Vacaciones: llegaron turistas a Bariloche, pero hay preocupación porque falta un atractivo clave de la temporada
Más allá de las restricciones por la pandemia, hubo un 65% de ocupación hotelera; en la ciudad apuestan a seguir recibiendo visitantes en agosto y septiembre
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La postal invernal típica sigue haciéndose desear en esta ciudad. Las nevadas no aparecen y el balance de las vacaciones de julio tienen un sabor amargo. Si bien durante las últimas dos semanas, esta localidad fue el segundo destino más elegido por los turistas a nivel nacional –detrás de Mar del Plata–, la falta de nieve preocupa a locales y potenciales visitantes.
Con pasajes aéreos agotados y más de 80 frecuencias semanales (Aerolíneas Argentinas, JetSmart y Flybondi dispusieron vuelos adicionales), los turistas se hicieron notar en Bariloche: las demoras en el tránsito y las filas en las puertas de los restaurantes, chocolaterías y cervecerías fueron prueba de ello. Sin embargo, la tradicional temporada alta de esquí pasó sin su elemento esencial, la nieve.
“La falta de nevadas limitó un poco la oferta y la afluencia de público esquiador, pero pudimos darle un muy buen servicio a los peatones y principiantes. Se habilitó la telecabina Amancay y la telesilla Diente de Caballo para los peatones, que pudieron llegar hasta la cumbre de la montaña y tener nieve suficiente para jugar. A su vez, se habilitaron los sectores para principiantes de la base y Plaza, donde pudieron dar sus clases más de 600 instructores de esquí. En estos últimos dos sectores, se recurrió a la fabricación de nieve, clave en momentos como estos. Y en cuanto al esquí, pudimos operar parcialmente un sector del cerro, con horario reducido, por la falta de nevadas. De todos modos, los fanáticos del deporte pudieron esquiar y aún pueden hacerlo en la parte alta de la montaña”, contó a LA NACIÓN Manuel Pérez Diez, gerente comercial de Catedral Alta Patagonia, la empresa concesionaria del centro de esquí.
En cuanto a la afluencia de público, Pérez Diez indicó que se notó una merma en los tres segmentos (peatones, principiantes y esquiadores), pero el más afectado fue el esquiador de mayor nivel porque la oferta estuvo más limitada. En tanto, la cantidad de peatones y principiantes que visitaron el Catedral se redujo casi un 50% aunque no por la falta de nieve, sino por la pandemia, algo que ya estaba previsto.
Restricciones
“No tenemos ni turismo estudiantil ni grupal, que están prohibidos por decreto. Además, están cerradas las fronteras internacionales, por lo que no recibimos público de Brasil, Uruguay, Chile y otros países. El balance de julio está dentro de los parámetros esperables para estas condiciones. La falta de nieve sumó un condimento negativo al contexto. Vamos a seguir abiertos durante agosto y septiembre con la mayor oferta posible en función de la cantidad de nieve. El pronóstico es muy variable, pero somos optimistas respecto de que nieve en cualquier momento”, agregó Pérez Diez.
Desde la Secretaría de Turismo de la ciudad, afirmaron que el balance de julio es positivo. “Fuimos el segundo destino con más solicitudes de permisos a nivel nacional. Llegamos a un 65% de ocupación promedio. Teniendo en cuenta que hay 28.000 camas disponibles, es una cantidad importante de gente. Más de 50.000 personas pidieron el permiso, con un pernocte promedio de casi cinco noches, que es altísimo. La nieve no acompañó, pero la gente disfrutó igual, paseó y conoció otras propuestas”, afirmó Gastón Burlón, secretario de Turismo local.
La mayoría de los visitantes eligieron pasar uno o dos días en la nieve, y luego optaron por otras alternativas, como Circuito Chico, Colonia Suiza y el Cerro Campanario. Quienes llegaron con la intención de ver y jugar en la nieve pudieron hacerlo no solo en el Catedral, sino también en el complejo Piedras Blancas del cerro Otto. Y algunos destinaron una jornada a disfrutar del cerro Bayo, en Villa La Angostura.
“Algunas actividades son caras, pero queríamos que los chicos conocieran la nieve y lo disfrutaron mucho. Y si bien, en general, se respetan los protocolos, las personas a veces se olvidan del contexto, no respetan el distanciamiento en las filas y se agolpan. Nos pasó en el Catedral, por ejemplo. Y a veces nos costó encontrar un lugar donde merendar, porque había mucha gente”, contó Luciana, que llegó, junto a su marido y sus dos hijos, desde Monte Grande para pasar una semana en Bariloche.
Como ella, algunos turistas provenientes de la provincia de Buenos Aires resaltaron el costo extra que significó realizarse un test para Covid-19. Quienes ingresan a la provincia de Río Negro en avión o en ómnibus de larga distancia deben presentar un test de antígeno o PCR negativo. Mientras tanto, para los que llegaron desde la Ciudad de Buenos Aires fue más fácil, ya que ese distrito ofrece testeos gratuitos tanto al ingresar como al salir.
Balance
Más allá de las actividades recreativas, el balance que hacen los gastronómicos es algo dispar. “Estas vacaciones de julio fueron un desastre. La verdad es que después del año pasado, cerrados desde marzo, sin poder tener temporada invernal por las restricciones, esperábamos poder tener una temporada mejor. Ya sabíamos que no íbamos a tener turismo internacional, que para Bariloche es sumamente importante, pero tampoco tuvimos nacional. No recuerdo una temporada con tan poca nieve. En cuanto a las ventas, estamos por debajo del nivel de 2019”, dijo Leticia Fenoglio, CEO de Rapanui. Esa chocolatería posee un local muy grande sobre la calle Mitre, la más visitada por los turistas en el centro de Bariloche.
Por otro lado, la percepción de María Eugenia Locreille, dueña de la chocolaterie belga VanWynsberghe, ubicada en el km 15 de la avenida Bustillo, es bien distinta: “Al no haber mucha nieve en el cerro, la alternativa de los turistas ha sido recorrer el Circuito Chico. Y como estamos en ese recorrido, nos vino muy bien, no solo para los que nos conocen, sino también para recibir a nuevos visitantes que llegaban a tomar el té o a probar los chocolates. Hubo una buena afluencia de gente y se vio una marcada diferencia entre junio y julio. Vimos muchas familias que llegaron en auto incluso. Esperamos que llegue la nieve para que los esquiadores de agosto se entusiasmen y vengan, porque, sino, creo que la temporada va a terminar ahora”.
Habitualmente, el período de vacaciones de invierno es más largo en Bariloche y se extiende hasta agosto, cuando suele llegar una mayor cantidad de extranjeros y de esquiadores experimentados que visitan la ciudad casi todos los años. Hoy eso se modifica, un poco por las restricciones y otro, porque no llegan las nevadas.
“Trabajamos muy bien en las semanas de vacaciones de julio y, por la falta de nieve, se está volviendo un poco abrupta la caída de gente. Pero, si lo comparamos con el año pasado, estamos más que contentos. Esta experiencia de invierno da aliento para proyectar la temporada de verano y un comienzo de recuperación del sector gastronómico”, expresó Martín García, creador y brewmaster de la cervecería Manush.
Si bien el invierno todavía tiene casi 60 días por delante, el resumen del mes más fuerte en cantidad de visitantes resulta atípico. La falta de nevadas no solo afecta la temporada de esquí: esta semana se declaró la emergencia hídrica en Río Negro y Neuquén. En lo que va del año, los registros de lluvias cayeron casi un 50%. Y se espera que el cambio climático profundice la falta de precipitaciones y nevadas en los próximos años.
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