Unas 50.000 hectáreas arrasadas: desesperado combate de incendios en la selva salteña
La sequía extrema inició los focos en agosto pasado; se fueron expandiendo con el paso de los meses; la Justicia investiga si algunos fueron intencionales
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Unas 50.000 hectáreas de selva de yungas y de monte son las afectadas por los incendios en el norte de Salta que, con diferentes focos, comenzaron hace 120 días. Las últimas imágenes satelitales muestran que las llamas están a pocos kilómetros de ingresar a la provincia de Jujuy, donde la barrera natural en esa zona es el río Piedras. El calor y el viento empeoran la situación. Hay focos en los departamentos de Orán, San Martín –entre ambos sumarían unas 40.000 hectáreas arrasadas–, Iruya y Chicoana.
En el área actúan miembros de la Brigada Forestal, y bomberos de la Policía, voluntarios y de municipios salteños, a los que se sumaron esta semana 130 integrantes de la Administración de Parques Nacionales y de la Brigada Nacional Sur. También, hay brigadistas de las provincias de Catamarca, Córdoba y Jujuy. Existen áreas de muy difícil acceso, a donde no se llega con las autobombas, sino a pie. Un avión hidrante y un helicóptero con helibalde del Servicio Nacional de Manejo del Fuego se sumaron al operativo.
Los fuegos arrancaron en Colonia Santa Rosa, localidad de Orán, en agosto pasado por la sequía y se fueron extendiendo por las condiciones climáticas adversas, pero hay quienes apuntan que existen focos iniciados de manera “intencional”. Hay una investigación judicial en marcha por los incendios en los parajes El Oculto, San Ignacio y sobre las rutas 18 y 50. La iniciativa, en ese caso, la tomó el fiscal penal de Orán, Mónica Viazzi.
También su colega, Daniela Murúa, pidió informes para determinar las causas del fuego que el martes avanzó hasta las puertas de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, y generó alarma en toda la población.
Después de las actuaciones de las dos fiscales, la Procuración General creo una Unidad Fiscal de Investigación para determinar las causas, la magnitud del daño y las responsabilidades. El expediente abierto se titula “Posible Estrago Forestal”.
Preservar el agua
Miembros de la campaña de bosques de la ONG Greenpeace están recorriendo la zona. Llegaron a pedido de las comunidades kolla de Tinkunaku, ubicada a 50 kilómetros de San Ramón de Orán, en medio de las yungas. Noemí Cruz, integrante del grupo, cuenta que “al comienzo el fuego era más fácil de controlar. Ahora, está descontrolado por el viento”.
Estas cuatro comunidades kollas se localizan arriba y debajo del monte y se están “organizando en grupos de unos 50 –describe Cruz– y salen con machetes, con lo que tienen, para hacer ‘picadas’ y evitar el avance de las llamas. Así, por ejemplo, lograron resguardar una laguna para preservar el agua, vital para ellos y para los animales”.
“La selva de yungas cerca de Orán, está hoy cubierta de humo, fuego y cenizas, devorada por el avance de las llamas que, favorecidas por la sequía, se vuelven incontrolables. No es posible dimensionar la pérdida de biodiversidad, el incremento del calor, la erosión, los derrumbes que pueden sobrevenir en un contexto de crisis climática”, contó Cruz.
La Pastoral Aborigen de la diócesis de la Nueva Orán emitió un comunicado por la situación que se vive en la zona. Toman un párrafo de la encíclica Laudato si’ del papa Francisco. “Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva. La pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, no solo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios. Las diversas especies contienen genes que pueden ser recursos claves para resolver en el futuro alguna necesidad humana o para regular algún problema ambiental”.
Pide trabajar “todos juntos, autoridades, técnicos y especialistas en incendios, educadores, agentes de salud, personas de buena voluntad, trabajemos como hermanos, para cuidar a pobladores y su entorno natural: plantas, animales, agua, aire, subsuelo, etc, preservándolos, ahora, del peligro de incendios, pero, cotidianamente, de la ‘explotación con fines puramente economicistas’, que arrincona y empobrece la bella creación que Dios nos ha dado, en las yungas y bosques del norte salteño”.
Este viernes, en Colonia Santa Rosa, terminan las tres jornadas de oración a la patrona Santa Rosa de Lima. “Pedimos la gracia de la lluvia para nuestras vidas, nuestros animales y nuestros campos; mañana sábado habrá una procesión”, señaló Horacio Urbano, el cura párroco.
“La situación está medianamente controlada, pero seguimos con el humo en superficie que se mueve dependiendo de cómo rota el viento –añadió–. Los productores, preocupados por la situación, llevamos a Santa Rosa peregrina a la parte alta de la localidad, es el punto donde hace la conexión para mandar el agua al pueblo. Es desesperante la situación de los ríos, no existe el agua. Los pronósticos no son alentadores”.
Declaración de emergencia
Desde el Centro de Obrajeros del Norte, su presidenta Rebeca Louftaif, indicó que desde septiembre venían advirtiendo que en el departamento Orán había unos 140 focos de incendios. Ahora son 1000 en toda la provincia y unas 40.000 hectáreas de bosques nativos perdidas entre Orán y San Martín. “Con los consecuentes problemas de salud de la gente y la pérdida de flora y fauna nativa”, añadió.
Para la entidad, ahora “no es momento de buscar culpables”, sino de controlar el fuego. En esa línea, reclamó, “con carácter de urgencia, se declare la emergencia ígnea a fin de articular los medios necesarios de la Nación para dar una solución inmediata. No hacerlo, significaría continuar con la pérdida de biodiversidad y de nuestros bosques los cuales, son esenciales para la vida en este planeta. No sigamos perjudicando a las generaciones futuras”.
El gobernador salteño Gustavo Sáenz recorrió el miércoles pasado la zona del Cerro Finca La Calavera, departamento Chicoana. Y señaló: “Conversamos con los brigadistas y vecinos del lugar sobre el operativo integral que llevamos adelante desde la provincia para sofocar los incendios que tanto afectan a nuestra provincia”.
Lamentó por la “intencionalidad” de los incendios en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán. Y agregó: “Necesitamos que llueva, que la gente no haga lo que no corresponde. Lamentablemente el incendio fue intencional y está la justicia actuando en este tema”.
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