Una ley uruguaya prohíbe que se les pegue a los hijos
Indica que no se debe corregir mediante un trato humillante
MONTEVIDEO.– Iván y Sofía, de 4 y 9 años, suelen portarse como “satanes en la tierra”. Su padre, Washington Abdala, los corrige como puede “cuando se pasan de listos”. Abdala es uno de los 46 diputados que ayer votaron la ley que prohíbe el castigo físico a los hijos.
La iniciativa, que nació en el Senado, modifica el Código de la Niñez, vigente desde 2004, e impide cualquier trato “humillante” como forma de corrección a los niños, aunque no establece sanciones concretas ni dispone formas de control.
La ley sólo tuvo votos en contra del bloque nacionalista (Partido Blanco), cuyos integrantes dicen que se trata de un “catálogo de buenas intenciones” que en los hechos no se podrá aplicar. El diputado Sergio Botana argumentó que se “limita” el poder de los padres y se “perfora” la institución familiar.
Los diputados del Frente Amplio (partido del gobierno) dijeron que el objetivo es modificar una conducta hoy aceptada socialmente: la del “coscorrón” o “palmada en la cola” como forma habitual de corregir a los niños. Los diputados frenteamplistas y blancos debatieron varias horas acerca de si es correcto castigar físicamente a los hijos y si una palmadita es o no un castigo humillante.
Para Abdala, del Partido Colorado (opositor), la ley es una “muy buena obra”, pero admitió: “Cuando alguno de mis hijos se pasa de listo, intento corregir con todos los instrumentos a mi alcance, sin llegar a producir una barbarie. A veces uno tiene que conmover a esos pequeños cuando se transforman en satán en la Tierra".
Y bromeó: "Me gustaría que convivieran conmigo alguna jornada; son noches efervescentes". Más tarde, ya en su casa y mientras el más pequeño de sus hijos hacía "desastres" en la cocina, Abdala dijo a El País que los padres deben "fijar límites" sin llegar a la violencia o "pegar un cachetazo".
El diputado Edgardo Ortuño (Vertiente Artiguista) defendió la ley: advirtió que no prohíbe "poner límites" a los niños, sino que se intenta evitar que el castigo físico sea la única forma de educar a los hijos y que se use en forma recurrente.
Las sanciones a castigos físicos ya están previstas en el marco legal general y, por eso, no fueron incluidas en esta iniciativa, indicó Ortuño. Y se quejó porque se "ha ridiculizado" esta ley desde que empezó a tratarse en el Parlamento.
Para Pablo Alvarez (MPP) es correcto prohibir "un coscorrón" y es difícil encontrar un límite: "No es lo mismo un coscorrón de un tipo de 2,20 metros que de uno de 1,70. La mayoría de las veces el castigo es por bronca del padre que dice: «No te soporto más, andá al cuartito»", dijo Alvarez. El diputado aún no es padre.
Mientras, su compañera de bancada Nora Castro sostuvo que haber participado en un hecho como el que se prohíbe "no inhibe de legislar" y argumentó que en Occidente hay una "confusión conceptual" entre "disciplina y castigo".
Para el nacionalista Botana (Alianza Nacional), esta ley "perfora" la institución familiar. "¿Cuándo este gobierno va a presentar un proyecto para defender la unidad de la familia? La semana que viene se vota la ley de unión concubinaria entre personas del mismo sexo", se quejó. Y preguntó: "¿Ahora soy un delincuente por dar una palmadita en la cola? Esta ley la hacen para que no la cumpla nadie o para generar brutal distorsión en el Poder Judicial".
Alfredo Cabrera, también de Alianza Nacional, entiende que la ley se prestará para un uso "distorsionado" entre padres que están peleados. El herrerista Gustavo Borsari lanzó munición gruesa. Dijo que la ley es "profundamente inconveniente" porque "sobreabunda" en la legislación y atiende a posiciones filosóficas en boga en los años 70.
Teoría de la permisividad
Habló de la teoría de la permisividad en la educación de los niños, "que tanto daño hizo". Borsari preguntó a puro grito: "¿Qué es un castigo físico? ¿Darle una palmada en la cola al niño cuando va a poner el dedo en el enchufe? ¿Quién no lo ha hecho?". Además, planteó si esta ley "no es un mandado" para "alguna" organización internacional. "Que se vayan a dar consejos a otros países."
El diputado salteño Rodrigo Goñi recuerda muy bien una de las veces que su madre le pegó un buen "sopapo". Tenía 11 años y hoy dice que se trató de un "oportuno revés", ya que consiguió revertir su mala conducta. El diputado blanco también les ha pegado algunas veces a sus hijos como corrección, según contó en la cámara. "Pero me duele más a mí que a ellos. Porque hoy todos hablan de los derechos [de los niños], pero nadie dice nada de las obligaciones."
El proyecto de ley sancionado ayer por la Cámara de Diputados consta de tres artículos. El primero establece la prohibición del castigo físico a los niños y encomienda al Instituto del Niño y del Adolescente de Uruguay (INAU), en coordinación con las demás instituciones del Estado y la sociedad civil, la ejecución de programas de sensibilización y educación dirigidos a los padres, y promover formas de disciplina "positivas y no violentas".
El segundo artículo modifica otro del Código de la Niñez y la Adolescencia, que encomienda a los padres a corregir a sus hijos "excluyéndose la utilización del castigo físico o cualquier tipo de trato humillante".
Y el tercero deroga disposiciones del Código Civil: el artículo 261 (los padres tienen la facultad de corregir moderadamente a sus hijos y cuando esto no bastare, podrán recurrir al juez competente para su internación en un establecimiento destinado a ese objeto) y el artículo 384 (el menor debe obediencia y respeto al tutor y éste podrá corregirlo moderadamente).
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