Una zona ganadera bajo el agua en Dolores
El 90% del partido sigue inundado; no cuantifican aún las pérdidas
Dolores, una de las regiones más importantes en la producción de terneros, tiene el 90 por ciento de sus 190.000 hectáreas afectado por las inundaciones y anegamientos ocasionados por las intensas lluvias en la provincia y los problemas estructurales para el escurrimiento del agua. Casi la totalidad de sus 480 productores ganaderos está en serias dificultades y hay animales muertos.
"Inserto en la denominada Cuenca Deprimida del Salado, este distrito recibe el escurrimiento del agua de gran parte de la provincia, que ingresa a manera de embudo en un frente de 23 kilómetros de agua desbordada de los canales 9, La Picasa, A, El Tordillo y 1", dijo a LA NACION el presidente de la Sociedad Rural de Dolores, Germán Facio.
"Estamos en plena época de parición; algunas vacas ya tuvieron sus crías y otras están en avanzado estado de preñez. Hay problemas de alimentación y dificultades para trasladar la vacas y sus terneros recién nacidos a zonas más altas porque los caminos están tapados por el agua. Ya hay mortandad de animales, aunque todavía no hay una evaluación de las pérdidas", agregó el dirigente.
Facio explicó que en esta zona el promedio anual de lluvias es de mil milímetros, "pero en sólo una semana cayeron 300 milímetros". Estimó que la situación sólo comenzaría a solucionarse en unos tres meses, "siempre y cuando no llueva, pero los pronósticos indican todo lo contrario, más sabiendo que estamos en un año con el fenómeno El Niño (con precipitaciones superiores a las normales)".
Insistió el dirigente en que si bien éste es un panorama general en la provincia y en donde hay muchos distritos inundado, como Guido, Tordillo y Pila, "toda el agua llega a Dolores" y no escurre por la falta de obras de infraestructura.
"Los canales están en pésimas condiciones. Faltan terraplenes, dragados en ensanche, y no en profundidad, desde la bahía de Samborombón hacia el Oeste, limpiando todas las desembocaduras. Además, los puentes son angostos y no permiten el paso normal del caudal, y hay alcantarrillas rotas que vuelcan el agua hacia los campos", concluyó Facio.
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