La única estadística nacional exclusiva de mujeres trans fallecidas en el último año la lleva una monja de clausura en un convento de la provincia de Neuquén. Se llama Mónica Astorga y hace más de diez acompaña a un grupo de trans para ayudarlas a salir de la prostitución. Pero hace un tiempo que su trabajo no se restringe sólo a las que ve en persona.
Es que ya a la Hermana Mónica la conocen gente de toda la comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) de distintos países del mundo, sobre todo de Latinoamérica, y en Italia y España. Pero ella nunca se movió del convento de las Carmelitas Descalzas en el que vive hace tiempo. Todo lo hace a través de las redes sociales.
Desde junio del año pasado se planteó una nueva misión: empezar a armar una estadística que no existía, la de las mujeres trans muertas en todo el país. Se dijo: "Yo voy a llevar un registro de las que me vaya enterando". Así empezó: abrió un archivo de Word y escribió: un uno, una cruz, un nombre, una provincia, una edad y una fecha.
El registro contabiliza, entre junio de 2017 y septiembre de 2018, 80 mujeres trans muertas en la Argentina. El promedio de edad es de 36 años, aunque en la mitad de las fallecidas no se sabe qué edad tenían. Según la estadística, trece fueron asesinadas y catorce murieron por alguna enfermedad. En el 51% de los casos no hay información sobre la causa de su muerte.
El 30% de las muertes se registraron en la provincia de Buenos Aires y le sigue Salta con el 13%. Aunque en ciertos puntos falte información, lo que hay en la mayoría son fotos de las mujeres trans. Sus amigas las hacen llegar o se sacan de las redes sociales. Aparecen sonriendo, posando, a punto de salir o de entre casa, festejando un cumpleaños, en una biblioteca o en un carnaval. Como si no esperaran más que vivir.
"Hace doce años que sigo viendo el mismo desprecio. El cambio de la ley fue sólo a nivel documento. Siguen sin trabajo, siguen sin querer recibirlas. Eso yo lo puedo ver, tengo las pruebas. Yo me choco con esa realidad", explica la monja desde el otro lado del teléfono un día de invierno en el sur del país.
- ¿Por qué empezaste esta estadística?
- Porque vi que nadie llevaba un registro y que no salían en ningún medio las muertes, que son muchas. Sólo salen noticias de las trans si se armó un revuelo, si ellas mataron a alguien, si hay droga. Pero no de las muertes. Muchas fueron asesinadas y están sin resolverse las causas. No se ha hecho justicia.
- ¿Cómo recabás los datos?
- Busco las amigas. Les digo que me pasen bien la información. Me consiguen los datos. Cuando lo tengo comprobado, recién lo publico. Por eso todas miran mucho mi Facebook.
- ¿Qué es lo que descubriste?
- Que bajó el promedio de vida. El año pasado el promedio de vida que iba calculando eran 35 a 40 años. Este año bajó a 36. Murieron chicas muy jovencitas.
"Rece, Hermana"
El primer registro lo hizo en 2004 la Asociación de Travestis Transexuales y Trangéneros de Argentina (ATTTA). Pero las circunstancias de la vida –y de la muerte– hicieron que ya no se pudiera seguir recogiendo datos año a año.
Cuando Claudia Pía Baudracco, una conocida militante trans, murió, meses antes de que se aprobara la Ley de Identidad de Género 26.743, su amiga María Belén Correa juntó las fotos y documentos para armar el Archivo de la Memoria Trans. "Empecé a juntar las que estaban exiliadas y perdidas. Había que revisar lo que nos había pasado en los 60, 70, 80 y 90", cuenta Correa, ahora radicada en Alemania.
Un día llegaron un grupo de chicas al Encuentro de ATTTA a contar que había una monja que las ayudaba. Nadie les creía. "Pasó el tiempo hasta que conocimos quién es. Nos conocimos de forma virtual. Ahora la hermana está dentro del grupo privado del Archivo, las que están en el país y las que no. Somos casi 2 mil chicas unidas en ese grupo, así sabemos si murió una", explica María Belén Correa.
Empezaron contactándose cuando fallecía una chica, compartiendo datos. "Hoy, el dato que tiene ella lo completo yo. Yo hago un posteo en un grupo para confirmar que haya sido así. Lo máximo que dura la duda es una hora".
Una nueva publicación en el Facebook de la Hermana dice: "48 muertes Trans", y se ven 48 emojis de llanto. Lo siguiente es la foto de una persona sonriendo al lado de una estrella rosa, celeste y blanca, los colores de la bandera de ese colectivo.
Siente dolor y siente bronca. Cada vez que prende su celular lo primero que hace es ver si pasó algo. Cuando ve una muerta más le dan ganas de gritar.
Azul es la número 16 en la estadística. Y también es una de las que más impactó a la hermana. Ella murió en Córdoba el año pasado. "A mí justo me tocó ir a los pocos días a Córdoba. Y le dije a una de sus amigas: ‘quiero llegar al lugar donde mataron a Azul’. No me podía acompañar, pero me pasó la dirección. Justo me encuentro con dos de sus compañeras que venían de limpiar la casa. Hacía una semana había pasado. No sé cuántas puñaladas le habían dado y mataron al perrito. Me trajeron la foto y me dijeron: ‘Rece, hermana’".
¿Qué datos hay?
El único registro oficial de personas trans en Argentina es una prueba piloto realizada a 216 personas en el partido de La Matanza realizado por el Indec y el Inadi. Cuando se haga a nivel nacional igual no se sabrá cuántas mueren ni por qué. Tampoco a qué edad. Ese dato seguirá siendo producido por las organizaciones LGBT.
Sobre los datos que produce el Estado, la fundadora del Archivo de Memoria Trans es clara: "Lo único que registra es la cantidad de VIH que hay en la población y lo hizo la Fundación Huésped con el Ministerio de Salud. Y el Ministerio del Interior tiene el registro de los documentos. Es lo único que tenemos como numeración del Estado".
Lo que sí existe es un informe anual de la Federación Argentina LGBT, donde se registran los crímenes de odio hacia gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. En 2017 se contabilizaron 103 crímenes de odio motivados en la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género. Sin embargo, en el mismo informe se advierte: "Estos datos no son exactos, ya que incluyen sólo aquellos casos que han sido relevados por los medios de comunicación o han ingresado como denuncias en la Defensoría LGBT, ante las organizaciones de la FALGBT o documentados por el CeDoSTALC, y únicamente permiten vislumbrar una realidad que es, sin duda, mucho peor de lo que sugieren los números". En el 58% de los casos registrados en ese informe las víctimas fueron mujeres trans.
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