Vacaciones de invierno. La ciudad serrana que atrae turistas por sus paisajes, aventuras y buenos precios
A horas del fin del receso escolar, muchas personas recorren Tandil y se suman a las distintas actividades al aire libre; de aerosillas a rapel y tirolesa
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TANDIL.- De a pares van y vienen. Mayoría de padre o madre con hijo o hija. O abuelos, sonrientes y abrazados a alguno de sus nietos. Se identifica por semblante a los que desde la altura disfrutan del paisaje de pinos que rozan con la suela del calzado y una hermosa ciudad allá abajo, algo más lejana. Y otros de gesto serio, mirada clavada en el horizonte y ni gesto de apuntar al piso, donde casi 15 metros abajo un curso de agua atraviesa el recorrido y deja ver peces anaranjados, de buen tamaño, que van de aquí para allá casi a nivel de superficie.
“¡Pasamos por arriba de los árboles!”, dice la nena que después de dejar atrás decenas de pinos que rodean el recorrido llega a destino y celebra con el padre este viaje en aerosilla que la deposita en lo más alto del cerro El Centinela, donde cientos de turistas se reparten entre selfies con fondo de cantera, fotografías de paisaje de sierras y las aventuras de calzarse un arnés y viajar colgados de una soga y a velocidad desde una posta a otra.
Hay fila para retirar la foto y otra por turno para cabalgata. Así de intensa es la demanda en uno de los paseos más visitados de una Tandil que se empieza a despedir de vacaciones de invierno de pulgar para arriba, aun cuando la buena concurrencia no alcanzó los números de igual momento del año pasado.
El contexto económico, difícil por cierto, es muy valorado por los operadores al momento de evaluar este ritmo de arribos y pedidos de alojamiento que deja conforme al destino luego de algunos meses en los que habían sentido una merma en la dinámica turística.
“Tandil estuvo realmente muy bien; el clima acompañó bastante y no tuvimos ni el frío polar previo a las vacaciones ni lluvia, y eso es muy positivo”, confirma Nicolás Funaro, referente del rubro hotelero en esta ciudad que no para de crecer en términos de oferta de servicios, infraestructura para viajeros y nuevas propuestas de aventura.
“Para el momento que estamos viviendo en el país y por cómo anduvieron otros destinos turísticos tenemos que decir que nos fue bien”, dijo a LA NACION en este primer balance cuando todavía resta este último fin de semana, para el cual la demanda de alojamiento ya mostraba una merma tras el pico que se dio días atrás.
José Baena, del complejo de cabañas Amanecer en Las Piedras, reconoció una baja en la ocupación con respecto a lo vivido el año pasado, pero también valoró lo logrado. “Fueron buenas vacaciones”, insistió a pesar de ese menor movimiento turístico que se advirtió.
“Somos de La Plata, vinimos por cuatro días y nos alojamos en una cabaña en un precio que podemos decir que era lógico por el servicio”, señaló Roberto Rolón, de la capital bonaerense, que vino con su esposa, dos hijos y su suegra. “Acá hay mucho para pasear, recorrer y conocer sin gastar dinero”, dijo sobre la posibilidad de visitar los principales puntos panorámicos y atractivos naturales que tiene Tandil.
Se refiere a los circuitos que hay en el casco urbano, pero también a lo mucho que se puede encontrar con solo avanzar rumbo al perímetro algo más alejado, dominado por las sierras y sus paisajes.
Entre esos recorridos más próximos a zona centro hay paseos muy concurridos. Si bien su momento fuerte es la festividad de Semana Santa, el Calvario atrae visitantes y en estas últimas semanas propuso algunas actividades especiales al aire libre pensadas para entretener a los más pequeños. Y La Movediza, cerro recuperado para el turismo hace algunos años con la réplica de una piedra que hizo historia y que es escala obligada como recuerdo del paso por esta ciudad.
En El Centinela se veía este viernes un gran movimiento de gente. Si bien el acceso al predio es libre, se percibía una alta demanda de acceso a la aerosilla, que con un recorrido de más de 600 metros tiene un costo de $6.000 por pasajero. Y también en otras actividades tan o más emocionantes, como la tirolesa o las cabalgatas.
“El balance es positivo”, confirma Bruno Cerone, uno de los responsables del complejo, y reconoce que el rendimiento en términos de visitas estuvo igual o apenas por debajo de las anteriores vacaciones de invierno. “Sí se ve menos consumo en el resturante y igual cantidad de mesas, tickets más chicos en términos de gasto”, confirmó a LA NACION.
Detalló que de todas maneras significó un impulso importante para el sector ya que durante los últimos meses se había notado una caída en la cantidad de gente, por lo que estas dos últimas semanas representan un respiro.
Rapel y tirolesa
A pocos metros se encuentra El Valle del Picapedrero, donde más de 30 personas se aprestaban a colocarse arneses, cascos demás elementos de seguridad para aventurarse en actividades como rapel, trekking y tirolesa. “Todavía no hicimos números finos, pero si no estuvimos igual, habremos estado apenitas por debajo”, aseguró Lole Inza, titular del complejo y también del emblemático parador gastronómico Época de Quesos. “Se trabajó muy bien”, insistió y dijo a LA NACION que en el sector de restaurantes y bares “hubo buenas vacaciones de invierno”.
Tandil es uno de los destinos turísticos con mayor crecimiento en los últimos tiempos. A la par se multiplicaron desarrollos inmobiliarios, ofertas de alojamiento vinculadas con los paisajes naturales, propuestas gastronómicas y paseos recreativos.
“Es una ciudad que tiene muchos lugares para recorrer y si bien no es barata, hay que consultar y se encuentran precios acordes”, confirman Raúl y Natalia, padres de Luna y Rafael, luego de sacarse fotos en el castillo morisco, en la cima del cerro del Parque Independencia, un almuerzo que incluyó un imponente guiso de lentejas y una foto final con alfajores y dulce de leche que compraron como souvenires para sus familiares que quedaron en La Plata.
Operadores del sector reconocen que los números de los servicios de alojamiento tradicional no terminan de reflejar el volumen total de demanda de viajeros. Es que, frente a hotelería y complejos de cabañas, creció la propuesta de plataformas digitales y alquileres de propiedades, con precios competitivos y bien aceptadas por la clientela. “Es un rubro que está en pleno cambio y adaptación”, reconoció el propietario de uno de aquellos establecimientos.
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