Una oportunidad de aportar con la experiencia
"Quise hacer un aporte", dice con humildad Elena Lukin desde su casa en Boedo, donde se dedicó a coser una treintena de barbijos para repartir entre su familia. Dar el ejemplo fue su forma de responder a la necesidad de medidas preventivas ante la pandemia del coronavirus, reforzada esta semana cuando el gobierno porteño ordenó el uso obligatorio de barbijos en ciertos ámbitos de Buenos Aires.
"Estoy contenta de poder ayudar", agrega esta señora de 88 años, con cuatro hijos y siete nietos, que dedicó gran parte de su vida a trabajar como ama de casa y militante social. "En el encierro, pensé en lo costoso y escaso que son los barbijos –cuenta–. Me acordé de que tenía guardadas telas blancas para hacer pañuelos. Con ayuda de la señora que me cuida, las lavamos y las pusimos al sol. Cualquiera puede hacerlo con una sábana, se puede esperar mucho de la gente".
De esta manera creativa, Lukin se sumó a otras jubiladas que este mes decidieron contribuir con su experiencia a la creciente demanda de un elemento crucial para evitar contagios. Una de las primeras fue Ilse Buddenberg, una ex enfermera e instrumentista misionera de 89 años, que a fin de marzo comenzó a hacer barbijos para donar al hospital de Eldorado. Días de mes se difundió el caso de Telma, de 96 años, que hizo lo propio junto a una vecina en la ciudad bonaerense de 9 de Julio.
"Mi abuela desempolvó la Singer y se puso a hacer barbijos para donar. Viva mi abuela", escribió esta semana en su cuenta de Instagram Aimé Iglesias Lukin, directora de la prestigiosa Americas Society, con sede en Nueva York.
"No salgo porque es una de las prioridades", dijo a LA NACION Elena, agradecida por no haberse contado entre los cientos de jubilados que se vieron obligados este mes a formar largas filas en los bancos de todo el país, para poder cobrar sus haberes. "Por suerte pude –señala–, pero hay gente que no pudo nada".
Los más vulnerables
- En riesgo. Los mayores de 60 debieron recurrir a ayuda para hacer compras y usar nuevas tecnologías.
- El escándalo. La cuarentena se rompió con jubilados que formaron largas filas en los bancos para cobrar sus haberes.
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