Una de las vacunas que se aplican en el país sirve para reducir hasta un 68% los síntomas de Covid prolongado
El dato surge de una investigación realizada en Israel entre personas que tuvieron la enfermedad sin estar inmunizados, y entre los que ya habían sido inoculados con Pfizer
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“Nuestros resultados sugieren que, además de reducir el riesgo de enfermedad aguda, la vacunación contra la Covid-19 puede tener un efecto protector contra la Covid prolongada”. La frase pertenece a las conclusiones a las que arribó un grupo de investigadores israelíes, que siguió a 951 personas que habían dado positivo al virus SARS-CoV-2. Detectaron que los vacunados con Pfizer previos a enfermarse reducían hasta un 68% algunos de los síntomas más comunes de Covid que se extienden en el tiempo. Se estima que al menos el 10% de los infectados tendrá algún efecto a largo plazo tras superar la enfermedad.
El trabajo, que aún no fue revisado por pares, fue publicado hace nueve días en https://www.medrxiv.org/ y ayer fue analizado en un artículo en la revista Nature. “Invitamos a las personas a las que se les realizó una prueba de PCR para detectar la infección por SARS-CoV-2 en los hospitales participantes entre marzo de 2020 y noviembre de 2021 a completar un cuestionario en línea que incluía datos demográficos iniciales, detalles de su episodio agudo (enfermedad de Covid-19) e información sobre los síntomas que estaban experimentando actualmente. Utilizando la regresión binomial, comparamos a los individuos vacunados con los no vacunados y los no infectados en términos de síntomas autoinformados después de la infección aguda”, explicaron los expertos dirigidos por Paul Kuodi.
En total, fueron 951 las personas infectadas y 2437 las no infectadas que se estudiaron. De allí surgió que, entre los contagiados, 637 (67%) fueron vacunados con Pfizer. Además, identificaron que los síntomas más informados fueron: fatiga (22%), dolor de cabeza (20%), debilidad (13%) y dolor muscular persistente (10%).
“Después de ajustar por el tiempo de seguimiento y los síntomas iniciales, aquellos que recibieron dos dosis tenían menos probabilidades que los individuos no vacunados de reportar cualquiera de estos síntomas: en un 64 % la fatiga, en un 54% el dolor de cabeza, en el 57% la debilidad y en un 68% los dolores musculares”, informaron los investigadores, y agregaron: “Aquellos que recibieron dos dosis no tenían más probabilidades de informar ninguno de estos síntomas que las personas que no se contagiaron de Covid-19″.
En el análisis de la investigación que se hace en Nature, consultaron a Akiko Iwasaki, inmunóloga viral de la Escuela de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut, que explicó que la vacunación puede reducir la incidencia prolongada de la Covid en los vacunados, ya que minimiza el período en el que el virus tiene “rienda suelta en el cuerpo” durante las infecciones aguda.
Por su parte, Claire Steves, médica del King’s College de Londres, que dirigió un estudio similar en el Reino Unido, coincide con los datos israelíes, que respaldan sus hallazgos: “Es realmente bueno ver que diferentes diseños de estudio se correlacionan, con los mismos resultados”.
La profesional agregó que más allá de los resultados de ambos estudios, las personas completamente vacunadas todavía corren el riesgo de desarrollar Covid prolongado, ya que aún no se sabe si la vacunación también puede proteger a las personas de la Covid prolongada inducida por la nueva variante ómicron.
Consultado por LA NACION, Jerónimo Cello, bioquímico argentino investigador del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Escuela de Medicina Stony Brook University (Nueva York), dijo: “Ya había algunos datos que mostraban esto. Este artículo es muy bueno porque muestra con evidencia el resultado positivo que hay en aquellas personas vacunadas que tienen Covid prolongado. También sirve en aquellos casos que son vacunados después de haber tenido Covid y presentan síntomas de Covid largo. Hay que juntar aún más evidencia, porque lo que había hasta ahora era colecciones de anécdotas y no estudios para llegar a estas conclusiones. Se trata de un estudio observacionales, por lo tanto, es más difícil controlar algunos efectos confundadores (confouding effects) y ciertos sesgos (biases). Esto significa que hay que ser precavido y no sobreinterpretar estas evidencias. Además, por ser estudios observacionales no se puede inferir causalidad simplemente se puede inferir asociación”.
Cello luego cuestionó: “Por eso, la medida que tomó el Ministerio de Salud de la Argentina de esperar 90 días después de que una persona se infectó para dar la dosis de refuerzo no tiene ningún fundamento. No hay ninguna evidencia que diga que tenés que esperar ese tiempo para que la inmunidad que genera la enfermedad no bloquee la inmunidad inducida por la vacuna. No hay información, son solo especulaciones. No hay evidencia para tomar esa determinación”.
“Pero sí hay evidencia, como esta, que incluso en personas que tienen Covid leve pueden luego tener Covid prolongado y, al darle la vacuna al alta de la enfermedad, esas probabilidades de tener síntomas de Covid prolongado disminuyen. También hay una sugerencia de que se reciba la dosis lo antes posible después de superar la Covid aguda y cuando la persona se sienta bien”, sumó el argentino.
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