Vacaciones: por qué más familias eligen transportar perros y gatos en la cabina del avión y no en la bodega
Durante 2021, casi 23.000 mascotas viajaron en vuelos solo de Aerolíneas Argentinas
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Según una investigación de Booking, el 73% de los argentinos considera a su mascota como un miembro pleno de su familia. Como tales, suelen acompañar a sus dueños en muchos viajes, incluso en avión y a otros países. De hecho, durante 2021 casi 23.000 mascotas viajaron en vuelos solo de Aerolíneas Argentinas. Pero el transporte de animales en las bodegas de los aviones no es seguro en todos los casos y, por eso, cada vez más personas buscan la forma de llevar a perros y gatos en la cabina de las aeronaves.
Tobías es un joven argentino que tiene una mudanza internacional por delante. Su idea era viajar con su familia, incluida su perra bulldog inglés llamada Apa, pero debido a los peligros que conlleva subir a la mascota a la bodega de un avión, decidieron dejarla en la Argentina. “En general, los perros braquicéfalos como Apa tienen problemas de respiración, ni hablar arriba de un avión con los cambios en los niveles de oxígeno y presión. Además, por su peso y tamaño, Apa no podía viajar en cabina, tenía que ir sí o sí en la bodega, en donde sedan a las mascotas. Casi todas las aerolíneas nos decían que podían llevarla, pero no nos aseguraban que la perra llegara bien. Entonces nos pareció que existía un riesgo muy grande que no queríamos correr”, contó a LA NACION.
En términos generales y siempre dependiendo de las características del animal, hay tres alternativas para transportar mascotas vía aérea: en cabina, en bodega o por cargas. Sin embargo, actualmente no existe un estándar legal ni reglamentario para el transporte de animales en avión, sino que cada aerolínea tiene sus propias reglas y requisitos. En Latam, por ejemplo, perros y gatos pueden viajar en cabina, bodega o cargas, dependiendo de su tamaño, raza y peso. Lo mismo sucede en Aerolíneas Argentinas. Flybondi, en cambio, solo permite el transporte de mascotas en la cabina.
Pese a las diversas opciones, cada vez más personas intentan llevar a sus mascotas consigo en cabina para minimizar los posibles riesgos. Al temor por la amenaza para la salud del animal, casos resonantes de extravío de perros y gatos en aeropuertos también impulsan esta decisión.
Baltazar Nuozzi, médico veterinario egresado y docente de la Universidad Nacional de La Plata, comentó a LA NACION: “Todas las aerolíneas de primer nivel están preparadas para transportar mascotas tanto en bodega como en cabina, pero siempre hay un riesgo de que nuestra mascota pueda sufrir alguna consecuencia durante el traslado, especialmente en razas y edades a las que les es difícil gestionar su cerebro emocional y mascotas con sobrepeso. Los riesgos, aunque mínimos, van desde la posibilidad de sufrir una crisis emocional (ansiedad, pánico, fobia) hasta signos metabólicos como hipotermia, neurológicos como convulsiones, cardiológicos , respiratorios, digestivos y/o traumatológicos de leves a graves”.
Micaela Obella es otra joven argentina, dueña de Nala, una pitbull a quien debían trasladar a Chile en mayo de 2021 por una mudanza familiar. “Fue una experiencia supertraumática para nosotros y para ella”, contó. “Mi novio y yo nos mudamos a Chile, por lo que Nala tenía que venir sí o sí. Como pesa 20 kilos y Aerolíneas Argentinas la considera una raza peligrosa, tenía que viajar en bodega a través de una empresa de cargo. Para eso, contratamos a una empresa para que se encargara del traslado, que es un servicio carísimo y en dólares. Cuando llegué a Chile empecé a recibir llamadas perdidas de la empresa de cargo. Casi me infarto porque pensé que la perra se había muerto. Me decían que la aerolínea decidió no trasladarla porque Nala se había escapado dos veces del canil. La primera vez la pudieron agarrar; cuando la quisieron volver a subir al avión, se escapó nuevamente y estuvo suelta en la pista durante 30 minutos con el peligro que eso conlleva para ella y para los demás. Lo único que me dijeron fue que tenía que agradecer que no me mataran a la perra y me recomendaron no hacer nada, porque la que iba a salir perdiendo era yo por haber causado la pérdida de miles de dólares mientras el aeropuerto estuvo frenado. Fueron días de mucha angustia porque Nala terminó lastimada y nunca me devolvieron el dinero por el traslado que no se hizo”. Finalmente, Nala viajó 36 horas por tierra para reencontrarse con Micaela.
“No hemos registrado ningún inconveniente”, declararon voceros de Aerolíneas Argentinas, quienes además contaron que del total de 22.911 mascotas que viajaron durante 2021 en vuelos de la compañía, el 78% lo hizo en cabina. Recordaron que “es importante que el animal que viaja en bodega cuente con una jaula que posea ventilación lateral y el suficiente espacio para que pueda pararse o sentarse sin que su cabeza toque el techo del canil. También, que de ser posible tenga disponibilidad de agua dentro del canil, ya que el personal de la empresa no está autorizado a proporcionarla. De igual forma, es conveniente que cuente con abrigo por las diferencias de temperatura que pudieran haber”. Flybondi tampoco informó incidentes: “Desde el 12 de diciembre de 2020 a hoy volaron 4245 mascotas y no tuvimos ninguna pérdida”.
Antecedentes
Antes de esas fechas, dos episodios causaron fuertes denuncias de sus dueños e indignación en la redes sociales. En febrero de 2012, Alejandra Navarro y su familia regresaban a su casa en Ushuaia desde Salta. Cuando llegaron a destino se enteraron que Aerolíneas Argentinas no solo les habían extraviado parte de su equipaje, sino que también faltaba su caniche toy Astro. Tras 13 días de angustia, Astro apareció en Las Heras, provincia de Mendoza, a donde había sido trasladado por error.
En octubre de 2019, la aerolínea española Iberia perdió a una perra mestiza llamada Mona en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Su dueña, Grisel Ortiz, vio a su mascota en la pista desde la ventanilla del avión. Hoy, a más de dos años de su desaparición, el paradero de Mona sigue siendo un misterio y su familia mantiene activa la búsqueda.
María Fernanda Veiga, veterinaria egresada de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios, agregó: “Aunque sea un paciente sano, el riesgo siempre está porque no deja de ser un lugar estresante. Depende mucho del carácter y temperamento de perro o gato. Haciendo los chequeos correspondientes y asesorándose con un veterinario que se especialice en viajes, el riesgo disminuye”.
Fuentes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que extiende un certificado necesario para sacar animales del país, declararon: “No nos consta que hayan muerto mascotas en vuelo, pero no descartamos que pueda haber incidentes menores”. Además, detallaron que durante 2021 egresaron 11.593 mascotas de los aeropuertos del área metropolitana de Buenos Aires (Ezeiza, Aeroparque, San Fernando y El Palomar), un crecimiento de más del 600% frente a 2020.
Nuozzi explicó que es necesario tomar algunas medidas antes y durante el vuelo para cuidar a las mascotas. “Unos meses antes, hay que llevarlos al veterinario de cabecera para hacer un electrocardiograma, un análisis de sangre y revisar su historia clínica, raza, edad, peso y cualquier dato que pueda aumentar el mínimo riesgo que existe al viajar. También es recomendable realizar un acostumbramiento al canil entre 2 y 3 meses antes para habituarse a las horas que permanecerá en él, sobre todo si va a hacerlo en bodega, para reducir el estrés emocional convertido en ansiedad. Con respecto a cabina, es vital que el perro reciba unos meses antes clases de educación y adiestramiento para evitar cualquier conflicto con el resto de los ocupantes del vuelo. El día del traslado se recomienda hacer ejercicio intenso al menos 8 horas antes del vuelo y ofrecerle su ración de comida con una anticipación de 12. La hidratación antes y durante el viaje también es clave”.
El Senasa recuerda en su página web a quienes viajen al exterior con mascotas por vía acuática, aérea o terrestre que deben presentar en destino el certificado veterinario internacional que acredite su sanidad. Esta constancia es expedida por el mismo organismo y un requisito indispensable para que las autoridades del país receptor autoricen el ingreso del animal.
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