Una gran laguna salada y el hábitat preferido de los flamencos: así es el nuevo parque nacional
Se trata de Ansenuza, en la provincia de Córdoba; es el área número 41 con este tipo de protección en el país
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LA NACION
A partir de hoy, la Argentina cuenta con una nueva área protegida. El Senado convirtió en ley por unanimidad (60 votos) la creación del Parque Nacional Ansenuza, ubicado al noreste de la provincia de Córdoba, que protege una superficie de 661.416 hectáreas en un humedal clave para la biodiversidad global y con particularidades que lo vuelven un sitio único. Así, la Argentina ya cuenta con 41 áreas con esa categoría de protección.
La laguna de Mar Chiquita es un extenso espejo de agua salada –el más grande de América del Sur y el quinto a nivel mundial– que tiene una superficie variable equivalente a casi 30 veces la de la ciudad de Buenos Aires. Esta característica tan peculiar le da la denominación de “Mar de Ansenuza” y con los Bañados del Río Dulce integran un inmenso humedal singular en su tipo. A su vez, esta representa un ecosistema único en el mundo: es uno de los sitios con mayor biodiversidad de la provincia de Córdoba y con la mayor concentración de avifauna del país.
El nuevo parque, además de su belleza paisajística, comprende un escenario de gran valor ecológico y cultural que incluye distintos ambientes: el espejo de agua salina, los cauces de los ríos, las lagunas permanentes y temporarias, las playas barrosas, los matorrales de arbustos y cardones, los bosques de tipo chaqueño y espinal, los amplios pastizales y las sabanas inundables.
“La creación del Parque Nacional Ansenuza tiene relevancia mundial por tratarse de un sitio clave para la conservación de la biodiversidad a nivel global. Además de su importancia para el cuidado del ambiente, representa un gran atractivo para impulsar el turismo de naturaleza en la zona”, celebró Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.
Ansenuza es el hábitat de muchas especies animales como pumas, corzuelas, zorros pampeanos, pecaríes de collar o el amenazado aguará guazú. Sin embargo, las verdaderas estrellas de la zona son las aves. El 36% de la avifauna de la Argentina –380 especies– y el 85% de las 447 especies que habitan la provincia de Córdoba están presentes en esta cuenca endorreica. Además, la laguna y los bañados funcionan como parada de descanso o alimentación para dos tercios de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en el país, que provienen tanto del hemisferio norte como del sur del continente.
Junto con el Mono Lake de California y el Gran Lago Salado de Utah –ambos en Estados Unidos–, Ansenuza es uno de los tres lagos a través de los que un centenar de aves trazan anualmente su migración hemisférica. Por ese motivo, se los considera “lagos hermanos” y un área de gran relevancia de conservación para la ornitología.
En este “mar interior” que tiene Córdoba se encuentran tres de las seis especies de flamencos que existen en el mundo: el austral, el andino o parina grande y el de James o parina chica. Mientras que el primero tiene presencia durante todo el año, con poblaciones de hasta 350.000 individuos según el último censo, los otros dos migran durante el invierno.
De hecho, el emblema o “escudo” que representará a este nuevo parque está integrado por estas tres especies de flamencos y por una bandada de falaropos tricolor, una pequeña ave migratoria de vuelo frenético en grandes grupos.
“Hemos realizado trabajos de investigación científica, relevamientos territoriales y catastrales y capacitaciones en las comunidades vecinas, a fin de contribuir con la planificación y concreción del Parque Nacional Ansenuza. Soñamos con expandir aún más este parque. Es una oportunidad única para que la provincia de Santiago del Estero se sume y forme parte de este parque nacional en el futuro”, remarcó Hernán Casañas, director ejecutivo de Aves Argentinas, una de las ONG ambientales más antiguas del país y que impulsó desde 2015 el proceso de creación de esta área protegida junto a la Administración de Parques Nacionales, el gobierno de Córdoba y las comunidades locales que rodean a la laguna.
Para su concreción y el desarrollo de infraestructura, Ansenuza contó con un apoyo financiero por 5,8 millones de dólares de la Wyss Foundation, un proyecto del filántropo suizo Hanjsjörg Wyss, que contempla la donación de 1500 millones de dólares a nivel mundial para proteger por lo menos el 30% del planeta para 2030 y evitar así la aceleración de la pérdida de biodiversidad. “Que este parque nacional se haya hecho realidad es, por supuesto, emocionante porque es el área más grande que su filantropía ha ayudado a proteger en la Argentina”, señaló a LA NACION Molly McUsic, actual presidenta de la fundación, que afirma que Ansenuza se encuentra entre uno de sus destinos favoritos en el país.
A su vez, destacó a la zona como un punto de turismo internacional: “El nuevo Parque Nacional y Reserva Nacional Ansenuza en Córdoba está a punto de convertirse en un destino de clase mundial: el área es hermosa, el clima es excelente, los municipios locales son acogedores y la observación de la vida silvestre es espectacular”.
La laguna de Mar Chiquita está rodeada por 13 localidades, de entre 100 y 17.000 habitantes, que desde hace meses trabajan para fortalecer las ofertas gastronómicas, recreativas y logísticas de cara a la visita de futuros turistas. Algunas de las actividades planteadas incluyen la observación de aves, kayakismo, cabalgatas, paseos lacustres, senderismo, turismo rural y comidas regionales. Según un estudio económico realizado por Aves Argentinas, el impacto económico directo de la creación del parque nacional y la implementación de un modelo de turismo sostenible podría implicar ingresos en la región por casi un millón de dólares para 2024.
El presidente de la Administración de Parques Nacionales, Lautaro Erratchú, destacó el compromiso de ampliar en un 20% la superficie de áreas bajo el máximo grado de conservación. “La creación del Parque Nacional Ansenuza va a ser de gran importancia para impulsar el desarrollo local, fomentar la educación ambiental, la actividad científica y el turismo de naturaleza, tan requerido por nuestros visitantes”, afirmó.
Durante esta jornada, el Senado no solo convirtió en ley la creación del Parque Nacional Ansenuza, sino también la ampliación del Parque Nacional Predelta –ubicado en Entre Ríos–. Además, aprobó y giró a la Cámara de Diputados los proyectos para la creación del Parque Nacional Laguna El Palmar en Chaco y para la ampliación del Parque Nacional Aconquija, en Tucumán.
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