Una hora más de clase: de Trotta a Perczyk, 60 minutos de ilusión
El Gobierno dispuso que todos las escuelas primarias estatales del país extiendan el horario
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Nadie puede discutir que es más que necesario ampliar la cantidad de horas que estudian los niños argentinos. Todas las evaluaciones internas y externas señalan hasta la desesperación que en las aulas se aprende poco y nada. Pero sí, se puede y se debe discutir la insólita oscilación dentro del mismo gobierno que en apenas dos años pasa de la gestión Nicolás Trotta, –signada por un cierre desmesurado de las escuelas por la pandemia de Covid–, a la de su sucesor, Jaime Perczyk, que con el ciclo lectivo en movimiento plantea cambios delicados no solo en el aula, sino en toda la comunidad educativa.
Una hora más de clase, que hasta suena a poco para que lo antes posible los chicos logren comprender textos y resolver cálculos matemáticos y puedan encarar en mejores condiciones el tránsito hacia el nivel secundario, del que deserta el 50% de los que terminan el primario, no son solo simples 60 minutos.
Esa hora es una compleja arquitectura de coordinación de horarios, de contenidos pedagógicos, de evaluaciones, de comedor escolar, de llegada y salida de docentes y padres de sus puestos de trabajo, de viajes interminables en transporte público, sobre todo en el intrincado vínculo de huelgas y piquetes que suele entorpecer el tránsito entre el conurbano bonaerense y la ciudad de Buenos Aires, esa situación difusa a la que la política denomina área metropolitana.
El pomposo anuncio tomó por sorpresa a los dirigentes sindicales del gremio docente y a buena parte de los padres y los chicos que concurren a las escuelas de gestión estatal, donde se focalizarán los 60 minutos adicionales.
La nueva modalidad no tiene fecha exacta de debut, quizás antes de las vacaciones de invierno, pero sería difícil pensar que alguna provincia vaya a manifestarse en contra de la iniciativa.
Los distritos kirchneristas o peronistas, depende de cómo esté el viernes la situación interna política de la alianza gobernante, avalarán sin cortapisas la ampliación del horario en el aula. Los distritos gobernados por la oposición, como la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza, que propusieron brindar más servicio educativo a sus ciudadanos más chicos, también estarán de acuerdo y marcarán la diferencia utilizando el dinero que reciban para más actividades.
Desilusionados con el intento infructuoso de tener 190 días de clase, sugeridos hace varios años y que por huelgas, feriados extralargos y otros inconvenientes no se lograron nunca, varios especialistas en educación comenzaron hace años a plantear la posibilidad de sumar horas de aula, en vez de jornadas. Esta noche, más de uno de ellos, oscilaba entre la ilusión y la duda de si solo será un anuncio del Gobierno para tapar su inacción.
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