Valeria Jara dijo que su padre la violó tras asesinar a su madre
Efectuó estas nuevas imputaciones a nueve años del homicidio
LA PLATA.- A nueve años del crimen de la bailarina Liliana Tallarico, su hija, Valeria Jara, volvió a realizar serias imputaciones contra su padre, José Luis Jara. Esta vez, la joven denunció ante la Justicia que su papá la había violado antes y después del crimen de su madre.
Además, aseguró que el homicidio se produjo porque Tallarico sospechaba que Jara sometía sexualmente a su hija. "Antes de morir, mi madre me dijo: "Todo esto es por tu culpa, por hablar"", relató Valeria durante la última declaración testimonial, realizada en noviembre pasado, ante el juez Horacio Nardo, titular del Juzgado de Transición N° 1.
Andrés Villalba, abogado defensor de Valeria Jara, le dijo a LA NACION que debido a la "intensidad de las declaraciones, la parte acusadora prefirió esperar unos meses para dar a conocer ese testimonio".
Valeria narró ante el magistrado que, después del crimen, su padre se acercó y le dijo que se quedara tranquila, que no había pasado nada. "Comenzó a acariciarme las piernas y luego me pidió que me fuera a mi habitación", narró.
De acuerdo con el relato de la joven, que por entonces tenía 11 años, Jara ingresó minutos después a su cuarto y la sometió sexualmente en dos oportunidades. Después le dijo que buscara algunas sábanas. Las ató y armó una soga, por donde le pidió a la niña que bajara.
Esto fue lo que ocurrió, según Valeria, el 5 de febrero de 1994, en el octavo D de la torre II del edificio situado en la calle 29 entre 43 y 44, de esta ciudad.
Imputaciones
Pero para los defensores del imputado, Héctor Granillo Fernández y Miguel Otegui, el caso fue manipulado por la hija de Jara.
Es que en un principio la chica había acusado del homicidio al novio de su madre, Oscar Murillo, que en aquel momento era el director del Ballet Brandsen.
A las pocas horas del homicidio, el bailarín fue detenido. Pero cinco días después quedó en libertad por falta de pruebas. En 1997, Murillo quedó sobreseído provisionalmente de la causa.
Desde entonces, el caso había quedado en el olvido, pese a los recurrentes pedidos de Ethel Idizarri y Victorio Tallarico, padres de la bailarina asesinada, de que se reactivara el proceso.
Esto finalmente ocurrió el 26 de enero de 2001. Ese día, Valeria se presentó en los tribunales platenses y en tres declaraciones consecutivas señaló a su padre como el autor material del homicidio de Tallarico.
Sobre la base de estas declaraciones, el 12 de febrero de ese año Jara fue detenido y alojado en una comisaría de esta ciudad. A los pocos días, el 27 de ese mes, el juez dictó la prisión preventiva. Esta medida fue apelada por los abogados del imputado y Jara quedó en libertad.
No obstante, la parte acusadora continuó buscando pruebas que pudieran incriminar a Jara.
Valeria, por su parte, en la última ampliación de su declaración, le dijo al juez Nardo que con ayuda de terapia pudo recordar las violaciones y el homicidio de su madre. "No recordaba (lo que había sucedido) porque estaba encerrada en un cassette o libreto", dijo.
Al parecer, la joven tuvo amnesia lacunar, un mecanismo de defensa innato al que apela la psiquis para olvidar acontecimientos imprevistos y dolorosos.
La ampliación de la declaración testimonial de la joven de 20 años en las que aportó más detalles sobre la noche del crimen se desarrolló a fines del año pasado, pero su contenido trascendió sólo ayer.
"El haber sido violada por mi padre es algo íntimo, que cuesta decirlo, cuesta hablar del tema, pero lo tengo que decir", dijo la joven en sede judicial.
Explicó que con ese testimonio "me quito muchas cosas, una de las más importantes de una mujer, que es poder disfrutar, poder decir cómo y con quién tener su primera relación", relató Valeria en la causa.