Una protesta, una nota periodística y el regreso de las lanchas para que los chicos del Delta entrerriano vayan a la escuela
Alumnos de diez escuelas sufrían la paralización del transporte escolar por falta de combustible; la gobernación canceló una deuda y hoy volvieron a clases
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ISLAS DEL IBUCUY.– Envueltas en la neblina de la fría mañana de hoy, empezaron a desplazarse por los arroyos y brazos del río las lanchas escolares del departamento Islas del Ibicuy. Todavía no amanecía del todo. Alumnos de todas las edades abordaron, tanto en las islas como en los muelles de Villa Paranacito, las vetustas embarcaciones que los devolvieron a sus respectivas escuelas. Escondiendo rostros y delantales blancos bajo el cobijo de gorros, camperas y bufandas, fueron subiendo uno a uno a las embarcaciones, que volvieron a funcionar luego del reclamo de padres y docentes sobre la ruta nacional 12 ayer.
Tras la movilización, y poco después de la publicación de la nota en LA NACION, fuentes oficiales revelaron que finalmente “se giró una transferencia de $2.925.880 para regularizar la situación con el proveedor de combustible” como “pago adicional al depósito de 10 millones de pesos que el gobierno de Entre Ríos realizó al municipio para agilizar la reparación de las lanchas rotas y la compra de otra embarcación”, confirmó la directora de la Departamental de Escuelas de Islas del Ibicuy, María Elena López.
La funcionaria explicó que “la compra de combustible y el mantenimiento de las embarcaciones llega a la Departamental de Escuelas desde el Consejo General de Educación (CGE) de Entre Ríos en una partida para ese fin. En esta oportunidad se le depositó el dinero directamente al proveedor como excepcionalidad, para restablecer rápidamente el servicio de transporte escolar como ocurrió esta mañana”.
Hasta ayer, eran ocho las escuelas primarias de Islas de Ibicuy que no tenían clases por falta de transporte escolar para un centenar de alumnos: la escuela N°14 “Fray Mocho”, ubicada en el Arroyo Santos Grandes, en Paranacito-Ñancay; la escuela N°1 “Gregoria Matorras de San Martín” de Villa Paranacito, al igual que la escuela N°4 “Vicente López y Planes”, situada en Arroyo Brazo Largo; la escuela N°6 “Gobernador Miguel Laurencena”, en Arroyo Brazo Chico; las escuelas N°20 “Ricardo Monner Sans” en Arroyo Martínez y N°5 “Martín Miguel de Güemes” en el Arroyo Brazo chico Uruguay; la escuela N° 21 “Manuel Belgrano” y la escuela N°23 “Francisco Ramírez”, ubicada en Arroyo El Sauce, cuyos estudiantes iban dos días por semana desde que comenzó el ciclo lectivo 2022.
Respecto a este último establecimiento López explicó que “se hará una contratación para brindar un servicio como corresponde”, ya que para que los niños lleguen esas pocas horas a la escuela son los padres los que se organizan desde comienzo de año. Claramente, los chicos no llegarán a cumplir el objetivo de los 190 días de clases anunciado por el gobierno de Gustavo Bordet.
La funcionaria recordó que se trata de un problema de larga data en la zona. “Yo misma cuando fui estudiante, hace cuarenta años, me encontré con esta situación, remando para asistir a clases, perdiendo días por la falta de infraestructura en transporte escolar. Soy isleña, conozco el problema y por eso confío en que se va a poder trabajar firmemente para que este tema comience a resolverse de manera definitiva”, aseguró.
Por otra parte, indicó: “La compra de combustible a nosotros nos resulta mucho más cara que en cualquier otro lugar, por el precio y por la cantidad que necesitamos. Pagamos 230 pesos el litro de gasoil y 205 pesos el litro de nafta. Es mucho el recurso que se necesita, considerando que gastamos casi 10.000 litros de nafta y alrededor de 9000 litros de gasoil por mes para abastecer el transporte escolar de la zona”.
¿Será suficiente el dinero girado para dar solución al problema? “Todo lo que tiene que ver con adquirir elementos vinculados a navegación es muy costoso. Un motor para una lancha vale alrededor de 4 millones de pesos; otro millón nos costará reparar el motor de una de las lanchas de hierro naval que tenemos en el taller hace un año aproximadamente [la de la escuela N° 14], y también estamos buscando precios para la compra de otra embarcación”, detalló.
Con el interrogante de si es posible garantizar el derecho a la educación de los niños isleños sin pensar en un sistema de inversión sostenido en el tiempo, docentes, padres y vecinos de la zona seguirán siendo los custodios de esta historia, de cara a la promesa efectuado por el gobierno provincial. “El Consejo General de Educación (CGE) implementará a partir de septiembre un fondo rotatorio permanente para las direcciones departamentales de escuelas. De esta manera, se podrá establecer el pago continuo de combustible y hacer frente a las reparaciones en lanchas escolares”, afirmaron fuentes oficiales consultadas por LA NACION.
Esta mañana los chicos volvieron a subir a las lanchas. Se reencontraron con la escuela, con tal vez el único lugar donde muchos de estos casi 100 niños y adolescentes pueden socializar con pares y docentes, y pensar el mundo junto con otros.
Después de 60 años de falta de inversión integral en el transporte escolar del Delta entrerriano, de las 16 lanchas de hierro naval construidas por el astillero de Gramlich en 1962, solo sobreviven seis. Pese a ser las más seguras, es difícil repararlas. Se suman a la flota cuatro lanchas plásticas, algunas de madera y dos que brinda en comodato la municipalidad.
De esto la política entrerriana no habla, ni el oficialismo ni la oposición. La historia indica que hace falta más de 10 millones de pesos para resolver este asunto. Pero hoy las comunidades educativas y las familias están contentas: los chicos regresaron a la escuela.
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