Una pregunta que insiste: “¿En qué momento me contagié?”
Desde hace varios días sueña con cárceles. Nunca antes había tenido estas pesadillas. En realidad, Jacinta Dillon se mueve libre y sin miedo en un mundo amplio que ella construyó, profesional y sentimentalmente, entre Londres y Buenos Aires.
Sus padres la recogieron en Ezeiza. A pesar de que este encuentro coincidía con el comienzo del aislamiento, esta periodista de la BBC que vive a miles de kilómetros de su familia no se desanimó. En su voz había certezas y entusiasmo. Pero a las pocas horas, Jacinta tembló. Literalmente.
Casi en pijama, con un libro en la mano, ingresó en el Hospital Alemán el 14 de marzo. Cuando la fiebre fue controlada, con cierta culpa por estar ocupando la cama de alguien que la necesitaría más que ella, conversaba con su mamá y su hermana por videollamada a la espera de novedades. El médico que la trataba ingresó y le comunicó el resultado del test de coronaviurs: positivo. De todas las veces que miró a los ojos a su mamá, aquella es una de las que más recordará.
Jacinta, tan llena de planes, agendas y coreografías sociales, se quedó quieta. "Me gusta controlar lo que hago. Pero me entregué. Eso me salvó la cabeza. Jamás pensé que podía sentir esta calma. Si lo pensaba en profundidad, me enloquecía", dice la joven. Ella hace preguntas, o, lo que es mejor aún y diferente, sabe preguntar. Y aun así no fue tras los médicos, curiosa, inquisidora. "Entendía que era un proceso interior. No se me ocurría molestar a quienes estaban trabajando. Controlé mi ansiedad".
Virtud profesional, esta cronista agudizó su mirada ante lo que experimentaba. Jacinta es una de las primeras 30 pacientes confirmadas con Covid-19 de la Argentina. "Iba viendo cómo iban aprendiendo a tratarnos los médicos y el personal en la medida en que pasaban los días. Fue notoria la diferencia". Vicio profesional, comenzó a escribir un diario. Recuerda cómo las paredes se hicieron más delgadas y en esa habitación hermética, ingresaron ruidos y voces, y con ellos, alguna confusión. "Te vas creando un mundo propio". Una alfombra para realizar ejercicios de yoga, la computadora y cuadernos, muchos cuadernos, se convirtieron en la geografía de esa sala blanca. Y preguntas. Muchas, y entre ellas, la más reiterada: "¿En qué momento me contagié?".
En ese colmo de realidad, de estatismo y de la distancia con los demás, Jacinta, que siempre se psicoanalizó, no advirtió algo que estaba delante de sus ojos. El libro con el que había ingresado al hospital, Mujeres que corren con los lobos, quedó en la mesa de luz. En cambio, fue Outlander, sobre una mujer atrapada en el tiempo, la ficción que la distrajo. O la enfrentó con su espejo.
"Bajé mil revoluciones. Desarrollé la capacidad interna de vivir un día a la vez. Sé que suena muy cliché y muy carpe diem, pero es así". Hiperkinética por definición, aún sin fecha de regreso a Londres, dice que el planeta está detenido. Y lo dice serena, sin miedo. Ni siquiera a las (posibles) pesadillas, porque a ellas tampoco las controla. Por ahora.
Un 25 por ciento
En la Argentina
Se llegó esta semana a más de 600 recuperados sobre un total de infectados que superó los 2600, según la OMS.
En el mundo
A nivel global, la cifra de recuperados superó las 560.000, sobre un total de más de 2,2 millones de afectados.
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