Vacaciones de invierno: la inesperada presencia que sorprendió a los turistas en Cariló
Un verdadero show en el mar protagonizaron al menos dos ballenas; afirman que los avistajes son cada vez más frecuentes
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MAR DEL PLATA.– Si un adicional de encanto le faltaba al “bosque mágico”, como les gusta destacar a Cariló a varios de los pioneros e incondicionales de este balneario, era ballenas frente a la costa.
El espectáculo apareció como sorpresa, fuera de programa de estas vacaciones de invierno, que durante su primera mitad ayudaron a mostrar buena cantidad de casas ocupadas y servicios de alojamiento con demanda en ascenso, en especial durante este fin de semana.
Los que se animaron a caminar por la playa a pesar del viento que sopló en los días iniciales, la lluvia que acompañó más de lo deseado y hasta llegó a castigar con tormenta eléctrica, tuvieron su premio con un verdadero show en el mar, a no más de 300 metros de las últimas huellas sobre la arena.
“Vos querías ver ballenas, Fran: ahí tenés”, se escucha en uno de los videos registrados por quienes las tuvieron a la vista durante un rato, en su clásico juego de mostrar parte de su poderoso cuerpo y levantar agua a fuerza de briosos golpes de cola contra la superficie.
Al menos dos se lograron advertir de manera simultánea, dueñas absolutas de la escena frente a playas casi desiertas y, en este caso, ausencia absoluta de embarcaciones.
Porque lo que vivieron los que tuvieron la suerte de cruzarse con estas ballenas por Cariló también había tenido episodios en otras escalas de la costa marplatense. Durante los últimos días las vieron pasar por Miramar y también por Mar del Plata, aunque en estos casos el privilegio fue exclusivo de quienes navegaban en veleros y buques de paseo turístico, ya que cruzaron la zona aguas adentro.
La única excepción se dio durante algún momento del sábado, cuando navegantes que acababan de zarpar de los muelles marplatenses se cruzaron con una pequeña ballena que se movía dentro del espejo de agua interior, situación que fue advertida a autoridades locales de la Prefectura Naval Argentina para que las tripulaciones tuvieran un cuidado especial durante el movimiento de ingreso y salida de esa terminal.
Curiosamente, la presencia de estas ballenas frente a las playas de Cariló coincidió con la conmemoración del Día Mundial de las Ballenas y los Delfines. En su origen, en 1986, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) había fijado al 23 de julio como Día Mundial contra la Caza de Ballenas.
Cada vez más frecuente
Lejos de ser excepcional, es cada vez más asidua la presencia de ballenas en cercanías de este sector de la costa bonaerense. Los primeros avistajes de este año se dieron a mediados de mayo, primero en Miramar y luego en Mar del Plata.
Especialistas confirman que es una situación que se repiten cada vez con mayor frecuencia y que se extiende hasta el inicio de la primavera, en coincidencia con la dinámica de migración que tiene la especie entre su etapa de reproducción y la de alimentación.
Diego Rodríguez, investigador del Conicet y director del Grupo de Investigación de Biología, Ecología y Conservación de Mamiferos Marinos en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, asegura que las ballenas se acercan a las costas durante el invierno para reproducirse y luego se alejan en busca de alimentos, en zonas antárticas. Desde ése ámbito se realiza un monitoreo y registro de estos avistajes.
Se trata de la variedad de ballena franca austral, protegida y declarada monumento natural nacional. Sus principales puntos de encuentro en la región son la zona de Santa Catarina, en el sur de Brasil, y la Patagonia argentina, en particular Península Valdés, donde además se convirtieron en un fenomenal atractivo turístico.
La reiterada presencia por la zona atlántica bonaerense llevó a instituciones científicas y ambientalistas a atender la situación que se daba con embarcaciones que se acercaban más de lo recomendable a estos animales, lo que implicaba situaciones de tensión para las ballenas y riesgo para los navegantes ante cualquier inesperada reacción.
Es así que se estableció y difundió desde Mar del Plata un protocolo acordado por fuerzas de seguridad, biólogos marinos y conservacionistas. Dispone que el acercamiento para avistaje mantenga una distancia mínima de 400 metros, no incidir para que modifique su rumbo y mucho menos cruzarse por delante de su sentido de viaje.
“Vamos a empezar a ver ballenas yendo y viniendo, hacia el sur de Brasil o con destino a Puerto Madryn”, explica Mark Royo Celano, presidente de la Asociación de Windsurf y Deportes a Vela que alentó la creación de este protocolo.
Desde esta entidad, siempre en trabajo con organismos científicos con sede en la ciudad, se había avanzado en ideas para potenciar la posibilidad de avistajes. Con el Museo de Ciencias Naturales local y otras instituciones, había entusiasmo con la posibilidad de establecer miradores con cartelería informativa y equipamiento de largavistas fijos o similares. El proyecto sigue en estudio.
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