Vacunas chinas: Diferencias y similitudes entre la de Sinovac y la de Sinopharm
La primera fue aplicada masivamente en Chile, en tanto la segunda tiene distribuidas dos millones de dosis en la Argentina; ambas fueron aprobadas por el grupo Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) de la OMS
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Sinovac y Sinopharm suenan muy parecido, pero no son exactamente iguales. Los nombres remiten a los laboratorios chinos que producen vacunas contra el Covid-19, ampliamente usadas en Sudamérica. La primera fue aplicada masivamente en Chile, en tanto la segunda tiene distribuidas dos millones de dosis en la Argentina y hay otras dos millones más del contrato cerrado por el Gobierno argentino de próxima llegada. Pese a que ambas son de virus inactivado (es decir, el material genético está destruido y no se puede reproducir dentro del cuerpo), no mostraron idénticos resultados en lo que se conoce de los ensayos clínicos tanto como de la eficiencia mostrada en Chile: un estudio de investigadores de la Universidad de Chile concluyó que con una dosis solo se obtiene un 3% a la hora de evitar síntomas de covid. Posiblemente esa situación, combinada con el levantamiento temprano de las restricciones y la movilidad, generó un aumento de casos que dejó al sistema sanitario trasandino en estado de colapso.
De todas maneras, ambas vacunas mostraron índices de seguridad y eficacia que generaron la aprobación del grupo Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud. En el caso de la vacuna de la empresa privada Sinovac fue de 50,4% en los ensayos en Brasil (donde se la conoce como CoronaVac), justo por encima del mínimo pedido por la OMS (en Indonesia dio 65%, y en Turquía 91,25%, según un artículo del British Medical Journal).
En el caso de la empresa estatal Sinopharm, según datos provisorios anunciados por la empresa, fue de 79% a la hora de prevenir infección sintomática (había sido de 86% en el estudio hecho en Emiratos Árabes Unidos; Sinopharm tiene otra vacuna, de su sucursal de Wuhan, de 72,5% de eficacia).
Pero eficacia —en los estudios clínicos— no es lo mismo que efectividad —en la vida real, en poblaciones más amplias y menos controladas—. “En la población en general, con las dos dosis, a los 14 días, el resultado fue similar a los ensayos, poco más del 50%”, cuenta Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio Vacsal de la Universidad de La Plata e investigadora principal del Conicet, al referirse al mencionado estudio de la Universidad de Chile.
“Esa efectividad bajó, medida en menos de 14 días, al 27%. Y respecto de la primera dosis, fue del 3%. Pero con las vacunas no queremos solo evitar contagios, sino enfermedad severa y muerte: esos datos no los tenemos”, admitió, a la vez que agregó que sin embargo hoy ya se ve una baja en los casos graves en mayores de 60 años en Chile. Estadísticamente, decir 3% y decir 0 es casi lo mismo, como remarcan los autores del estudio, Juan Díaz, Eduardo Engel y Alejandro Jofré.
“Así que hay que mirar todo con mucho detalle y a la vacunación hay que acompañarla con las medidas preventivas, para conseguir la inmunidad de la comunidad”, agregó Hozbor. Sinovac o Coronavac, como se la conoce en Brasil donde la produce el Instituto Butantan, fue adquirida masivamente por Chile —donde fue al 93% de los inmunizados— dada la baja provisión que aseguraba la compañía norteamericana Pfizer de su vacuna bautizada Comirnaty; algo similar a lo sucedido en el Uruguay; la vacuna de Sinovac también está aprobada en México, Colombia y Ecuador, según el “rastreador” de vacunas del diario The New York Times.
Ambas vacunas chinas están estudiadas para ser de dos dosis, con intervalo mínimo de 21 a 28 días, y más allá del estudio de Chile del famoso 3% con una dosis, hay cierto —aunque disputado— consenso respecto de que es mejor una dosis que nada; y que ambas vacunas llevan a cero la mortalidad por el coronavirus. “Respecto de la primera dosis hay datos de fases uno y dos, y de anticuerpos neutralizantes. Con la segunda dosis los anticuerpos aumentan y aumentan en más gente”, dijo Hozbor.
Respecto de la decisión de diferir la segunda dosis, Hozbor mencionó que se evalúa permanentemente cómo se da la respuesta inmunológica también para las otras dos vacunas que se les da a los argentinos: la producida por AstraZeneca y por Gamaleya (Sputnik V). “Como se pueden cruzar las bases de datos de enfermedad con vacunación, es algo que se trabaja en los ministerios para ver si hay que hacer cambios; mientras tanto, la idea es buscar tener más gente con al menos una dosis. Se analiza todo, todo el tiempo”, concluyó.
Estrategias
Las vacunas contra el Covid se dividen según la estrategia o plataforma con la que se hacen y el modo en que generan la respuesta inmunológica en el cuerpo. Además de las “nuevas” plataformas de ARN mensajero (Pfizer, Moderna, CureVac), de vector viral (AstraZeneca, Sputnik V, Johnson y Johnson) y de proteínas recombinantes (Novavax, Soberana 02), están las estrategias clásicas como son las de virus inactivado, encaradas por los laboratorios chinos y el indio Bharat.
Gao Fu, director del Centro de Control de Enfermedades de China, señaló en una comunicación técnica, luego ampliada, que podría mejorarse la eficiencia de las vacunas generadas en aquel país (las mencionadas no son las únicas) y otro de sus colaboradores añadió que el país ya estaba probando las nuevas plataformas de ARN mensajero, que prometen una revolución planetaria en la inmunización. “Las tasas de protección de todas las vacunas a veces es alta, a veces es baja. Mejorar su eficacia es un asunto que necesita ser considerado por todo los científicos del mundo. Por eso sugiero considerar ajustar el proceso de vacunación, así como el número de dosis y los intervalos, así como adoptar una vacunación secuencial con diferentes tipos de vacunas”, dijo Gao, según recogió la prensa local.
La vacuna de Sinopharm generó un estudio clínico en Argentina, coordinado por la Fundación Huésped y esponsoreado por los laboratorios Elea-Phoenix. El estudio está cerrado, pero aún no se conocen los resultados. Por último, respecto de las variantes y según un trabajo publicado en la revista especializada New England Journal of Medicine, hasta podrían ser eficaces contra la del Reino Unido.