Urge fortalecer el capital intelectual
Existe efectivamente una brecha digital muy importante entre los adolescentes más vulnerables de la sociedad y sus pares de sectores medios y altos. Los más pobres no pueden hacer lo que les gusta en su tiempo libre porque no tienen tiempo libre: son mozos, albañiles o se hacen cargo de sus hermanos .Y a partir de allí todo es diferente: sin acceso a Wi-Fi, poco tiempo de conexión en locutorios y usos más limitados de Internet, sus conocimientos son también más reducidos. Los adolescentes más pobres usan Internet para entretenerse o comunicarse con amigos. No buscan información para su interés personal, no bajan música, no ven películas.
¿Por qué es tan relevante el uso limitado que hacen de las tecnologías? En el siglo XXI, la pobre utilización de Internet entre chicos de sectores populares es una nueva forma de exclusión. Puede haber ciertas igualdades en el acceso - todos recibieron netbooks en la escuela-, pero persisten fuertes inequidades en las prácticas.
La alfabetización digital es la capacidad que tiene un alumno para acceder, comprender reflexivamente los textos que circulan en la Web, crear nuevos contenidos y saber comunicarlos a los demás. Los adolescentes de la villa 31 no pueden ejercer ninguna de estas competencias porque no saben cómo: copian y pegan el primer link que encuentran para la tarea, no usan Word para escribir, no buscan información para ellos en la Web y no crean nuevos contenidos.
La responsabilidad, como siempre, es para el Estado. La inclusión digital es el gran desafío de hoy para las políticas públicas. No sólo para proveer acceso a equipamiento, sino, y fundamentalmente, para promover un uso diversificado, reflexivo y creativo de las tecnologías.
Para que Internet no sea sólo entretenimiento, sino una oportunidad para fortalecer el capital cultural y educativo de todos los adolescentes. Sin distinción social.
Especialista en cultura juvenil