+549-294-4239168) y mail (vaquita@comahue-conicet.gob.ar). Las fotos tienen que ir acompañadas por la localización y fecha del registro. Desde que difundieron el proyecto en redes sociales hace un mes, Victoria y el equipo, compuesto también por Florencia Baudino y Ramiro Ripa, recibieron más de 700 fotos, que contestan una por una con información acerca de la especie, con la idea de generar un ida y vuelta con los colaboradores.
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