Una nueva investigación explica por qué las personas con obesidad o sobrepeso están más expuestas a la hospitalización y la muerte por Covid-19
El hallazgo es particularmente relevante para los países con elevadas tasas de obesidad, como la Argentina y Estados Unidos
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NUEVA YORK (The New York Times).— Desde el inicio de la pandemia, el coronavirus pareció apuntar con especial virulencia contra las personas con sobrepeso. De inmediato quedó claro que los pacientes obesos o con varios kilos de más eran más propensos a desarrollar Covid grave y tenían más posibilidades de morir.
Aunque las personas con sobrepeso suelen tener enfermedades asociadas, como la diabetes, que suman riesgo propio, los científicos están cada vez más convencidos de que la vulnerabilidad de esos pacientes está relacionada con el tejido graso en sí mismo.
Ahora, un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford liderado por las doctoras Tracey McLaughlin y Catherine Blish han descubierto que el coronavirus infecta tanto a las células adiposas como a ciertas células inmunitarias de la grasa corporal, desencadenando una perjudicial respuesta defensiva.
“La conclusión es sorprendente, porque parece que el virus infecta directamente las células de grasa”, dice el doctor Philipp Scherer, un científico experto en tejido adiposo del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, que no participó de la investigación.
“Todo lo que afecta al tejido graso no se queda solamente ahí, sino que también afecta en todos los tejidos circundantes”, señala Scherer.
La investigación todavía no ha pasado por el proceso de revisión por pares de una revista científica, pero fue publicado online en octubre. Si sus conclusiones se confirman, podrían ayudar a entender no solo por qué los pacientes con sobrepeso son más vulnerables al virus, sino por qué se enferman tan gravemente de covid algunos adultos jóvenes sin otras condiciones de riesgo.
En su informe, las doctoras McLaughlin y Blish, autoras principales del estudio, sugieren que la evidencia puede ayudar a desarrollar nuevos tratamientos contra el covid que apunten contra la grasa corporal.
“Tal vez la grasa sea justamente el talón de Aquiles de nuestro cuerpo, el gran escondite que el virus usa para evadir la respuesta inmunológica”, dice el doctor Vishwa Deep Dixit, profesor de inmunología y medicina comparada de la Escuela de Medicina de Yale.
Países en la mira
El hallazgo es particularmente relevante para los países con elevadas tasas de obesidad, entre ellos, Estados Unidos y la Argentina.
“El sobrepeso puede ser un coadyuvante de los cuadros graves de covid”, dice la doctora Blish. “Observamos que como respuesta a la infección del tejido adiposo se generan las mismas citocinas inflamatorias que aparecen en la sangre de los pacientes muy enfermos de covid.”
La grasa corporal solía considerarse una forma de almacenamiento inerte. Pero desde hace un tiempo los científicos saben que el tejido adiposo es biológicamente activo y produce hormonas y proteínas del sistema inmunológico que actúan sobre otras células, generando un estado de inflamación de bajo grado pero persistente, incluso cuando no hay infección.
La inflamación es la respuesta del cuerpo a un invasor, y a veces esa respuesta es tan fuerte que resulta más dañina que la infección que la desencadenó. “Cuanto más tejido adiposo, sobre todo eladherido a las vísceras, peor es la respuesta inflamatoria”, dice McLaughlin, refiriéndose a la grasa abdominal que rodea los órganos internos.
El tejido adiposo está compuesto principalmente por células grasas o adipocitos. También contiene preadipocitos, que luego maduran y se convierten en células grasas, y una variedad de células inmunitarias, incluidos los llamados “macrófagos del tejido adiposo”.
El equipo de McLaughlin y Blish llevó a cabo experimentos para ver si el tejido graso obtenido de pacientes que se sometían a cirugía bariátrica podía infectarse con coronavirus y controlaron la respuesta de los diversos tipos de células.
Así descubrieron que las células grasas pueden infectarse en sí mismas, aunque no se inflaman demasiado. Pero los macrófagos, por su parte, también podían infectarse, y ellos sí activaron una fuerte respuesta inflamatoria.
Lo más extraño fue que los preadipocitos no se infectaron, pero sí potenciaron la respuesta inflamatoria.
Los investigadores también obtuvieron tejido adiposo de cuerpos de pacientes europeos que habían muerto de Covid y descubrieron la presencia del coronavirus en la grasa que rodeaba varios órganos.
La idea de que el tejido adiposo puede servir como reservorio de algunos patógenos no es nueva, señala el doctor Dixit. Se sabe que en la grasa corporal se alojan varios de ellos, incluido el VIH y el virus de la influenza.
El coronavirus, por su parte, parece capaz de burlar las defensas inmunológicas de las células grasas, que son limitadas e incapaces de combatirlo eficazmente. Y en las personas obesas, la grasa corporal es muy abundante y es allí donde el coronavirus se aloja y desarrolla sin freno.
Un hombre cuyo peso ideal sería de 85 kilos pero que pesa 125 tiene una cantidad sustancial de grasa donde el virus puede “colgarse”, replicarse y desencadenar una respuesta nociva del sistema inmunológico, dijo el doctor David Kass, profesor de cardiología de la Universidad Johns Hopkins.
Tejidos
“De hecho, en las personas muy obesas, la grasa es el órgano más grande de su cuerpo”, señala Kass.
“El coronavirus puede infectar ese tejido y de hecho residir allí”, continúa el especialista. “Puede pasar que dañe ese tejido, que lo destruya, o en el mejor de los casos que solo utilice esa grasa para multiplicarse, pero en todos los casos la grasa se convierte en una especie de depósito del virus.”
A medida que aumenta la respuesta inflamatoria, las citocinas desencadenan aún más inflamación y la liberación de citocinas adicionales. “Es una tormenta perfecta”, dice Kass.
Las doctoras Blish y sus colegas incluso se atreven a especular que la grasa corporal infectada puede contribuir a que el paciente desarrolle “covid largo”, como se conoce a los síntomas que persisten durante semanas o meses después de la recuperación de un cuadro agudo de la enfermedad.
Los nuevos datos también sugieren que las vacunas y los tratamientos contra el covid probablemente deban tener en cuenta el peso y las reservas de grasa del paciente.
“Este nuevo informe científico es otro llamado de atención para que los médicos y demás profesionales de la salud analicen en profundidad los problemas de las personas con obesidad o sobrepeso, y los tratamientos y vacunas que se les administran”, dice Barry Popkin, profesor de nutrición de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, otro investigador que ha estudiado el particular riesgo que representa Covid para las personas con obesidad.
“Seguimos acumulando evidencia de los riesgos del covid para las personas con sobrepeso, pero no terminamos de abordar el problema”, advierte Popkin.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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